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La Operación Emperador se vuelve contra Hacienda

Los comerciantes chinos tras la Operación Emperador "han perdido la esperanza". Las inversiones desde el gigante asiático se reducen.

La operación "más importante en España contra delitos económicos", una gran "contribución para el buen funcionamiento del sistema económico" o "gran operación contra el blanqueo de dinero". Así definieron desde el Gobierno y la policía la Operación Emperador, cuyo cabecilla era el chino Gao Pin.

Un informe de la policía nacional llegó incluso a asegurar que esta trama de corrupción y blanqueo de capitales podría remontarse 50 años atrás, lo que "redundaría en un grave perjuicio a la Hacienda Pública española". La operación policial llevó a cabo más de 90 detenciones. Durante meses se vendió como un éxito rotundo esta operación policial contra la 'mafia china', pero al mismo tiempo se trasladó a los ciudadanos una imagen muy negativa de la comunidad asiática.

La operación coincidió con la segunda fase de la Amnistía Fiscal de Montoro. Hasta ese momento, el Gobierno apenas había recaudado un 6% de los 2.500 millones previstos. En el mes y medio posterior a la operación, Hacienda recaudó más de 1.100 millones. Desde el Gobierno se pretendió mostrar con el éxito de estas detenciones su firme apuesta en la lucha contra el fraude y el blanqueo de capitales.

Sin embargo, los empresarios chinos empezaron a notar "un fuerte rechazo por parte de la clientela española, no sólo en Cobo Calleja sino en el resto de tiendas chinas", explicaban Yinong Chen y Xia Linme, de la Asociación de Empresarios Chinos del Polígono Cobo Calleja días después de que destapara la trama.

La situación de tensión y acoso, en muchos casos, a los ciudadanos chinos llegó al punto de que el Gobierno de Pekín envió a una delegación dirigida por Yang Guangyu con el fin de investigar la operación policial. Yang señaló entonces que la mala comunicación de la intervención policial estaba haciendo mucho daño a la comunidad china. Tras la operación policial, los medios de comunicación empezaron a identificar, con intención o no, a docenas de presuntos delincuentes con una comunidad de más de 170.000 personas que no tenían nada que ver con ellos.

La mala imagen que se transmitió de este colectivo está afectando muy negativamente a las relaciones bilaterales entre ambos países. En un momento en el que la tasa de paro supera el 27%, los autónomos chinos han crecido un 83,2% en tan sólo cinco años, desde mayo de 2008 hasta abril de 2013, pasando de 21.979 emprendedores a un total de 40.275, siendo la única nacionalidad que ha incrementado su número de autónomos en estos años.

Pero pese a estos buenos datos, los comerciantes chinos que se caracterizaban por su dinamismo, trabajo y esfuerzo se encuentran "tristes y deprimidos" tras la Operación Emperador. Julia Zhang, portavoz de la Comunidad China en España y presidenta de la Asociación Cultural Ni Hao España, asegura a Libre Mercado que la Operación Emperador ha marcado un punto de inflexión para los trabajadores y empresarios del país asiático que viven en España.

Zhang afirma que durante los primeros años de la crisis, las empresas chinas aguantaron bastante el tipo e incluso crecieron de manera significativa, multiplicando su presencia en las ciudades españolas. Sin embargo, "desde 2011 se están cerrando muchos negocios, pero a partir de la Operación Emperador se está haciendo de forma masiva", aclara.

Julia Zhang, que lleva más de diez años en España, es socia directora de Orient Consulting, que asesora a más de 500 empresas en España, la mayoría de ellas con dueños de nacionalidad china. Zhang dice que los comerciantes chinos estaban viviendo la crisis económica como el resto de ciudadanos españoles, pero seguían bien anímicamente. "Después de la Operación Emperador están tristes, han perdido la esperanza", añade Zhang.

Además, la portavoz de la comunidad china asegura que el paro ha crecido un 2% entre los ciudadanos chinos residentes en España desde el año pasado, algo que atribuye directamente a los efectos mediáticos de la trama de corrupción liderada por Gao Pin. Zhang añade, además, un dato significativo: de diez empresarios chinos que tienen un negocio y no les funciona, antes nueve se decidían a abrir otro diferente, pero tras la Operación Emperador esta ratio ha disminuido considerablemente, ya que ahora apenas uno de esos diez chinos que fracasa en su negocio se decide a montar otro en España.

Por si fuera poco, uno de los 'efectos' con los que Hacienda no contaba tras el éxito de la Operación Emperador es que ese pesimismo que ha invadido a la ciudadanía china por la mancha en la imagen de su comunidad también está afectando a las inversiones que vienen desde el gigante asiático, ya que se están frenando de forma muy sustancial, con todo lo que ello supone también a nivel de ingresos fiscales para la Hacienda española. Incluso "muchos chinos que tenían pensado venir de vacaciones a España están cancelando todo", asegura Zhang.

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