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¡Viva la dictadura de los mercados!

Los lunes se levantan enérgicos en contra de que un Estado deficitario se endeude en los mercados, mientras que los martes salen a la calle para oponerse a que el Estado renuncie al déficit y deje de depender de esos mercados.

Amagi24 dijo el día 30 de Agosto de 2011 a las 22:02:

Estoy de acuerdo en que el déficit es un problema sobre todo por el despilfarro de muchos políticos aunque su inclusión en la Constitución ha sido un fraude consensuado por nuestra partitocracia (y no se acabará cumpliendo). Más dudas me deja la afirmación “toda la izquierda es consciente de que, en Occidente, la tributación ya se encuentra en unos niveles prácticamente confiscatorios, por lo que queda poco margen para trasquilar la oveja sin arrancarle la piel”. Entonces, ¿son de izquierda o antisistema los millonarios de EE.UU, Francia y Alemania que piden incrementar la presión fiscal a los ricos (a ellos mismos)? Según el Eurostat la presión fiscal ha disminuido en la última década una media de 2 puntos en la Unión Europea (27), 3 puntos en el área Euro (17) y en España, país que tiene la 7º menor presión fiscal de toda la Unión Europea. En cuanto a que “Es mucho más sencillo endeudarse, gastar con cargo a los ingresos tributarios futuros... y el que venga detrás que arree” estoy de acuerdo, pero no confundamos el déficit correspondiente al gasto corriente (que ha de estar equilibrado) con las inversiones que se supone que tienen también una utilidad futura (de ahí que en ningún país se requiera para esta partida el déficit cero sino un porcentaje del PIB, el Pacto de estabilidad de la Unión Europea establece el 3%). Tampoco tengo clara la afirmación “todo cabe dentro de esa elástica categoría de "derechos sociales", que no es más que una excusa para arrebatarles la riqueza a los individuos y empresas que la producen para transferírsela a quienes ni lo hacen ni tienen la más mínima intención de hacerlo”. Esa “elástica categoría de derechos sociales" puede incluir derechos como el derecho al trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, a la seguridad e higiene en el trabajo, a la protección del desempleo, a la seguridad social y asistencia social, a la salud, a la educación y formación profesional, a la enseñanza gratuita, a la vivienda, a nivel de vida adecuado y medios de subsistencia, a la propiedad, a la protección de los consumidores o a participar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones muchos de ellos reconocidos por la Constitución Española, la Carta Social Europea, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Declaración Universal de Derechos Humanos o la Carta Social Europea que son principios de las sociedades abiertas y de las democracias liberales (no de China o Somalia). Un debate sería cuáles derechos se quieren proteger y cómo se deberían proteger.

Saludos.

Bacin dijo el día 30 de Agosto de 2011 a las 16:33:

Sería ético que los periodistas se documentaran, Cortessa, tiene usted razón. Solo que en el caso que nos ocupa, el columnista resulta ser doctor en economía. La documentación, por tanto, se le supone; y para rebatir este extremo es necesario algo más que acusar al interlocutor de que no le entiende a uno, como hacen todos los adolescentes cuando aún no han descubierto que sus ideas no son originales. Por eso, no solo es necesario que los periodistas se documenten. También deben hacerlo los lectores; y si resultan ser indocumentados, que, al menos, sepan leer los datos identificativos que figuran al pie de cada columna.

miguel26 dijo el día 30 de Agosto de 2011 a las 16:25:

A estos, en vez de indignados, habría que llamarlos indignantes.

zgzna dijo el día 30 de Agosto de 2011 a las 15:03:

Genial, cráneo privilegiado.
Desentrañas muy bien el verdadero mecanismo interno de la izquierda, por eso se enfadan tanto contigo. Veo que se han pasado por aquí lectores similares a tu tertuliana de ayer, la Irene, y que leen la misma bibliografía que ella estilo "Quién se ha llevado mi queso" - como vino a decir Luis del Pino-.

teruelan dijo el día 30 de Agosto de 2011 a las 12:09:

Se puede decir mas alto, pero no mas claro

cortessa dijo el día 30 de Agosto de 2011 a las 09:20:

En lo que sí estamos de acuerdo es en que esta reforma constitucional es un fraude perpetrado por nuestra partitocracia, así que no veo la razón para que usted se oponga a la demanda de un referéndum para validar esta reforma, a no ser que las porpuestas sean buenas o malas dependiendo únicamente de quien las haga, postura que podría calificarse de sectarismo absurdo. En cuanto a derechos sociales y personas denominadas por usted 'de izquierdas', entre las que imagino me incluye, le diré que no tengo la más mínima intención de vivir de la sopa boba, sino únicamente reclamar al estado las prestaciones que cobra mensualmente a través de una parte del sueldo que gano con mi actividad productiva. En cuanto a la tributación, sería un primer paso intentar controlar los 50.000 millones de euros que anualmente defraudan al fisco las grandes empresas principalmente, esas que producen riqueza (mucha, pero para ellos). Privilegios de ¿'indignados'? ¿qué privilegios tienen los 'indignados'? Cómo a la vista de su artículo no puede uno considerarle un profesional, quizás como mucho un aficionado a la escritura, como yo mismo, me voy a permitir darle un consejo de igual a igual: cuando vaya a escribir, documéntese.

cortessa dijo el día 30 de Agosto de 2011 a las 09:19:

Buenos días. En esta publicación mezclan ustedes conceptos deliberadamente y sin ninguna base. En primer lugar decirle que los 'indignados' no son un grupo de extrema izquierda, sino muchos grupos de personas, en general poco definidos ideológicamente, agrupados en torno a colectivos como Democracia Real Ya, las distintas asambleas de distintas ciudades y barrios, Juventud sin Futuro, Plataforma de Afectados por la Hipoteca y un largo etcétera. Todos estos colectivos son autónomos y dentro de ellos hay personas que colaboran o se adscriben a ellos en mayor o menor medida. Después de homogeneizarlos artificalmente, mezcla usted a toda esta gente con los sindicatos, que si bien pueden tener alguna opinión coincidente, en ningún caso son organizaciones próximas a todo ese entramado que usted simplifica hasta el absurdo llamando 'los indignados'. Por otra parte, dice usted que "los indignados se manifiestan ahora en contra de que nuestros políticos busquen reducir la excesiva dependencia de la Administración Pública de los mercados". Si cumpliera con la obligación ética que todo periodista tiene de documentarse adecuadamente, sabría (intuyo que lo sabe pero lo disimula) que una de las primeras y más activas demandas de "los indignados" es precisamente que nuestros políticos reduzcan la dependencia de la Administración Pública de los mercados, pero no poniendo el pago de la deuda como prioridad absoluta en la Constitución, como pretenden, sino como se viene exigiendo, controlando el patrimonio y los gastos de la clase política, evitando la inyección de capital público a empresas privadas y aumentando los ingresos a través de la eliminación del fraude fiscal (enorme problema) y el control de los paraísos fiscales.