Digamos las cosas por su nombre. Si las emisiones de deuda pública de un País son compradas por otra institución pública (léase, BCE) es que ese País ha sido intervenido. Así de sencillo.
Si el Gobierno del Reino de España no es capaz de que nadie le compre emisiones de deuda -salvo los socios de la UE a través del BCE- es porque ya nadie confía en que podamos cumplir con nuestros compromisos.
Llegados a este punto, me hago las siguientes preguntas:
¿Nadie va a pedir cuentas por la condonación de una deuda de 6 millones de euros de la quebrada Caja Cataluña al PSC?
¿Nadie va a pedir cuentas por la quiebra de la Caja Castilla-La Mancha?
¿Nadie va a pedir cuentas por los aeropuertos y los AVE que no tienen pasajeros?
¿Nadie va a pedir cuentas por comprar deuda a un país quebrado como Grecia, sabiendo que no nos devolverá el dinero y que sin embargo nosotros, los contribuyentes, debemos pagar intereses por el mismo?
¿Nadie va a pedir cuentas por haber vaciado el fondo de reserva de 60.000 millones de la Seguridad Social y haber cambiado los euros por papelitos de nuestra propia deuda?
¿Nadie va a pedir cuentas por haber malvendido nuestras reservas de oro?
Si nadie, con responsabilidades públicas (políticos, fiscales, jueces...) va a pedir cuentas por nada de todo esto (y más), quizás será hora de que El Pueblo las tome por su mano.
Si algo nos enseña la Historia es que es cíclica. Cuando una situación se torna injusta e insoportable, cuando una casta de privilegiados decide vivir a costa de los trabajadores, de los humildes y de la gente honrada que respeta las leyes y paga sus impuestos, quedan perfectamente justificados los cambios drásticos. Hay revoluciones que han estallado por algo tan simple como una subida de impuestos de te o por quitar la licencia a un pobre vendedor ambulante. Y, entonces, el pueblo se toma su propia justicia con los políticos, sindicalistas y funcionarios, que han vivido a costa del sufrimiento ajeno.
Demóstenes, desde la Cosa Dorada.
Que España se acerca al precipicio, pues que el BCE nos lo arregle.
Que tenemos un grave problema laboral, reunimos a patronal y sindicatos y listo.
Que nos secuestran barcos en Somalia, pues llamamos a la Operación Atalanta.
Que nos derriban los talibanes un helicóptero, pues la culpa es del viento.
Que España se desangra por los cuatro costados, es Mariano que no apoya.
Moraleja : el socialista está para cobrar pero no para gestionar.
"Solución final" a la islandesa. YA.
¡A nosotros los vikingos!