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Alberto Recarte

Nuevas estadísticas: enorme crecimiento del gasto

Si las cuentas exteriores estuvieran equilibradas, estaríamos creciendo al 5,8%. El primer sorprendido debe haber sido el propio gobierno, que había previsto crecer el 3%, pero con un sector exterior que restara el 0,6%.

Las nuevas estadísticas del Instituto Nacional de Estadística hacen difícil la comparación de los datos actuales con los de las de años anteriores. Sin duda, estas estadísticas revisadas son más exactas que las previas, pero el cambio ha sido de orden mayor. Concretamente, según los nuevos datos, en el primer trimestre de 2005, la economía española crece el 3,3%, a pesar de que el sector exterior le resta el 2,5%. Si las cuentas exteriores estuvieran equilibradas, estaríamos creciendo al 5,8%. El primer sorprendido debe haber sido el propio gobierno, que había previsto crecer el 3%, pero con un sector exterior que restara el 0,6%. Es decir, que el gasto interno en España –o la demanda interna, que es lo mismo–, por todos los conceptos, consumo e inversión, creciera al 3,6%, en lugar de al 5,8%, al que lo está haciendo.
 
El crecimiento del 3,3% es más compatible con el aumento de los cotizantes a la seguridad social y con los 18,5 millones de ocupados que aparecen en la nueva EPA, que con los datos anteriores, aunque el crecimiento de la productividad se haya desplomado.
 
Por otra parte, un aumento del gasto nacional del 5,8% real, sumado al 3,5% de inflación, supone que la base para muchos impuestos, como el IVA, aumenta casi el 10%, y que otros, ligados a la producción nacional, como el IRPF, en parte el Impuesto sobre sociedades y, en todo caso, cotizaciones sociales, se están cobrando sobre una base que aumenta el 7,2% (3,3% de crecimiento real más 3,5% de inflación). Con estos datos, los ingresos de hacienda por todos los conceptos, dada la elasticidad positiva de los impuestos directos, podrían estar creciendo entre el 8% y el 12%. Si esto es así, un aumento del gasto público del 9%, que es lo que está ocurriendo en algunos capítulos este año, se puede financiar y se puede, incluso, programar, un aumento total del gasto público del 7,6% para el año próximo, sin que se desequilibren las cuentas públicas. Aunque los conceptos que están creciendo no son los más adecuados a nuestra situación económica.
 
En este nuevo escenario, y a pesar de que en 2006 el sector exterior puede volver a incrementar su déficit hasta quizá el 3% del PIB, la economía española podría seguir creciendo y aumentando el empleo un periodo más largo del que suponíamos. La falta de competitividad se traducirá en estancamiento quizá no en 2006, sino posteriormente. Excepto que se produzcan acontecimientos que afecten a la confianza de los consumidores y de los empresarios, y que pueden ser de naturaleza política o económica, internos o externos. Uno de ellos puede haber sido el no francés a la Constitución europea y la situación económica de un país tan importante como Italia, que podría afectar a los propios fundamentos del euro. Si hechos de este tipo tienen repercusión en la confianza, el parón y la posible recesión serían muy rápidos, porque el desequilibrio exterior sería lo único que apenas se reduciría.
 
En conclusión, y de acuerdo con las nuevas estadísticas, la economía española es mucho más fuerte de lo que suponíamos, tiene un mayor potencial de crecimiento y la falta de competitividad, que le terminará por afectar, lo hará más tarde de lo que se deducía de las anteriores cifras. Lo que nos da más tiempo –en teoría– para pensar, para reformar, para invertir más intensamente y para intentar corregir nuestra falta de competitividad.

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