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Agapito Maestre

La irresponsabilidad planificada

Si esa vía de dependencia de España del exterior se consolidara, entonces la vida política sería una mera pantomima, un simulacro, de algo que se decide fuera, es decir, en Bruselas o en el Fondo Monetario Internacional.

El amigo Alejandro Rubio me despierta de la tarde plomiza de enero con una perla de Mariano de Cavia, escrita en una época política tan mortecina y roma como la nuestra, que dice:

Volverán los oscuros pajarracos
sus nidos en las Cortes a colgar
y otra vez con el ala de los chanchullos,
jugando llamarán;
pero el yerno de Pérez, y el de López,
y el niño de Martín y el de Fabián,
aquellos de las actas en bandeja,
¡ésos no volverán!

Los irónicos versos de Mariano de Cavia son perfectamente aplicables a los actuales "chanchullos" de la tosca casta política española. La cosa pública, sí, está complicada para todos, pero, especialmente, para los políticos, que simulan que no es para tanto la ruina de España, la cosa se pondrá aún más dura. La desafección ciudadana y la abstención política crece por todas partes. La calidad de los liderazgos políticos ha desaparecido. Para empezar el triunfalismo exhibido ayer por Zapatero sobre el futuro de nuestra economía no sólo contrasta con los análisis realistas de cualquier investigador serio de la situación de España, sino que nadie se cree ya nada que surja de la boca de este individuo.

A pesar de todo, Zapatero muestra algún rasgo de cordura, aunque muy tarde, al decir que es menester tomar medidas urgentes, incluso aunque no esté de acuerdo la Oposición; pero Rajoy nos deja cada vez más sorprendido, porque no sólo se muestra remiso a pactar esas reformas económicas con el Gobierno, sino que, además, persiste en decir que, la crisis es tan profunda que apenas se puede hacer nada con los socialistas, entre otras razones, según Rajoy, porque desde mayo de 2010 nos gobiernan desde Bruselas. Sin duda alguna, hay en esa crítica de Rajoy una parte de verdad, pero hay otra de catastrofismo que puede pasarle a él, supuesto de que ganara las elecciones, una seria factura en el futuro.

Si esa vía de dependencia de España del exterior se consolidara, entonces la vida política sería una mera pantomima, un simulacro, de algo que se decide fuera, es decir, en Bruselas o en el Fondo Monetario Internacional. En efecto, si esa "lógica" la lleváramos hasta sus últimas consecuencias, evidentemente, estaríamos al borde de ser intervenidos por la UE. ¿Beneficiaría el rescate a Zapatero o a Rajoy? Me importa una higa la respuesta, porque cualquier tipo de rescate económico de España supone una perdida de autonomía política de los ciudadanos de España. Eso sí me preocupa. Nuestro destino político no nos pertenecería porque lo ha vendido el Gobierno en particular, y toda la casta política en general, que se ha hecho de la irresponsabilidad su forma natural de actuar. En pocas palabras, el rescate de la economía de España desde fuera de las instancias nacionales supondrá la desaparición de la posibilidad de que los ciudadanos españoles decidan sobre su futuro. Se trata, simple y llanamente, de una manera sutil de convertir al ciudadano en un súbdito de las decisiones de la señora Merkel o de Strauss-Kahn. En estas condiciones, ¿qué sentido puede tener la pregunta de "quién gobernará en el futuro"? Ninguno.

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