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Alberto Recarte

La manipulación presupuestaria de 2004

Conclusión, parece que el actual gobierno se va a gastar mucho más, pero todavía no está claro el cuánto.

Todavía no conocemos con suficiente detalle el proyecto de presupuestos del gobierno socialista para 2005. Lo que sí sabemos es que están dispuestos a manipular las cifras del correspondiente a 2004, de tal manera que les permita endosar al PP el resultado del ejercicio –por más que el PP les dejara unos presupuestos del conjunto de las administraciones públicas con superavit–, en el que se incluía una partida de 2.400 millones de euros para gastos imprevistos.
 
Al día de hoy, los gastos no previstos en el presupuesto del estado (sin incluir la seguridad social ni otros organismos) elaborado por el PP, pero comprometidos para 2004 por el gobierno socialista son 2.500 millones para Andalucía, 5.500 millones para RENFE, 280 millones por un aval para Argentina, 630 millones para RTVE y otras partidas todavía no concretadas suficientemente, como la subida de pensiones (alrededor de 1.000 millones de euros, de los cuales 300 millones son para mejorar las más bajas). En conjunto, el gobierno habla de 14.000 millones de euros de déficit del estado (el 1,8% del PIB). De esos, los 5.500 de RENFE y los 2.500 de Andalucía son ingeniería contable, aflorados en 2004 por conveniencia política. Por otra parte, los mayores gastos por pensiones (1.000 millones), RTVE (630 millones) y Argentina (280 millones), en conjunto 1.910 millones, son gastos achacables a 2004, que lógicamente hay que cargar contra la reserva prevista por el PP de 2.400 millones de euros (el PP había previsto para el estado un déficit de 6.800 millones de euros, en los que se incluía esa reserva). El Gobierno incluye, parece, entre los gastos, otros 2.700 millones para que el déficit se mida en términos de contabilidad nacional para los que traslada gastos de otros organismos, que aparecen en los presupuestos correspondientes, al Estado.
 
Conclusión, parece que el actual gobierno se va a gastar mucho más, pero todavía no está claro el cuánto. Pero si los ingresos crecen más de lo previsto, como está ocurriendo sobre todo con el impuesto sobre sociedades (que crece a ritmos del 30% frente al 8% presupuestado), y se mantiene el déficit anunciado del Estado, el 1,8% del PIB (los 14.000 millones de euros), la desviación de gasto habrá sido todavía mayor.
 
Trasladar deudas reales, que ya figuran en el balance de una u otra administración pública, como la de Andalucía y RENFE, a un solo ejercicio, me parece lógico, por más que no sea la mejor de las técnicas contables. Excepto que lo que se pretenda sea gastar mucho más en el futuro, manteniendo indefinidamente, cada año, el déficit logrado por estos medios. Una sospecha fundada, porque también hemos sabido que se va a autorizar a las autonomías a que tengan un déficit conjunto cercano al 1% del PIB.
 
En este contexto de manipulación política del gasto, sin referencia alguna a la mejoría de la productividad de la economía española –el leit motiv del programa electoral socialista, que sólo se concreta en un aumento previsto de un máximo de 1.000 millones de euros para 2005 en I+D+i–, se entiende mejor lo que ha ocurrido con las cuentas de Grecia, responsabilidad de Pedro Solbes como anterior comisario de Economía y autoridad máxima de Eurostat, el organismos encargado de analizar, homogeneizar y bendecir las cifras macroeconómicas de los países miembros de la Unión Europea.
 

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