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El mercado empieza a descontar la quiebra de Portugal

Los inversores dan por hecho que Grecia quebrará de forma desordenada. Portugal será el siguiente en suspender pagos.

La deuda de Grecia, Portugal y Chipre es bono basura, según la última calificación otorgada por Standard & Poor’s (S&P) el pasado viernes. Esta nota (rating) implica que existe un gran riesgo de impago en la deuda soberana de estos países.

El segundo plan de rescate griego, acordado el pasado verano, ya contemplaba la aplicación de quitas "voluntarias" de hasta el 50% sobre los bonos pertenecientes a los acreedores privados. Sin embargo, la negociación con los inversores se ha complicado en las últimas semanas, hasta el punto de que parece haber encallado.

El problema aquí es que, tal y como avanzó Libre Mercado, tal descuento resulta insuficiente para reequilibrar la deuda helena hasta un nivel sostenible. Atenas y la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) presionan para elevar la quita hasta el 75%, pero muchos inversores no están dispuestos a aceptar tal volumen de pérdidas. Urge alcanzar un acuerdo antes de marzo, momento en el que vencen 14.500 millones de euros en bonos que Grecia no podrá pagar sin el dinero del segundo rescate.

Ante tal situación, el mercado ya descuenta una quiebra desordenada de Grecia. Así, en las últimas jornadas, la rentabilidad del bono heleno a un año no toca techo, tras superar ampliamente el 400%. Mientras S&P habla ya abiertamente de quiebra "inminente" de Grecia, la agencia Fitch señala este martes que tal escenario no sería ninguna sorpresa. Atenas es insolvente, y no podrá hacer frente al vencimiento de bonos del próximo 20 de marzo, advierte.

La situación de Portugal no es mucho mejor. La deuda lusa fue nuevamente rebajada otros dos tramos por S&P, y la reacción del mercado parece confirmar este diagnóstico. El rendimiento de sus bonos a dos años se disparó hasta el 13,5% el lunes, el de cinco años rozó el 17%.

La prima de riesgo del Gobierno luso aumentó 180 puntos básicos en una sola jornada, hasta alcanzar los 1.250 -diferencia entre la rentabilidad de la deuda portuguesa a 10 años y la alemana del mismo plazo-.

De este modo, los inversores están empezando a descontar la posibilidad de que Portugal, al igual que Grecia, acabe suspendiendo pagos, un escenario que ya empezó a barajarse en la segunda mitad del pasado año.

Por su parte, la prima de riesgo de España e Italia no se vio afectada del mismo modo por la rebaja de S&P, al menos por el momento. Y ello, entre otras razones, porque el BCE volvió a acudir al mercado secundario para comprar bonos de ambos países. De hecho, tras el rescate encubierto puesto en marcha por el organismo monetario el pasado diciembre, el presidente del BCE, Mario Draghi, admitió el lunes la necesidad de reforzar el Fondo de rescate europeo para salvar, precisamente, a los bancos españoles e italianos en problemas.

En definitiva, hoy por hoy, Grecia parece enfrentarse a la "quiebra inminente"; los inversores empiezan a descontar el impago de Portugal; y ya se admite de forma oficial que España e Italia precisarán de algún tipo de rescate internacional.

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