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Una huelga parcial para guardar las apariencias

Lo último que necesita este país es que la crisis económica degenere en una crisis social. Claro que el Gobierno que ha amplificado la debacle económica y ha recurrido a la crispación social no es el más legitimado para pedir prudencia a nadie.

teusanes dijo el día 14 de Mayo de 2010 a las 22:50:

Los sindicatos son una estructura político social obsoleta, una reliquia del siglo XIX y parte del XX. Dejar que los sindicatos continúen interpretando el papel de parque temático o ruina arqueológica en el panorama económico y social no es muy grave. Lo que resulta extremadamente peligroso y patético es que aún quieran ser protagonistas en la organización de la vida pública y que lo hagan con una falta total de vergüenza.
El día después del zapaterazo los dos”sindicatos mayoritarios” (los que más dinero reciben de los contribuyentes vía presupuestos generales del Estado) se reunieron en la Moncloa con la mano que les sirve el pienso. En poco más de dos horas diseñaron el plan a seguir y lo anunciaron con cara de cemento: huelga general ¡de funcionarios!
Que la UGT que es el sindicato del Régimen actúe con semejante desfachatez es comprensible, pero que le secunde CCOO no tiene nombre. Una huelga de funcionarios no es buena para el ciudadano, pero se puede asumir como uno de esos días de puente tan típicamente españoles. Pero es genial para las arcas del Estado: cada uno de los funcionarios que vaya a la huelga dejará de ingresar una media de 100 euros por día no trabajado. ¡Hay que quitarse el sombrero delante de Zapatero! La huelga se la van a hacer los “malvados funcionarios”, el pecado original de la crisis del mercado y el cáncer del estado del bienestar. Pero hay que castigar, borrándoles del mapa, negándoles la entrada en cualquier colectivo a los representantes sindicales. Un sindicato todavía vivo, no amaestrado, lo que hubiese hecho es convocar una manifestación multitudinaria de funcionarios, un sábado, para que delante de la Moncloa y delante de la prensa nacional e internacional pidiese a grito pelado y en pancarta la dimisión de Zapatero por mentiroso e inepto. Y hubiese invertido algo del dinero que le pagamos todos los contribuyentes en poner autobuses y bocadillos gratis.

jkl127 dijo el día 14 de Mayo de 2010 a las 21:26:

Cuando yo elegí trabajar para el Estado ganábamos menos que en el resto de las empresas. Recuérdese el piropo :"Tienes los ojos mas negros, niña, que el porvenir de un maestro". Entendíamos que la estabilidad en el empleo compensaba los menores emolumentos. Ahora que nos han puesto algo mejor, se cuestiona la estabilidad en el empleo. ¿Será mewjor que la función pública la ocupen paniaguados y enchufados de los partidos políticos, en una nueva versión del caciquismo medieval. Dios mio en que ha quedado su liberalismo con este editorial. Ustedes que siempre han defendido que no se puede criminalizar a nadie por que gane más dinero o logre estar mejor con su esfuerzo. Se olvidaron de sostener que a quienes se referían eran a los que no son funcionarios.

jkl127 dijo el día 14 de Mayo de 2010 a las 21:17:

Por otra parte, el espíritu liberal del que presumen queda hecho añicos cuando bendicen la intervención estatal para empeorar las condiciones de trabajo que disfrutan ciertos trabajadores. Sin embargo reclaman un liberalismo total para la libre concurrencia de gente que parten de diferentes puntos de partida, unos con pocos o nulos recursos y otros con muchísimos. Nunca había entendido como la izquierda, a los liberales los consideran fachas, nunca. Tras leer su editorial lo acabo comprendiendo.
La libre concurrencia ideal que ustedes pregonan no deja de ser pues una entelequia que nadie ve por ningun sitio materializarse. No es de extrañar que el liberalismo goce de tan poco predicamento y votos en estos tiempos. Si su planteamiento es que en el bién de todos los que estan algo mejor entre los de abajo renuncien a su ventaja y los de arriba, nada de nada, entiendo lo que pasa en nuestra sociedad española.