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El 'banco malo' podrá financiarse con parte del rescate de la UE

La sociedad constituirá antes de finales de noviembre, se llamará Sareb y la mayoría de su capital estará en manos privadas.

El "banco malo" se constituirá antes de finales de noviembre, se llamará Sareb, durará quince años, tendrá unos activos que no sobrepasarán los 90.000 millones de euros de valor y tendrá más del 50% de sus acciones en manos de inversores privados. Si lo necesita, tendrá abierta la vía de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), es decir, que podrá coger parte de los 100.000 millones del rescate financiero que  está disponible para España desde antes del verano. Y sus bonos estarán respaldados por el Estado español y podrán descontarse en la ventanilla del Banco Central Europeo (BCE).

Éstas son las características más importantes de la Sociedad de Gestión de Activos con la que el Gobierno quiere sanear de una vez por todas los problemas del sector financiero español, atenazado desde hace años por el agujero que dejó en sus balances la explosión de la burbuja del ladrillo.

"Ni es banco ni pretendemos que sea malo", aseguran en el Gobierno sobre una Sociedad que se constituirá como Sociedad Anónima y que tendrá como accionistas al Frob (siempre en una proporción inferior al 50%) y a inversores institucionales que el Gobierno quiere que tengan relación con el sector inmobiliario (espera que acudan a su llamada bancos, aseguradoras, fondos de inversión,...).

En principio, el límite máximo del valor de sus activos será de 90.000 millones de euros, aunque desde Economía aseguran que los activos que recibirá en un primer momento tendrán un valor mucho más reducido y que ese límite se impone para evitar que en un futuro pueda crecer indefinidamente. Respecto a la composición del pasivo, Luis de Guindos avanzó hace unas semanas en el Congreso que el 10% serán acciones y el resto se financiará mediante bonos, que tendrán el respaldo del Tesoro y se podrán descontar en la ventanilla del BCE.

La Sareb recibirá los activos inmobiliarios procedentes de los bancos y les pagará a estos por los mismos. Desde el Gobierno, aseguran que las viviendas serán una parte pequeña del capital de la sociedad y que la mayoría de los activos serán suelo y promociones en curso.

Evidentemente, en un esquema de este tipo, la clave está en el precio de transferencia que pagará la Sareb a los bancos por los activos. Si paga mucho, luego la nueva sociedad tendrá complicado sacar beneficios cuando saque estos bienes al mercado. Si paga poco, provocará un enorme agujero en el balance de los bancos, que tendrán que descontar la diferencia entre el valor que actualmente le reconocen a estos activos y lo que la Sareb les pague realmente.

Sobre el precio final no hay detalles concretos, aunque el Gobierno asegura que "será atractivo" pero que será lo suficientemente equilibrado para evitar que "hunda el mercado". De esta manera, se tomará como referencia la valoración que Oliver Wyman ha hecho de los activos inmobiliarios en manos de los bancos. Luego, el Banco de España aplicará un "ajuste" para determinar el precio final.

Los inversores

En el Ministerio de Economía están convencidos de que habrá suficientes inversores a finales de noviembre como para poder poner en marcha la sociedad. Lo cierto es que el calendario es muy apretado: se prevé que el Gobierno apruebe el decreto de constitución el día 19; a partir de ahí, el Banco de España tendrá siete días laborables para fijar el criterio de valoración de los activos; y antes del 30 de ese mes, el Ejecutivo quiere que ya esté constituida la sociedad y que más del 50% de su capital en manos privadas. Este requisito será obligatorio (el Frob no podrá tener más de la mitad de la sociedad) y en Economía aseguran que "no hay Plan B".

No todos los activos problemáticos de los bancos se transferirán en un primer momento al banco malo. El Gobierno limitará la obligación a los inmuebles con un valor superior a los 100.000 euros, el crédito promotor o inmobiliario superior a los 250.000 euros y a las participaciones de control en sociedades inmobiliarias. En un futuro, no se descarta la cesión de créditos al consumo o pymes y préstamos con garantía de hipoteca, siempre que exista un "especial riesgo de deterioro".

Eso sí, todos los bancos que requieran ayuda pública tendrán que incluir en su plan de reestructuración un esquema con los activos a transferir y se deja abierta la puerta a que otras entidades también lo hagan. De esta manera, al menos los bancos ya nacionalizadas (Bankia, Catalunya Caixa, NovaGalicia y Banco de Valencia) ya tendrán que haberle vendido sus activos a la Sareb para finales de noviembre.

Una de las novedades de este banco malo será la posibilidad de que se utilice un esquema de patrimonio separado, a través de unas figuras de nueva creación denominadas Fondo Activo Bancario (FAB). El Gobierno pretende que sea una manera de facilitar la llegada de nuevos inversores, haciendo paquetes que dividan los activos en función de sus características.

Otra de las preguntas que todo el mundo se hace es qué pasará si el banco malo sufre pérdidas, algo muy probable en los primeros años, en los que tendrá que hacer frente a unos gastos importantes (gestión, impuestos por los activos recibidos,...), aunque tendrá complicado colocar estos activos en el mercado. En el Gobierno admiten que es perfectamente posible que tanto el Frob como la Sareb acudan al FEEF a financiarse, ahora y en un futuro a medio plazo. Esto querría decir que utilizarían parte de los 100.000 millones puestos a disposición de España en el rescate bancario que la UE otorgó el pasado junio. En cualquier caso, desde Economía aseguran que la entidad "debe juzgarse pasados 15 años" y que la previsión es que tenga unos importantes beneficios, especialmente en el último tercio de su vida.

Por último, en lo que afecta al día a día de millones de españoles, el banco malo no tendrá un efecto inmediato, aunque sí deberían empezar a verse las consecuencias del final del saneamiento del sector financiero. Por un lado, si los balances de las entidades quedan definitivamente saneados (aunque tras sufrir graves pérdidas, no lo olvidemos), lo lógico sería que comenzara a recuperarse poco a poco el crédito. Además, el Gobierno recuerda que el objetivo de la Sareb es "la venta" de los activos en su poder, por lo que puede preverse que su constitución anime a recuperar el mercado inmobiliario y a rebajar algo más los precios del sector, con el consiguiente impulso a la compra.

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