L D (EFE) Scott Sullivan, de 40 años, compareció ante un tribunal federal de Manhattan donde está acusado de participar en una operación para aumentar artificialmente los ingresos y beneficios y ocultar las pérdidas de la que era la segunda firma de telecomunicaciones de EEUU hasta que declaró la bancarrota el pasado 21 de julio. El otro acusado por la fiscalía respecto al mismo caso, Buford Yates, antiguo responsable de la contabilidad de la compañía, también se declaró "no culpable" de los cargos presentados.
El pasado día 28, Sullivan y Yates fueron acusados por un gran jurado de Manhattan de conspirar para cometer fraude y rendir declaraciones falsas ante la Comisión del Mercado de Valores (SEC). Sullivan y otro directivo de la corporación, David Myers, fueron detenidos el primero de agosto bajo la acusación de falsear las cuentas de la multinacional. Según los documentos de la Fiscalía, Sullivan y Yates, así como otros presuntos conspiradores, participaron en una "operación ilegal para inflar artificialmente los beneficios públicos de WorldCom al reducir de forma fraudulenta y falsa sus gastos y costos".
El Gobierno de EEUU ha actuado rápidamente en este caso, después de que el presidente George W. Bush prometiera restaurar la confianza en las empresas y procesar a los ejecutivos inmorales tras la oleada de quiebras y escándalos económicos que comenzó el año paso con la empresa energética Enron. Las detenciones de Sullivan, Yates y Myers se produjeron un mes después de que WorldCom revelara que había contabilizado irregularmente unos 3.923,3 millones de euros desde 1999 para mejorar sus cuentas.
El pasado día 28, Sullivan y Yates fueron acusados por un gran jurado de Manhattan de conspirar para cometer fraude y rendir declaraciones falsas ante la Comisión del Mercado de Valores (SEC). Sullivan y otro directivo de la corporación, David Myers, fueron detenidos el primero de agosto bajo la acusación de falsear las cuentas de la multinacional. Según los documentos de la Fiscalía, Sullivan y Yates, así como otros presuntos conspiradores, participaron en una "operación ilegal para inflar artificialmente los beneficios públicos de WorldCom al reducir de forma fraudulenta y falsa sus gastos y costos".
El Gobierno de EEUU ha actuado rápidamente en este caso, después de que el presidente George W. Bush prometiera restaurar la confianza en las empresas y procesar a los ejecutivos inmorales tras la oleada de quiebras y escándalos económicos que comenzó el año paso con la empresa energética Enron. Las detenciones de Sullivan, Yates y Myers se produjeron un mes después de que WorldCom revelara que había contabilizado irregularmente unos 3.923,3 millones de euros desde 1999 para mejorar sus cuentas.