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EL DESEMPLEO SUBE 3 DÉCIMAS EN NOVIEMBRE

Dimite el secretario del tesoro de Estados Unidos, Paul O´Neill, y el asesor económico de Bush

El secretario del Tesoro de EEUU, Paul O'Neill, y el asesor económico de la Casa Blanca, Lawrence Lindsey, han presentado su dimisión, las primeras de miembros del equipo de Gobierno de Bush. Se harán efectivas en las próximas semanas. La noticia se conoce a la par que los datos del paro, que en noviembre ha subido tres décimas hasta situarse en el 6 por ciento.

L D (Agencias) En una carta de dimisión enviada al presidente, el que fuera secretario del Tesoro de EEUU desde el 20 de enero de 2001,Paul O'Neill indicó que "ha sido un privilegio servir a la nación en estos tiempos difíciles". "Le deseo todo el éxito mientras usted da liderazgo e inspiración para Estados Unidos y para el mundo", escribió O'Neill a Bush. La dimisión de O'Neill, el primer miembro del gabinete de Bush que abandona el Gobierno, ha sido motivo de especulación desde hace varios meses, debido a los escándalos financieros y la incierta situación de la economía. Poco después se hacía pública también la salida del consejero del presidente Bush en asuntos económicos, Lawrence Lindsey (en la foto). "Larry Lindsey ha presentado su renuncia al presidente para dedicarse a otras tareas fuera del gobierno", dijo el funcionario de alto rango.

El Gobierno todavía no ha dado a conocer quienes serán lo sustitutos, aunque según miembros del Gobierno Bush busca expertos económicos que gocen de la confianza de los mercados, cosa que nunca logró el dimitido O´Neill y el asesor Lindsey. El primero, hombre de empresa, suscitó desde su nombramiento recelos en el grupo republicano del Congreso y no consiguió apaciguar los convulsos mercados de Wall Street. Alguno analistas ven estas dimisiones en clave electoral, ya que la falta de confianza en O´Neill podría restar votos al presidente de cara a su reelección como candidato republicano a la Presidencia.

O´Neill cae por los escándalos

O'Neill, de 67 años de edad se incorporó al gabinete de Bush en enero de 2001, la economía de EEUU, que había tenido una década de crecimiento sin precedentes en tiempos de paz, entraba en una recesión que duró tres meses. La contracción económica estuvo acompañada por un derrumbe de los mercados de valores, y le siguieron las revelaciones sobre las maniobras contables con las cuales algunas grandes empresas habían exagerado ganancias y ocultado pérdidas para atraer más inversores. Los escándalos empresariales -arraigados en irregularidades cometidas desde años atrás bajo la administración del presidente Bill Clinton- mancillaron la imagen del Departamento del Tesoro y otras agencias federales de supervisión. Pero O'Neill también se ganó adversarios con sus declaraciones. Desde 2001 expresó con más claridad la oposición de Bush a los rescates financieros para los países que, enfrentados a dificultades en los pagos de sus deudas, recurren por ayuda a Washington y al FMI.

El paro, peor de lo esperado

La noticia llega casi al mismo tiempo que los esperados datos paro de Estados Unidos, cuya tasa se disparó hasta el 6% de la población activa en noviembre, tres décimas más que en octubre, según datos del Departamento de Trabajo, que anunció también que la economía estadounidense suprimió 40.000 empleos en este periodo, la cifra más elevada desde febrero. Las cifras de noviembre son peores que las previstas por los expertos, que esperaban un crecimiento del 0,1% de la tasa de paro y la creación de 36.000 puestos de trabajo.

El Departamento de Trabajo revisó las cifras de octubre, donde se crearon 6.000 empleos en vez de las 5.000 supresiones avanzadas en la primera estimación. El sector manufactutero sigue registrando la mayor cifra de destrucción de empleos, 45.000, seguido del comercio, que suprimió 39.000 puestos de trabajo. Detrás de ellos se situó el segmento de la construcción, que eliminó 4.000 empleos. Estas pérdidas fueron parcialmente compensadas por la creación de 50.000 empleos en los servicios ajenos al comercio y los 8.000 que se crearon en el Gobierno.

El empleo juvenil, el peor parado

El paro juvenil fue el grupo de población más afectado, con una subida del 2,2% de su tasa de desempleo, hasta el 16,8%. El paro masculino subió cinco décimas, hasta el 5,7%, mientras que el femenino cayó un 0,2%, hasta el 5%. El desempleo de la población negra aumentó considerablemente, un 1,2%, hasta el 11 por ciento, mientras que el paro de la población blanca subió únicamente una décima, hasta el 5,2%, y el de los hispanos se mantuvo estable en el 7,8%. La fuerza de trabajo civil se redujo en 390.000 empleos, hasta alcanzar los 142,7 millones, mientras que el número total de trabajadores estadounidenses bajó en 689.000, hasta los 134,225 millones.

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