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España ya no se endeuda gracias al sector privado

La balanza de pagos cierra 2012 casi en equilibrio gracias al proceso de desapalancamiento de empresas y hogares.

En 2012, España sólo tuvo que pedir prestado al extranjero, en términos netos, 1.689 millones de euros. El dato, que implica unos números rojos de apenas el 0,15% del PIB, es histórico. En comparación, habría que señalar que en 2011 el conjunto de la economía nacional tuvo que endeudarse en el exterior por más de 32.000 millones de euros. De esta manera, se certifica a cierre del ejercicio lo que habían ido apuntando los datos parciales: se ha conseguido cerrar la brecha de financiación que se abrió hace más de una década.

En términos desagregados, los datos de balanza de pagos presentados este jueves por el Banco de España muestran una balanza comercial deficitaria de 24.928 millones, que se compensa con los 39.574 millones positivos que aportan los servicios. Mientras tanto, las rentas presentan unos números rojos de 18.447 millones y las transferencias de 4.457 millones. Por último, la cuenta de capital cerró 2012 con un saldo positivo de 6.568 millones. La suma de todas estas cifras da como resultado los 1.689 millones en negativo de los que hablábamos al principio.

Y en realidad, desde hace seis meses, el dato es positivo, lo que quiere decir que España, en conjunto, presenta capacidad de financiación frente al resto del mundo, una tendencia que todo parece indicar que se mantendrá a lo largo de 2013.

Este logro es formidable y aún más teniendo en cuenta que el sector público se endeudó a lo largo del último ejercicio en más de 100.000 millones de euros; lo que quiere decir que está siendo el sector privado –hogares y empresas- el que está consiguiendo completar un ajuste que comenzó desde que se inició la actual crisis. Mientras las administraciones públicas siguen gastando muy por encima de sus ingresos, hace ya varios meses que los particulares han entrado en terreno positivo y están cerca de compensar los números rojos de sus políticos.

La economía española vivió durante muchos años por encima de sus posibilidades. En la década previa al estallido de la crisis, acumuló una formidable montaña de deuda frente al resto del mundo. Y ahora hay que pagarla, en un proceso de desapalancamiento que se inició en 2008 y que está llevando a que la economía nacional en su conjunto deje de depender del crédito externo.

Como puede verse en el gráfico, la tendencia ha cambiado por completo en los últimos cuatro años. Mientras que el sector privado, muy sobreendeudado, deshacía posiciones y comenzaba a ahorrar para pagar lo que debe, el sector público entraba a partir de 2008 en una espiral de gasto que lo ha llevado a déficit en el entorno del 10% durante cuatro ejercicios consecutivos. Hogares y empresas españolas sostienen ahora el despilfarro de sus políticos.

En cualquier caso, no será sencillo para el sector privado depurar los números rojos acumulados durante la burbuja. En junio de 2012, su volumen total de deuda viva rozaba el 160% del PIB (12% en créditos de los hogares, 61% en inmobiliario en manos de particulares, 36% en el sector de la construcción y 51% en el resto de los sectores). De acuerdo al siguiente informe del servicio de estudios del BBVA, el crédito privado como porcentaje del PIB no debería sobrepasar el 110% del PIB. Y alcanzar esa cifra podría suponer entre 5 y 10 años al ritmo actual de desapalancamiento.

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