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La troika se sentará en los bancos rescatados directamente por Bruselas

Los gobiernos ultiman los detalles de la recapitalización bancaria directa a través del Fondo de rescate europeo (ESM).

Los ministros de Finanzas de la zona euro están ultimando los detalles del plan de recapitalización bancaria que pretende poner en marcha la UE a medio plazo, haciendo uso de parte del dinero reservado para el Fondo de rescate permanente (ESM, por sus siglas en inglés). Hasta ahora, cada gobierno de la zona euro es el encargado de rescatar a los bancos de su país en caso necesario, lo cual ha llevado a una situación de insolvencia a algunos estados, como en el caso de Irlanda o Chipre. En el caso de España, el rescate bancario otorgado por Bruselas también se ha prestado al Estado español a través del FROB, no directamente a los bancos en problemas.

Para romper este círculo vicioso entre banca y estado, los países miembros acordaron el pasado año poner en marcha un plan de recapitalización directa de bancos, de modo que el ESM prestara directamente el capital preciso a las entidades insolventes en lugar de a los estados. En principio, no se aplicaría con carácter retroactivo y tan sólo después de que el Banco Central Europeo (BCE) asumiera el nuevo papel de supervisor bancario único de las grandes entidades financieras.

Ahora comienzan a conocerse algunos detalles sobre este plan, Según informa The Wall Street Journal, el ESM tan sólo dispondrá de 60.000 millones de euros para la recapitalización directa de bancos, aunque la cifra definitiva no se decidirá hasta la reunión del Eurogrupo del 20 de junio. Asimismo, no se descarta que se pueda aplicar este mecanismo con carácter retroactivo, si bien cabe recordar que el rescate de la banca griega asciende a algo más de 50.000 millones, y la española a poco más de 40.000, con lo que es evidente que el dinero no daría ni de lejos para todos los países periféricos que han precisado inyectar capital en sus entidades.

Por otro lado, en caso de que finalmente se acuda a este mecanismo, las fuentes consultadas señalan que un representante del ESM se sentaría en el consejo de la entidad auxiliada, de modo que la troika tendría presencia en un banco nacional y, más concretamente, un representante extranjero. Aseguran que éste no participaría activamente en la gestión del día a día del banco, pero sí tendría competencia sobre cuestiones tales como la remuneración de los directivos y otras "decisiones importantes". "Necesitamos tener a alguien para que eche un ojo a lo que está pasando", explica una de los funcionarios.

Por otro lado, el ESM analizaría caso por caso cada solicitud concreta de ayuda, la cual, además, deberá ser realizada por el gobierno de cada país y no directamente por el banco en problemas. También señalaron que, en todo caso, una parte del riesgo, entre el 10% y el 20%, tendría que ser asumido por el Estado en cuestión, evitando así que el ESM cargue con el 100% de las pérdidas.

Otro detalle importante es que no se contempla que la recapitalización directa entre en vigor hasta que esté funcionando el supervisor bancario único y, sobre todo, la nueva normativa referida a la reestructuración de entidades en problemas. Es decir, el famoso bail-in (rescate privado) aplicado parcialmente en España y Chipre.

Esto significa que, en caso de que un banco necesite ayuda, la carga se distribuirá mediante un determinado orden de prelación: en primer lugar, los accionistas perderán todo su dinero; después los acreedores sufrirán cuantiosas quitas (preferentes, deuda subordinada, senior, etc.); los depositantes también podrían perder parte de su dinero -como en Chipre-; y, por último, se acudiría a los contribuyentes en caso de que la entidad aún precise capital, tanto nacionales como extranjeros (a través del ESM, aunque por una cuantía límite de 60.000 millones a priori). En principio, no se prevé que esta nueva regulación sobre reestructuración bancaria esté operativa antes de 2014.

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