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Manuel Ayau

Causas del desempleo

Hay muchas causas de desempleo, unas virtuosas y otras perversas. Las primeras las llamó "destrucción creativa" el famoso economista de Harvard, Joseph A. Schumpeter.  Me contó el gerente de una gran empresa extranjera que con el aumento de productividad de la computadora había retirado a doscientos cincuenta contables. ¿A dónde se fueron? Cuando aumentó la productividad agrícola por la aparición del tractor, por mejores semillas y fertilizantes, millones de campesinos se quedaron sin empleo. ¿A dónde se fueron? El aumento de productividad por la robotización ha causado millones de desempleados. ¿A dónde se han ido? ¿Acaso debemos o podemos evitar que aumente la productividad y la modernidad? Como explica una reciente publicación del Banco Mundial: "No se sale de la pobreza con cualquier trabajo. Si fuera simplemente asunto de crear puestos, bastaría con que el gobierno emplee a todos para solucionar el problema. Lo que se necesita es crear empleos productivos y nuevas empresas creadoras de riqueza". 
 
Si bien el aumento de la productividad siempre será problemático por el ajuste continuo que nos impone a todos cualquier cambio, tiene también su lado virtuoso, pues esos cambios nos prometen un mejor porvenir, ya que van de la mano con un aumento general de los ingresos reales de todos, incrementándose así la demanda por otros bienes y servicios que antes no existían y liberando a trabajadores para que produzcan todas esas cosas nuevas. 
 
Otra causa de desempleo con compensación virtuosa son las importaciones baratas, que si bien por un lado obligan al cese de ciertas actividades que no pueden competir con las importaciones, por otro permiten comprar más barato y así la gente ahorra dinero que utiliza para otras cosas. Esos ahorros constituyen el poder de compra para las "otras cosas" que alguien tendrá de producir, creando así nuevas fuentes de empleo. De esa manera, se sustituye empleo antieconómico (que causa pérdidas netas) con empleo económico (que agrega riqueza). 
 
Pero también hay aspectos del desempleo que no tienen su lado positivo, porque no van acompañadas de la creación de nuevas oportunidades de empleo. Por ejemplo, el salario mínimo causa desempleo porque prohíbe ofrecer salarios por debajo del mínimo establecido por ley, pero la ley no puede obligar a nadie a dar empleo. Así, aumenta la oferta de mano de obra y disminuye su demanda, bajando todos los salarios del país y empequeñeciendo el mercado del resto de actividades creadoras de empleo.
 
Otra causa de desempleo sin compensación virtuosa son las restricciones a las importaciones, por medio de aranceles, cuotas o "contingentes" (privilegios para que algunos puedan importar con ventaja sobre los demás) porque nada de lo que ocurre en las aduanas agrega riqueza, pero sí consume recursos inútilmente y añade costosas trabas al flujo de materias primas y productos. La sola existencia de las aduanas causa más desempleo que el aportado por la contratación de agentes y demás empleados de las aduanas. 
 
Las oportunidades de trabajo abundan en países grandes con economía de mercado y en aquellos países pequeños abiertos a los mercados mundiales. Pero hay pocas oportunidades en los países pequeños que establecen altas barreras al intercambio internacional y excesivas regulaciones internas. Sus jóvenes emigran o se conforman con bajos salarios porque la población aumenta más rápido que la oferta de empleos y los capitales tienden a emigrar también al extranjero por falta de oportunidades internas y rendimientos atractivos. Quienes siendo pobres prefieren no aceptar los costos y los riesgos de cambiar y avanzar, obviamente seguirán siendo pobres.
 
 
© AIPE
 
Manuel F. Ayau Cordón, Ingeniero y empresario guatemalteco, fundador de la Universidad Francisco Marroquín, fue presidente de la Sociedad Mont Pelerin.

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