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Juan Velarde

La gran noticia

"El Gobierno prevé aprobar el proyecto de ley de garantía de la unidad de mercado, para facilitar la libre circulación de bienes y servicios".

"El Gobierno prevé aprobar el proyecto de ley de garantía de la unidad de mercado, para facilitar la libre circulación de bienes y servicios".

En un duro artículo sobre la situación de la economía española de Juergen Donges –"Panorama económico y de futuro del euro"– publicado en Expectativas, diciembre 2012, señala la existencia de una clara acción en tres frentes que hay que asumir, para sanear su economía: "Uno es el fiscal... Menos déficit significa menos deuda y menos deuda reduce las cargas tributarias para futuras generaciones. El segundo frente es el del sector financiero: se requiere una capitalización adecuada de los bancos y las cajas que hagan fluir con normalidad los créditos. Habrá que cerrar las (entidades) que carezcan de un plan de futuro sostenible. Un tercer frente es el de la economía real: se trata de elevar el potencial de crecimiento. Lo que se requiere son unas reformas estructurales de gran calado que den paso a la competencia y a la iniciativa privada y crear márgenes para reducir costes de producción... abordando también la liberalización de los servicios profesionales y las actividades comerciales".

Por otro lado, en el mismo artículo, Donges subraya que existía "un exceso de regulaciones y trabas administrativas de la actividad emprendedora", aparte de que "en el caso de España (abundan) crecidos conflictos políticos entre el Gobierno central y determinados ejecutivos autonómicos, algo que los mercados también registran, con preocupación".

Esto se completa con un párrafo de Julio Pomés, en este mismo número de Expectativas, en el artículo "El estado del malestar": "Por otra parte, un mercado donde las licencias son más limitadas, dispara la especulación, lo que ahonda en una sociedad... graves diferencias de ingresos vinculados a la buena o mala fortuna de entrar en el mercado en un momento determinado".

Las autonomías se han convertido así en un problema importante, si es que no alteran radicalmente su conducta. Esta tiene dos aspectos. Uno es el fiscal. El otro, el del intervencionismo económico de cada una.

Respecto a lo primero, parece que las medidas que se están adoptando son oportunas. Carmen Morodo, en el artículo "Hacienda remite por escrito a las Comunidades Autónomas la lista de ajustes que les faltan. Ha empezado a mandarles cartas con duras advertencias si se saltan el déficit. Entre otras medidas, el Gobierno ya les ha trasladado que les cortará el Fondo de Liquidez Autonómica", publicado en La Razón el 27 de diciembre de 2012, en uno de sus párrafos dice: "Hacienda ha empezado a remitirles (a las Comunidades Autónomas) cartas en las que por escrito les advierte, una a una de los agujeros que la Intervención General del Estado detecta en sus ajustes y de cómo deberían subsanarlos".

Siendo esto fundamental, se une a otra gran noticia. Esta aparece en ABC, el 27 de diciembre de 2012, en un artículo de Mª Jesús Pérez y Yolanda Gómez, titulado así: "Las empresas sólo necesitarán licencia de una autonomía para operar en toda España. El Gobierno prevé aprobar el 11 de enero el proyecto de ley de garantía de la unidad de mercado, para facilitar la libre circulación de bienes y servicios". Se trata de una excelente noticia que da respuesta a los planteamientos de Donges y de Pomés. Allyn Young había señalado, como complemento de su artículo "Increasing returns and economic progress", aparecido en The Economic Journal, en 1928, así como en el artículo "Capital" de la Enciclopedia Británica, que esa base del desarrollo económico y del incremento de la productividad que es la división del trabajo, como observó Adam Smith depende por encima de todo "de la extensión del mercado". Esta proposición de Smith-Young la habían pulverizado las 100.000 normas, muchas de ellas contradictorias entre sí, que respecto al mundo empresarial teníamos en España. Con Ceuta y Melilla, existían en España diecinueve mercados diferentes. La gran noticia es que una próxima ley hará saltar todo eso por los aires. Ese es el camino que hay que seguir, junto con el del control del déficit de las Administraciones Autonómicas. Y de modo implacable.

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