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Alberto Recarte: "España seguirá en riesgo con un crecimiento del 1%"

Los retos son reducir el déficit, sanear la banca y crecer. Los dos primeros son factibles, según explicó Recarte en una conferencia en el CFA Institute.

En una conferencia organizada el martes por el CFA Institute, en colaboración con la Escuela de Negocios CUNEF, Alberto Recarte explicó los grandes retos a los que se enfrenta la economía nacional. Presentado por Borja Durán, presidente de CFA España y socio directo de Wealth Solutions, y bajo el título Las Reformas y el Posible Rescate de España, el presidente de Libertad Digital detalló los factores clave para evitar una posible intervención de España por parte de las autoridades internacionales, al estilo de lo acontecido en Grecia, Irlanda y Portugal.

Estos tres grandes retos son cumplir con los objetivos de déficit público marcados por Bruselas, sanear el sector financiero para que vuelva a fluir el crédito e impulsar el crecimiento económico. Según Recarte, los dos primeros objetivos son factibles, mientras que "la gran debilidad de España es el crecimiento".

Así, si bien el déficit debe reducirse hasta el 6% del PIB este año, el problema radica en que el Gobierno confía en que el PIB avance un 1,3% en 2011 y más del 2% en 2012 y 2013 para poder cuadrar las cuentas. Unas previsiones que, a la vista de los datos, parecen excesivamente optimistas.

Déficit público

Pese a ello, la ventaja en este ámbito consiste en que "hay margen para recortar la inversión pública", situada en el 5% del PIB en los últimos años; el nivel de deuda pública sigue siendo baja (60,2% del PIB en 2010) en comparación con la media europea; además, la privatización de activos como Loterías, el 49% de AENA y otras participaciones industriales podría reportar unos 38.000 millones de euros a las arcas públicas.

En este sentido, el "gran reto siguen siendo las CCAA. El resto del ajuste lo tendrán que hacer los gobiernos autonómicos". Y la ventaja para el Gobierno es que la Constitución permite restringir el gasto de autonomías y ayuntamientos. De este modo, es muy probable, según Recarte, que la necesaria corrección de las cuentas regionales se produzca a partir de las elecciones del 22 de mayo. En definitiva, reducir el déficit al 6% en 2011 es "posible".

Sistema financiero

El segundo gran reto es sanear el sistema financiero. "El estallido de la burbuja inmobiliaria ha provocado unas pérdidas de entre 200.000 y 250.000 millones de euros al sector". Sin embargo, bancos y cajas han provisionado ya cerca de 100.000 millones y han aumentado sus reservas de capital por valor de otros 50.000, lo que hace un colchón total próximo a los 150.000 millones de euros. Así pues, "faltarían unos 75.000 millones por cubrir", indicó.

Pese a ello, gracias al elevado margen de explotación que disfrutan las entidades españolas es posible aumentar las provisiones en otros 55.000 millones de euros en 2011 y 2012, faltando unos 20.000 millones que serían cubiertos por el FROB (fondo de rescate bancario). De este modo, "la mayoría de las pérdidas estarían cubiertas a finales del próximo año", avanzó. "Lo grueso está hecho. El sector financiero no va a ser el culpable del posible rescate de España. Son cifras perfectamente asumibles", enfatizó Recarte.

Así pues, "suponiendo que se logra recortar el déficit y sanear la banca, ¿qué queda para que no nos pase lo mismo que a Grecia?", preguntó. "Lo más importante": impulsar el crecimiento. Un reto que pasa, ineludiblemente, por "reformar la negociación colectiva", advirtió. Y es que, "sin la reforma de la negociación colectiva España no crecerá".

El reto del crecimiento

La "gran incógnita" que aún debe despejar España es "por dónde vamos a crecer" y, por tanto, "cuál será la próxima fuente de generación de empleo". No obstante, tal y como explicó Recarte en su último ensayo, tres artículos en los que analiza la evolución de la economía española desde la perspectiva del empleo, ni la Administración Pública ni la construcción serán los motores laborales del país en los próximos años, a diferencia de lo acontecido en las últimas décadas. "Queda, pues, o la industria o los servicios".

Sin embargo, la clave no es "dónde se crecerá sino establecer las condiciones necesarias para permitir tal crecimiento". Y éstas, más allá de reducir el déficit y sanear la banca para que conceda créditos, pasan por "reformar el mercado de trabajo".

Entre los múltiples aspectos que se podrían cambiar, Recarte apostó por eliminar la financiación pública a los sindicatos; reducir los convenios colectivos existentes -que se dividen en nacionales, sectoriales, provinciales, etc.-; que los salarios no se indexen a la inflación; borrar la ultraactividad (que impone la vigencia del convenio en caso de que empresarios y sindicatos no alcancen un acuerdo), así como reformar las cláusulas de descuelgue para permitir que las empresas se desliguen del convenio en caso de pérdidas.

En este sentido, Recarte calificó la indexación de salarios a la inflación como un "sistema salvaje", ya que impide mejorar la competitividad de la economía española. No obstante, éste es el principal motivo por el que España ha registrado históricamente una inflación más alta que la media de la zona euro y, especialmente, Alemania, con la consiguiente pérdida de competitividad.

Por ello, si no se reforma adecuadamente la negociación colectiva "el IPC español seguirá siendo más alto que la media de la zona euro", limitando de paso el crecimiento económico. Y he aquí el gran problema, según Recarte: "Si España sigue creciendo al 1% tendremos dificultades, ya que caeremos en un círculo vicioso del que será muy difícil salir".

Pese a ello, la dificultad aquí radica en que la mera negociación de los convenios "dan trabajo a cerca de 50.000 personas de sindicatos y patronal", los cuales no tienen "ningún interés" en reformar el actual sistema.

Por otro lado, Recarte criticó duramente la política económica del Gobierno durante la crisis. Así, la inexistencia de reformas estructurales, el aumento del gasto público, así como el retraso a la hora de contener el déficit y, sobre todo, recapitalizar la banca han sido obstáculos para la recuperación. En concreto, estos "errores de política económica han causado directamente entre 500.000 y 1 millón de parados adicionales", más allá de la crisis.

Por último, también abogó por reformar la estructura fiscal con el objetivo de incentivar la inversión y atraer capital foráneo. Recarte propuso reducir las cotizaciones sociales, como mínimo, en cinco puntos y bajar el Impuesto de Sociedades al 15%, así como subir en 2 puntos el IVA para compensar la consiguiente caída de la recaudación.

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