La mayor parte de los economistas tienden a culpar del déficit exterior creciente de EEUU unilateralmente a este país. Y si esto es así, EEUU no se merece los capitales que está recibiendo para financiar el déficit. Dicha “culpa” provendría de un déficit público enorme (3,5% de PIB) y, sobre todo, de un consumo despilfarrador, con una bajísima tasa de ahorro de las familias - un récord histórico del 1,3% de renta disponible. No habría, a su entender, ninguna influencia de lo que pasa en el resto de mundo. No es de extrañar, pues todavía no han conceptuado lo que significa “globalización”, salvo para temerla y apostatar de ella; ¡Vade retro! Es lo que elegantemente llama Greesnpan el amplio sector que sostiene el paradigma post-bélico: “That view holds that the postwar paradigm is still largely in place, and key financial ratios, rather than suggesting an evolving economic structure, reflect extreme values that have materialized within an unchanged structure and must eventually adjust, perhaps abruptly”.
Y como se mantienen sometidos a teorías petrificadas, sólo ven las señales que caben en esos rancios esquemas. Por ejemplo, la tasa de endeudamiento de las familias americanas, es insostenible según este amplio sector; pero no ahora sino desde hace al menos 5 años que es insostenible. ¿Es la única variable significativa la deuda de las familias para medir su solvencia financiera? No hace falta más que mirar al patrimonio de éstas para ver la robusta solidez y la falta de riesgo real.
Sobran las palabras, pero desde luego se ven escasos riesgos de problemas con los bancos, más en un país donde el 80% de los préstamos hipotecarios son a 30 años y tipo de interés fijo, y el 70% es propietario de una vivienda. Tendrían que caer el precio de los pisos un 80% para se presentaran problemas de solvencia - más, si se tienen en cuenta los activos financieros. Y es que la tasa de ahorro, como es calculada, valora los activos a precios históricos. Tampoco se puede hablar de burbuja especulativa, pues el ritmo de revalorización inmobiliaria anual ha sido muy moderado.
Otra idea fija del “postwar paradigm” es que el origen de los desequilibrios está en el país que los sufre. Pero aquí hay cada vez más protagonistas en juego, y tan “responsable” es el que pide prestado como el que presta; y da la casualidad de que hay mucha gente que quiere meter su dinero en EEUU. Véase, como ejemplo, el último dato, referente a enero: entraron 93.000 millones de dólares a largo plazo, de los que nada menos que el 84% son privados. Un dato revelador: la inversión directa está repuntando y se acerca a los niveles del 2000. Todo esto es signo firme de unas expectativas de rentabilidad que, hoy por hoy, parecen confiar en una corrección ordenada del dólar y desdicen los tonos alarmistas del “postwar paradigm”.