¡Y a mí qué me importa lo que diga el actor Willy, ni que fuera Alfredo Landa!
Me pregunto por qué se otorga tanta importancia a las gratuitas opiniones políticas del actor Willy y no a las de la peluquera Jessica o a las del bombero Cipriano. Si por lo menos su parecer estuviera razonado con seriedad u originalidad, entendería que tuviera algún interés, pero obviamente no es el caso. Si al menos el pavo gozara de algún tipo de prestigio intelectual, comprendería que, tratándonos de pardillos, quisieran colocarnos el “argumento de autoridad”, pero que se sepa, el caballero no presenta otro mérito que el de ser un mero actor desconocido.
¿Qué narices tiene el oficio de comediante que tal ascendiente se le supone? ¿Cuándo se dará la misma relevancia pública a que un grupo de pescaderas (e “intelectuales”) firmen tal o cual manifiesto? ¿Aquí qué pasa, que salir en la tele te convierte en una especie de venerable iluminado? Estamos mu mal y así nos va.
Es lo que ocurre cuando se unen la ignorancia, la maldad y la envidia. Diagnóstico: gazpacho mental y obsesión compulsiva.
Resultado: cinco millones de parados, in crescendo; tejido industrial en deconstrucción; escala de valores: pervertida e invertida...
Pregunta: ¿Que ocurriría en España y, por consiguiente, a los españoles, si gobernasen directamente los de la ceja? ¡Ahora están gobernando indirectamente, junto a los nacionalismos extremos!
Luiberto-Madrid
Y digo yo, ¿es absolutamente imprescindible ser titiritero subvencionado para poder tener derecho a soltar semejantes deposiciones sin ser detenido por delito contra la salud pública?
Evidentemente, es una exageración situar a la clase bancaria entre los demonios que pervierten a la Humanidad, pero... no por ello vamos a situarla en los altares de la beneficiencia. De los problemas que acosan a la sociedad española, es muy (pero que MUY) culpable la Banca (y la Bolsa). Eso sí; porque muchos políticos sinvergüenzas españoles se dejaron comprar por ella y legislaron "a calzón quitado", a favor de la Banca. Urge un cambio de sistema. Lo malo que esto solamente se puede hacer normalmente desde lo que politicamente se conoce como "revolución", (de los que en España hemos tenido toda una panoplia; lerrouxianos, joseantonianos, marxistas, conciliares, apostólicos, jacobinos, carbonarios...). De todas formas, si el cambio de sistema ha de venir de la mano de estos titirit€uros...¡ aviado estamos!