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Carlos Rodríguez Braun

Venganzas, monopolios, derechos, delirios

O bien la mujer no gana menos que el hombre por el mismo trabajo, o bien los empresarios son imbéciles y desaprovechan una obvia oportunidad de beneficio.

Rafael J. Álvarez entrevistó a Lara Alcázar en El Mundo. La líder del grupo feminista Femen perpetró escalofriantes desvaríos, como, por ejemplo: "Nos toca la venganza histórica contra el genocidio de mujeres a lo largo de siglos". Me limitaré, empero, sólo a dos ideas económicas.

Aseguró la señora Alcázar: "Somos pobres porque los hombres tienen el monopolio de los negocios". Como resulta evidente que la pobreza en el mundo ha disminuido en el último siglo, entonces doña Lara se verá ante la incómoda tesitura de reconocer que o bien no somos pobres o bien los hombres no tienen el monopolio de los negocios.

En segundo lugar, Rafael Álvarez le hizo una pregunta pertinente y poco habitual. Le dijo que si fuera verdad que las mujeres cobran menos que los hombres por el mismo trabajo, entonces el paro femenino debería ser cero, porque los empresarios las contratarían siempre a todas. A eso doña Lara respondió: "Porque el hombre da menos problemas, según los empresarios".

Otra vez, aquí hay una nueva y desasosegante alternativa para la líder feminista. O bien la mujer no gana menos que el hombre por el mismo trabajo, o bien los empresarios son masivamente imbéciles y desaprovechan una obvia oportunidad de beneficio.

Es evidente que todos los hombres no son superiores a todas las mujeres. Lo probó el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo. En declaraciones a Carlos Herrera en Onda Cero defendió a los okupas y aseguró:

La vivienda, o es un bien especulativo o es un derecho humano, y nosotros creemos que es un derecho humano.

Reveladoramente, ni se le pasó por la cabeza a don Antonio que la vivienda podía ser el derecho de quienes la adquieren. Eso nunca, porque eso es la propiedad privada, es decir, el fundamento de una sociedad libre. En vez de ello, el preclaro progresista sólo identificó dos opciones que niegan la propiedad privada. En un caso por ser "especulativa", y en otro caso por ser un "derecho humano", es decir, un extraño derecho que legitima al poder para que viole los derechos de los ciudadanos, puesto que, naturalmente, cuando el señor Maíllo dice que la vivienda es un derecho humano no está pensando en regalar libre y voluntariamente su propia vivienda al prójimo.

Asimismo, aseguró que la gente se suicida todos los días por culpa de los desahucios. Ante semejante disparate, Arcadi Espada le hizo la pregunta que Josu Mezo ha hecho famosa en La Brújula de la Economía: "¿Y eso usted cómo lo sabe?". El inefable líder progresista respondió: "Está en los medios". No se refería al centro de las plazas de toros, añado.

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