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Alberto Recarte

Vivienda y precios

Creo que, en su mayor parte, el aumento de la oferta y demanda de viviendas tiene lógica económica porque, entre nuevos hogares, cambios de residencia, compras de segundas viviendas por extranjeros y españoles, compra para alquiler posterior, incluso compras como inversión, ante la falta de otras alternativas, las grandes cifras se ajustan. Otra cosa es el precio que han alcanzado en algunas autonomías; no en todas, como a veces se cree.

El aumento de los precios, donde hubiera demanda, era inevitable, dado el bajo nivel de los tipos de interés del euro, y el enorme incremento de la cantidad de dinero en circulación. Ese aumento de la cantidad de dinero tenía que provocar, necesariamente, un aumento general de los precios. Ante esta situación, nada pueden hacer las autoridades españolas, sea el Banco de España –que no es otra cosa que una delegación del Banco Central Europeo–, la administración central ni las locales (aunque éstas sí podrían crear suelo urbano con más rapidez). La subida de precios de la vivienda es una de las consecuencias de la introducción del euro, pues el Banco Central Europeo atiende más a las necesidades de Alemania y Francia que a las de España.

No cabe duda de que los precios de la vivienda han alcanzado cotas excesivas pero, mientras haya demanda y tipos bajos de interés, se mantendrán, o subirán. Cuando deje de aumentar la demanda, los precios se estabilizarán y, en muchos casos, caerán. Si subieran fuertemente los tipos de interés, se produciría un ajuste general de los precios a la baja y si, simultáneamente, la demanda fuera inferior a la oferta y subieran significativamente los tipos de interés, tendríamos un problema general. Pero no sólo en el sector de la vivienda, sino en toda la economía.

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