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Cristina Losada

Ora et labora

El Partido Popular, con mayoría absoluta y el empleo floreciente, terminó por retirar una mini reforma del mercado laboral tras una huelga que había tildado de fracaso. ¿Se atrevería a ir más lejos si ahora, por un casual, ganara?

Hace unos días, Guy Sorman se preguntaba en el diario ABC si "los Obama, Sarkozy, Brown y demás Zapateros" habían contribuido a la salida de la recesión que experimentan muchos países; no España, desde luego. La respuesta era que sólo "muy, muy modestamente". Según el intelectual liberal francés, "el desplazamiento del poder real del Estado hacia las empresas y de la nación al mundo priva a los jefes de Estado y de Gobierno de influencia económica". De ahí que "el ego sobredimensionado" de los estadistas busque compensación en absurdas misiones redentoras, como la lucha contra el cambio climático. O en los focos. Miren a Zapatero, capaz de apuntarse a la oración y citar la Biblia con tal de estar cerca de San Obama. Ha de ser terrible para su ego que la ocasión coincida, en el plano internacional, con su vertiginosa caída del pedestal de niño mimado a la triste condición de tonto de la clase.

En España se esperan, sin embargo, grandes cosas de los políticos. Y ello a pesar de que el desprestigio tradicional de quienes se dedican al "arte de lo posible" alcanza hoy inéditas cotas. Entrañables paradojas las nuestras. Ante la ineptitud gubernamental y la ceremonia de la confusión de las reformitas de vida efímera, varias figuras influyentes piden elecciones anticipadas. Coinciden, además, en que el nuevo Gobierno habría de acometer reformas de calado. Las famosas, siempre pendientes, reformas estructurales. Un programa que incluye la contracción del gasto público, las pensiones, el mercado laboral, la negociación colectiva, la reordenación bancaria, la enseñanza, la competitividad y otros platos de digestión complicada. Pero, ¿quién se atreverá a cocinarlos? Ese es el meollo del cogollo, más allá de quien ocupe el sillón de La Moncloa.

El Partido Popular, con mayoría absoluta y el empleo floreciente, terminó por retirar una mini reforma del mercado laboral tras una huelga que había tildado de fracaso. ¿Se atrevería a ir más lejos si ahora, por un casual, ganara? Pensará el PP que ya está bien de enderezar los desastres que elude y agrava el PSOE, y que toca a los socialistas ponerle el cascabel al gato. Bien mirado, son los únicos que pueden hacerlo sin sufrir letales arañazos. De todo lo cual se infiere que tiene razón José Félix Tezanos cuando propone una grosse Koalition para salir de tan comprometido trance. ¿Qué es pura utopía un Gobierno PP-PSOE? Más imposible se antoja que alguno de los dos partidos hinque el diente, por separado, al hueso de las reformas. Mientras tanto, plegarias.

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