Punt:
No solo las devoluciones. Con el importe de la compra, los supermercados entregan puntos canjeables por existencias.
Y la respuesta es no. Los supermercados no se convierten en bancos centrales en ningún caso por entregar esos vales, ni siquiera en bancos comerciales, aunque sin duda crean dinero propio(que no moneda, eso es otra cosa), dinero incluso respaldado por unas existencias, a diferencia del dinero de curso legal, que no tiene respaldo material alguno por cierto.
Que emitan dinero propio no significa que generen actividad monetaria, pues el respaldo de sus vales con sus stocks por una parte y la prohibición legal de recibir depósitos por otra, les alejan de todo riesgo de creación y expansión monetaria.
Nada que ver con la propuesta del Ayuntamiento que es la inversa intercambiar puntos por "dinero efectivo de la Caja del Ayuntamiento", no se aclara si en moneda de curso legal directamente o mediante mero apunte contable.
Es lo de menos, pues ese pago sólo es posible si existe una autorización del gasto por el interventor municipal y ésta requiere a su vez que el gasto se refleje adecuadamente en el presupuesto.
Pues bien, como se pretende que "toda aquella subvención en materia de empleo, vivienda o educación" que una empresa o ciudadano reciba del ayuntamiento, "la tenga que utilizar obligatoriamente" en comercios de Alzira ofrece pocas dudas el hecho de que los fondos formalmente previstos en el presupuesto municipal a subvenciones en materia de empleo, vivienda o educación,no tendrán ese destino en ningún caso, ya que el destino económico real de esos fondos municipales será precisamente el comercio local.
Pues bien, ni acierto a comprender como unos fondos públicos para subvenciones en vivienda pueden ser intercambiables con otros destinados a subvenciones de empleo o educación, ni mucho menos aún adivino cómo unos fondos públicos destinados en todo caso a subvenciones a particulares pueden acabar ingresando en la cuenta de comercios o empresas locales de Alcira en detrimento de los propios ciudadanos de esa población que eran los llamados a percibirlos directamente.
Lo que pretende el Ayuntamiento, en definitiva, no es más que un desvío de fondos públicos, de tal manera que en lugar de destinarse a cubrir las necesidades educativas, de empleo o vivienda de unos particulares, económicamente integren una subvención directa al comercio local.
Es bien sabido que las subvenciones públicas al comercio, merman la competencia, la unidad de mercado, y los tratados de la Unión Europea que las prohíben de modo expreso.
Por tanto desde el punto de vista legal la ocurrencia se me antoja un fraude.
Conozco unos cuantos comercios en los que, al devolver un artículo, se entrega a cambio un vale de compra por su importe, sólo canjeable en el mismo comercio. Creo que la idea del ayuntamiento de Alzira es la misma. ¿Puede considerarse que los comercios que entregan vales se están instituyendo en bancos centrales con moneda propia? Me temo que eso sea ir un pelín demasiado lejos, como lo es hacer equivaler cualquier medio de pago que use este ayuntamiento con "dinero emitido por un Banco Central".
Además, hay cosas en las que no entra el artículo:
- ¿Cuál es el tratamiento fiscal de esas subvenciones y ayudas en forma de carta de pago?
- ¿Pagan impuestos como incremento patrimonial o están exentas como lo están hasta cierto importe los cheques restaurante que entregan algunas empresas?
- ¿Pueden circular libremente esas "cartas de pago" o su uso está restringido a su titular? (aunque para cobrarlas es requisito ser comerciante local)
El sr Braun afirma que "Es evidente que no se trata de una carta de pago libremente canjeable por dinero de igual valor", pero no veo que sea tan evidente desde el momento en que el mismo artículo afirma que "Se trata de una carta de pago (...) que el comerciante que la reciba canjearía por efectivo en la caja del Ayuntamiento".
Luego lo que chirría es el "libremente": si un ciudadano recibe un vale por X euros y paga con él a un comerciante, éste cobrará los mismos X euros en el ayuntamiento, sin ningún descuento (o sea que sí es "una carta de pago canjeable por dinero de igual valor"). Lógicamente, cabe la posibilidad de que haya quien acuda a cualquier comercio a canjear directamente sus vales por dinero, sin pagar con ellos ninguna compra (o acudir con un vale de gran valor a hacer una compra pequeña para obtener el cambio en dinero)
Así pues, sobre todo en vista de que la supuesta obligación de consumir en Alzira tiene más agujeros que un colador, lo que creo es que lo único que consigue el ayuntamiento con estas cartas de pago es diferir el desembolso económico real, suavizando así el impacto económico de sus propias ayudas y subvenciones.
Lógicamente, si esos vales tienes "condiciones especiales de uso", como asignación nominal (que sólo pueda pagar con ellos el titular de la ayuda), caducidad u obligación de consumo íntegro (que el comerciante no tenga por qué entregar el cambio, como sucede con los tickets restaurante), entonces coincido en que no hay una equivalencia dineraria real.
Un saludo.
¿Acaso la libertad de disposición no es un argumento suficiente? porque con papeles del Ayuntamiento de Alzira sólo se podrá disponer en alzira, convirtiéndose el ayuntamiento en un banco soberano. O sea, estamos o no estamos en el Euro. Algunos lo ponen fácil para que nos echen. Final, ¿qué le parece a los que la medida les resulte buena, que en su empresa le paguen con papelitos que sólo podrá canjear en el economato de la propia empresa? Eso sí, eligiendo el pagador entre los diversos productos que le ofrezcan, sean muchos o pocos. A este paso volvemos a la economía del trueque, es decir: a la alta edad media.
Buenos días D. Carlos
Sólo quería hacer un comentario a su articulo. Normalmente uno espera encontrar en un artículo de opinión un hecho, y una justificación en este caso económica para refutar o confirmar ese hecho. Aquí no estoy encontrando la explicación que esperaba y simplemente ud. está diciendo que lo que se hace en alzira esta muy pero que muy mal, sin dar un razonamiento objetivo para sostener su tésis.
Independientemente de echar en falta un argumento sólido a su comentario y al hecho de que critique el funcionamiento con unos papelitos del ayuntamiento, estoy de acuerdo en que si se da un dinero a alguien es para que ese alguien lo gaste con libertad donde desee y como desee, que esto no es la URSS (todavia)
Este es el nivel de "estepaís" y así nos va.
[gracian] Efectivamente. No había caído (o mejor dicho, no tenía el dato) en el hecho de que el propio planteamiento implica una malversación de las subvenciones, puesto que se conceden para cuestiones alejadas del comercio y, en cambio, los cheques que se entregan sólo pueden canjearse en el comercio (*).
Así pues, las únicas opciones que dejan son el "blanqueo" y la malversación de los cheques (que, a fin de cuentas, son dos formas de lo mismo):
- El "blanqueo" consiste en acudir a un comercio y cambiar directamente el cheque por dinero, yendo después el comerciante a cambiar el cheque al ayuntamiento para resarcirse del dinero entregado.
- La "malversación" consistiría en usar los cheques para transacciones comerciales, pagando el hecho subvencionado (vivienda, educación, etc) con fondos propios (que habrían quedado liberados de ser usados en las citadas transacciones comerciales).
Todo sea dicho, la segunda opción tiene más de artificio contable que de malversación, puesto que no se sustraen los fondos de su uso legítimo sino que se sustituyen por otros de igual importe.
En cualquier caso, coincido en que es un contradiós.
Un saludo.
(*) Podría alegarse que las subvenciones a educación se pueden traducir en libros de texto (que se compran en comercios) o que las subvenciones a la vivienda se pueden traducir en la contratación de obras de reforma a obreros locales. Lo que no veo es cómo puede llegar al comercio una ayuda al empleo sin malversarla (salvo que la ayuda se emplee para una subcontratación, de modo que el "comercio" sea la empresa que subcontrata).