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Cabify, la empresa de alquiler de coches que se blinda ante los taxistas

Los vehículos de Cabify operan en España bajo la licencia de VTC (Vehículo de Turismo con Conductor).

La polémica de la Confederación del Taxi pidiendo el cese de Uber, una plataforma de alquiler de coches de alta gama con conductor, pone en peligro a las empresas que ofrecen nuevas alternativas de transporte en España. En el caso de Uber, la Administración se ha puesto del lado de los taxistas y ha expedientado a la compañía estadounidense por "supuesta actividad irregular". Uber llegó a Barcelona hace poco menos de un mes y desde su desembarco ha sido acusada por parte del sector del taxi de ejercer como "taxistas piratas".

Por el momento, las presiones de la patronal de autobuses no han logrado paralizar la actividad de Blablacar, una red social que pone en contacto a conductores con asientos libres y pasajeros que necesitan realizar un trayecto en carretera. Los autobuseros les acusan de "intrusismo laboral" y han presentado cinco escritos de denuncia ante diversos organismos públicos pidiendo su cierre. Sólo han recibido respuesta de la Dirección General de Tráfico, que les ha contestado diciéndoles que su institución "no tiene competencia en este asunto".

De nuevo ante la ira de los taxistas, hay una empresa española que ha conseguido ganarse a la Administración para blindar su actividad. Se llama Cabify y tiene una actividad muy parecida a la de Uber. De hecho, la principal diferencia con la estadounidense es que ha conseguido regular su actividad en España. Uno de sus fundadores, Juan de Antonio, repasa con Libre Mercado las claves del éxito de su empresa.

Pregunta (P): ¿Cómo definirías la actividad de Cabify?

Respuesta (R): Es un servicio de transporte de personas en vehículos de alta gama, con una calidad superior a la del taxi y con un sistema de tarificación fija. Lo podemos definir como tu chofer privado por minutos o la forma de viajar en business a precio económico.

¿Cómo surge la idea de crearla? ¿cuándo nace la empresa?

La idea surgió mientras viajaba por diferentes países del mundo sufriendo los problemas del transporte en cada país. Por ejemplo, si aterrizas en el aeropuerto de Bangkok tienes que negociar el precio del trayecto con el taxista, que te puede cobrar lo que quiera. Yo viajaba mucho y de la incertidumbre de no saber lo que te van a cobrar los taxistas, y gracias a la tecnología, a mediados de 2011 montamos la empresa en Madrid.

¿De quién son los coches?, ¿los conductores forman parte de vuestra plantilla?, ¿cuántos empleados tenéis?

Son propiedad de los conductores o de las empresas para las que trabajan. No, los chóferes son autónomos o empleados de otras empresas y se llevan una parte de los ingresos. Tenemos 85 empleados repartidos por las oficinas de los cuatro países donde trabajamos.

¿En qué países estáis presentes?, ¿cuáles son vuestros mercados potenciales?

En España, estamos en Madrid, Barcelona, Coruña, Vitoria, Bilbao y Málaga. En Madrid tenemos 600 coches, el máximo permitido por ley, y es la ciudad en la que llegan los vehículos a tiempo real. En el resto de ciudades españolas pedimos una reserva previa de 45 minutos.

Ahora, estamos en México, Perú y Chile. La región donde más crecemos en es Latinoamérica porque no sufrimos la limitaciones administrativas que tenemos en España.

Pero, además de las restricciones, imagino que la inseguridad a la hora de coger un taxi en Latinoamérica también ha influido en vuestro éxito...

Por supuesto. En Europa el regulador ha conseguido ofrecer un servicio de calidad con una cierta seguridad y eso en Latinoamérica no se ha hecho, allí podemos aportar mucho mas valor. En España lo que queremos es ofrecer otra alternativa al taxi, a las personas que quieran una tarifa fija y un servicio distinto. Queremos eliminar estrés con precios fijos donde el cliente sepa antes de montarse en el coche cuánto le va a costar el recorrido.

¿Cuáles son vuestras tarifas?

Tenemos un consumo mínimo de 10 euros por trayecto. Por ejemplo, en Madrid los primeros 3 kilómetros son a 2,95 euros, hasta los 20 kilómetros, 2 euros, y los siguientes, a 1,60 euros. No hay bajada de bandera. Cuando el cliente pide el coche, la aplicación le calcula la ruta óptima que va a seguir y esa ruta óptima la traducimos a un precio. Ya sabes lo que te va costar independientemente de la ruta que elija el chófer. El taxímetro ya no tiene sentido.

¿Sois más baratos que un taxi?

Depende. Para ir a un aeropuerto, te puede salir un 10% más barato porque no cobramos suplementos de ningún tipo. De media no somos más baratos que un taxi, somos un 15%-20% más caros, sobre todo, en trayectos cortos porque tenemos ese consumo mínimo. Pero somos una solución que te aporta tranquilidad. Si te toca un taxista malo y te da vueltas por la ciudad, Cabify va a ser más barato.

Pero a pesar de que no sois más económicos los taxistas os han denunciado varias veces.

Sí. Entendían que éramos una competencia para ellos, pero hay sitio para todos, siempre que el cliente lo demande. Hay asociaciones que o no entendían como funcionábamos o tenían que justificar su existencia delante de sus asociados. Entonces, nos han denunciado ante organismos como Competencia. ¿Qué sentido tiene que un monopolio te denuncie ante Competencia? Pero, como montamos todo legalmente, no hemos tenido ningún problema.

¿Cómo habéis podido operar legalmente?

Hay unas licencias que otorgan las CCAA que permiten a los vehículos operar como un taxi, pero con muchas restricciones, se llaman VTC (Vehículo de Turismo con Conductor). Las VTC están limitadas en cada ciudad por el número de taxis. Por ejemplo, en Madrid permiten una licencia por cada 30 taxis, nosotros tenemos 600 licencias porque hay 18.000 taxis y ya no podemos sacar más. También tienes que constituir una empresa o cooperativa para conseguirlas, agruparlas en 10 vehículos, que los coches sean nuevos...

¿Lo hicisteis legalmente desde el principio?

Sí, porque si no haces algo legal, los seguros no te van a cubrir en caso de accidente.

La Generalidad ha expedientado a Uber, vuestro principal competidor, ¿qué pensáis de esta compañía?

Uber es una empresa muy grande, está presente en muchos mercados y su estrategia es: "Me da igual lo que diga la ley, yo lo voy a hacer así y si consigo que cambien la ley bien, sino salgo del país". Dejando a un lado si es una estrategia buena o mala, a mi me parece antiética de cara a sus colaboradores porque un conductor que esté trabajando en esa empresa igual no es consciente de que está haciendo algo ilegal y que no le va a cubrir el seguro.

Según la Ley de Transportes española, si cobras por llevar a alguien en el coche, tienes que tener una licencia VTC. Pero claro, ellos alegarán que son una empresa de internet, que no son conductores, que hacen de intermediarios...

¿Crees que se irán de España si les ilegalizan o se sacarán las licencias?

Las licencias están limitadas. Si tuviera que apostar por algo, creo que en el momento que les digan que son ilegales se irán.

Blablacar también está teniendo problemas con los autobuses y sus coches tampoco tienen las licencias VTC...

Es un caso completamente distinto. Blablacar es una plataforma que te permite compartir los gastos de las personas que van en ese vehículo. El conductor no se dedica profesionalmente a ello, va a hacer un trayecto y comparte el espacio de su coche con más gente. Es una propuesta que se hace desde siempre, es como compartir los gastos del viaje con un amigo.

Respecto a la financiación, ¿de dónde obtuvisteis la primera cuantía para formar la empresa?, ¿y las siguientes rondas?

Empezamos con medio millón de dólares que conseguimos en San Francisco de business angels. La última ronda de financiación la cerramos hace un mes con un gran fondo español, Seaya, y ha sido de 8 millones de dólares.

Antes has hablado de los problemas administrativos que os habéis encontrado en España, ¿cuáles son?

A la Administración pública le gusta mucho meterte en una caja y si no encajas, suponen que puedes estar haciendo algo ilegal. Al principio, recibimos denuncias de los taxistas, y la Administración en lugar de apoyarnos nos puso trabas como que paralizásemos la empresa durante una semana y nos dedicásemos a enviarles información.

En otros países no nos ha pasado eso y si estás en un país donde tienes que luchar contra la Administración en lugar de dedicarte a crecer y crear empleo, te irás a crear empleo a otros mercados. En España no dejan que la gente innove, ése es el principal problema con el que se encuentra un emprendedor aquí, las barreras de entrada.

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