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"La economía prueba que la tregua de ETA del 98 fue creíble y la del 2006 no"

Colino analiza cómo algunos periodos de atenuación de la violencia terrorista han afectado a variables tan importantes como la inversión o el empleo.

El terrorismo es una de las principales amenazas para la estabilidad económica, ya sea a nivel nacional o internacional, y es, precisamente, este tema el que ha querido analizar en su tesis Alberto Colino, doctor en Economía por la Universidad Rey Juan Carlos. Su investigación estudia desde un punto de vista económico qué efectos ha tenido la actividad de ETA en la economía del País Vasco.

Pregunta (P): ¿Cuáles son las consecuencias económicas directas que sufre el País Vasco desde el nacimiento de ETA?

Respuesta (R): El terrorismo deprime la actividad económica por medio de la incertidumbre que genera en la región. La incertidumbre relacionada con niveles de violencia hace que los empresarios decidan posponer sus inversiones hasta reunir más información acerca del futuro, lo mismo ocurre con el empleo o con las enormes cantidades de recursos que son todos los años retirados de usos productivos y destinados a implementar mayores medidas de seguridad.

Hay estudios que señalan que como consecuencia de ETA el PIB per cápita en esta región es ahora un 10% menor de lo que habría sido de no existir la amenaza de la banda... Un coste bastante elevado.

P: ¿En que medida Gobierno y empresarios orientan los recursos productivos a garantizar la seguridad de la región?

R: Como es lógico, en una región afectada por el terrorismo el gasto público en implementar medidas de seguridad eficaces se multiplica, tanto en las características y la cantidad de fuerzas policiales que se necesitan como en los recursos empleados en la rehabilitación del mobiliario urbano perjudicado por los episodios de violencia callejera.

Y en el caso de los empresarios, la situación de una continua amenaza terrorista o de extorsión (como ha sido el caso de la Y Vasca) les obliga a invertir en seguridad privada si deciden negarse a pagar el "impuesto revolucionario".

P: ¿Son los periodos de "tregua" etapas de auge económico?

R: No necesariamente. El principal resultado que obtengo en mi tesis es que sólo en aquellos periodos de tregua en los que hubo "expectativas reales" sobre el fin de la violencia se apreciaron efectos positivos sobre variables como la inversión o el empleo.

P: ¿Qué diferencias se observan entre los distintos anuncios de "tregua"?

R: La credibilidad del proceso. Algunos periodos de tregua resultaron exitosos por sus efectos sobre los factores productivos, tales como la inversión en capital físico y los niveles de empleo de las empresas vascas, porque los empresarios confiaban en la veracidad de la intención de acabar con el terrorismo.

Podría destacar la "tregua del 98", gestionada por el Gobierno de José María Aznar (PP), donde se observaron aumentos tanto en la inversión como en el número de contratados de las empresas vascas. Señalar que estos resultados los obtengo en relación a otros grupos de control, que son Madrid y Cataluña.

P: ¿Qué sucedió en 1998 para poder calificar la tregua de "exitosa"?

R: En el periodo de alto el fuego (1998-1999) aconteció un crecimiento del número de empresas manufactureras vascas hasta del 10,6%, mientras que en Cataluña y Madrid sólo lo hizo en un 3,52%. Se trata de un claro indicador de cómo aumentó la actividad económica del País Vasco a raíz del "proceso de paz".

Otro dato es que si comparamos la tasa de crecimiento de la inversión productiva en los años inmediatamente anteriores y posteriores a la tregua (entre 1996 y 2004), ésta disminuía a un ritmo del 2% anual, mientras que durante la tregua aumentó un 22,6% anual en esta región. En el caso de Cataluña y Madrid esta cifra en el periodo de "no-tregua" era del 7,8% y en el año 98, durante la tregua, incluso llegó a situarse en el 6,5%.

Además, mientras que el tamaño medio de las empresas vascas era de 33 trabajadores, dicha cifra aumentó hasta los 41,5 durante esa etapa de alto el fuego. En Cataluña y Madrid tan sólo creció hasta los 37.

P: ¿Y en el lado opuesto? ¿Qué "treguas" no fueron creíbles?

R: Las del 96 y 92 no resultaron tan significativas como la del 98. Y mucho menos la de 2006, ya que nos situamos en un contexto de debilidad de la banda y con unos niveles de violencia (por el número de víctimas) bajo mínimos.

Por ello, la tregua del 2006 no resultó creíble en absoluto. Esto lo demuestra la variable que mide el número de empresas. En este caso, la región vasca se situó a la cola de España en cuanto a la creación de empresas. De hecho, perdió un 1,8% de sociedades durante ese período. El motivo fue que los agentes económicos no consideraron esta tregua creíble y no emprendieron sus proyectos.

P: ¿Pero no sería precisamente esa debilidad de la banda la que tendría que haber causado el efecto contrario?

R: No. La debilidad de la banda lleva a pensar que ETA decreta la tregua para rearmarse y tratar de volver a emprender sus actividades. De hecho, la banda nunca cesó en 2006 su extorsión a los empresarios vascos, y esto es un indicador de la escasa confianza que tenían los empresarios en el denominado "proceso de paz".

P: ¿A dónde va el capital de los empresarios vascos que no se invierte en la región?

R: Podríamos pensar que la cantidad que no se invierte en el País Vasco se redirige a otras regiones españolas o extranjeras, pero lo cierto es que no se produce ese efecto sustitución. Normalmente, los empresarios vascos deciden no invertir en otras regiones y prefieren retener sus capitales a la espera de que mejoren las expectativas. 

P: ¿Qué requisitos debe cumplir un Gobierno para que una tregua sea eficaz?

R: Existen algunos elementos comunes que pueden garantizar el éxito, tales como la duración del periodo de paz -las treguas cortas no son creíbles-; las treguas que se observan exitosas son aquéllas en las que se dan conversaciones en un tercer país y con mediación internacional, tal y como ocurrió en el 98 en Zurich; además, es recomendable que antes de decretar esos periodos de tregua exista un consenso entre las diferentes fuerzas políticas para que exista un acuerdo al respecto.

P: ¿Cómo valora el vigente "alto el fuego" anunciado por ETA?

R: Actualmente, se ha decretado una tregua que se supone que es "verificable". Ya veremos de qué manera pretenden que se verifique o no. Yo creo que es muy importante el no realizar concesiones a nivel político antes de obtener una convicción firme del fin de la violencia, porque sino lo único que se consigue es fortalecer a la banda y a su brazo político.

Es imprescindible llevar el proceso con cautela, ya que las experiencias previas demuestran que ETA siempre ha terminado las treguas llevando a cabo nuevos atentados y utilizando estos periodos para rearmarse.

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