L D (EFE) El presidente del Comité de Empresa de Fontaneda, Hilario Álvarez, ha explicado que se han producido enfrentamientos verbales entre un grupo de trabajadores y representantes sindicales, y entre los propios trabajadores, “aunque se puede decir que la gran mayoría está de acuerdo con que Siro adquiera la planta”, apostilló. En este sentido, indicó que la polémica se generó tras la explicación a los trabajadores del presidente de Siro, Juan Manuel González Serna, del proyecto que quiere implantar en Aguilar de Campoo, “ya que los sindicatos querían votar a mano alzada en ese instante, como así ha sido, mientras que parte de los trabajadores queríamos que se esperara un par de días y el voto fuera secreto”.
Hilario Álvarez señaló que “pese a la polémica” el sector que se oponía a la votación está de acuerdo con el proyecto de Siro y aclaró que “sólo el tiempo dirá si hemos acertado o nos hemos equivocado”. El secretario de Acción Sindical de la UGT de Castilla y León, Mariano Carranza, subrayó que el acuerdo está prácticamente cerrado, “a expensas de que se concrete el plan social para los trabajadores”. Carranza señaló que en la asamblea de los trabajadores se ha informado de los últimos pasos que se han dado y del proyecto que Siro tiene para la galletera, y añadió que en su opinión se trata de un gran proyecto, “porque asegura el mantenimiento de los puestos de trabajo y porque se invertirán grandes cantidades de dinero”.
El secretario regional de Acción Sindical de CCOO, Vicente Andrés, manifestó que la aceptación de la venta a Siro “se trata de una gran victoria” y aclaró que “es muy complicado que una multinacional venda sus instalaciones a la competencia y la permita empezar a producir al día siguiente de que esta abandone la planta”. Andrés indicó que es un proyecto que “asegura el mantenimiento neto del empleo” y dijo que los productos que Siro quiere fabricar en Aguilar “son una garantía de trabajo para muchos años”.
El presidente del Comité de Empresa ha explicado que el próximo martes se producirá la primera reunión con United Biscuits para establecer las ayudas para los trabajadores que pese a la compra de Siro decidan continuar en el grupo y se trasladen a las plantas que la multinacional tiene en Viana (Navarra) y Orozco (Vizcaya). En relación con los traslados existen algunas diferencias, porque mientras la multinacional británica quiere conocer primero cuantos empleados están interesados en trasladarse para luego hacer públicas las ayudas que dará, los trabajadores quieren que se haga a la inversa.
Hilario Álvarez señaló que “pese a la polémica” el sector que se oponía a la votación está de acuerdo con el proyecto de Siro y aclaró que “sólo el tiempo dirá si hemos acertado o nos hemos equivocado”. El secretario de Acción Sindical de la UGT de Castilla y León, Mariano Carranza, subrayó que el acuerdo está prácticamente cerrado, “a expensas de que se concrete el plan social para los trabajadores”. Carranza señaló que en la asamblea de los trabajadores se ha informado de los últimos pasos que se han dado y del proyecto que Siro tiene para la galletera, y añadió que en su opinión se trata de un gran proyecto, “porque asegura el mantenimiento de los puestos de trabajo y porque se invertirán grandes cantidades de dinero”.
El secretario regional de Acción Sindical de CCOO, Vicente Andrés, manifestó que la aceptación de la venta a Siro “se trata de una gran victoria” y aclaró que “es muy complicado que una multinacional venda sus instalaciones a la competencia y la permita empezar a producir al día siguiente de que esta abandone la planta”. Andrés indicó que es un proyecto que “asegura el mantenimiento neto del empleo” y dijo que los productos que Siro quiere fabricar en Aguilar “son una garantía de trabajo para muchos años”.
El presidente del Comité de Empresa ha explicado que el próximo martes se producirá la primera reunión con United Biscuits para establecer las ayudas para los trabajadores que pese a la compra de Siro decidan continuar en el grupo y se trasladen a las plantas que la multinacional tiene en Viana (Navarra) y Orozco (Vizcaya). En relación con los traslados existen algunas diferencias, porque mientras la multinacional británica quiere conocer primero cuantos empleados están interesados en trasladarse para luego hacer públicas las ayudas que dará, los trabajadores quieren que se haga a la inversa.