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Albert Esplugas Boter

Yo no voy

Porque digan lo que digan Zapatero, Almudena Grandes o los liberados sindicales, el sector privado es el motor de la economía. Porque ni el Estado, ni los funcionarios, ni los sindicatos y artistas regados con dinero público pueden subsistir sin nosotros.

Porque quiero vivir mejor de lo que vivieron mis padres. Porque no es justo que las clases productivas paguen la cuenta de una crisis causada por la intervención del Estado en el sistema monetario y un gasto público insostenible. Porque Zapatero se ha empeñado en negar la realidad que todos veían y a mentir a los ciudadanos, haciendo dejadez de su responsabilidad. Porque Rajoy ha preferido la demagogia a la crítica constructiva y las soluciones impopulares.

Porque este Gobierno no ha recortado los impuestos a las familias y a las empresas para que ahorren e inviertan más, creando empleo y riqueza. Porque ha animado a los hogares en números rojos a consumir todavía más para que no se resienta la "demanda agregada" keynesiana. Porque no ha reducido sustancialmente el despilfarro público para que el sector privado disponga de más recursos para reestructurarse. Porque, además, no ha reformado el rigidísimo mercado laboral español a tiempo para evitar que la tasa de paro se disparara al 20%.

No se puede admitir que habiendo tanta gente que no puede trabajar queriendo hacerlo, los afortunados que sí pueden no lo hagan en protesta por una tardía reforma que al menos abaratará un poco el despido y la contratación, promoviendo la movilidad laboral. Porque ninguna ley debería forzar a una parte de la población a permanecer desempleada habiendo empresarios dispuestos a contratarlos bajo condiciones que los parados aceptarían. Porque las partes deberían poder negociar y pactar libremente sus contratos, sin limitaciones impuestas desde fuera. Porque el "derecho a la huelga" es en realidad el privilegio de saltarte unilateralmente un contrato de trabajo sin que el empresario pueda despedirte.

Porque es lamentable que en España esté tan arraigada la mentalidad de funcionario y no haya más cultura emprendedora, más ganas de lanzarse a competir y lograr metas por uno mismo. Porque hay gente que piensa que deben privatizarse las ganancias pero las pérdidas hay que sufragarlas entre todos. Porque algunos creen que tienen derecho a todo sin hacer nada. Porque ser solidario no es pedir que los demás paguen más impuestos sino que eches una mano a alguien que lo necesita.

Porque esta crisis del modelo socialdemócrata vigente está sirviendo para que los socialistas más recalcitrantes proclamen el fin del capitalismo y defiendan una huida hacia delante. Porque en todo el mundo occidental ha habido una oleada de nacionalizaciones, rescates públicos y "estímulos" que se han demostrado inútiles para la recuperación. Porque Occidente debería recordar que la economía planificada lleva a la miseria y la esclavitud. Porque detrás de la economía planificada viene la "democracia popular" y los recortes de derechos civiles. Porque siempre habrá algún grupo de interés, o un premio Nobel, que afirme que es necesario más intervencionismo.

Y, sobre todo, porque digan lo que digan Zapatero, Almudena Grandes o los liberados sindicales, el sector privado es el motor de la economía. Porque ni el Estado, ni los funcionarios, ni los sindicatos y artistas regados con dinero público pueden subsistir sin nosotros. Porque si nosotros paramos, se para todo. Porque hemos heredado, junto con nuestros apellidos, la experiencia de que no existe otra manera de generar riqueza y convivir en libertad. Por todo eso, yo no voy a la huelga general del 29 de septiembre.

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