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Los polémicos directivos de Uber

El vicepresidente de Uber ha dicho que está pensando contratar a investigadores para indagar en la vida privada de periodistas críticos.

El vicepresidente de Uber ha dicho que está pensando contratar a investigadores para indagar en la vida privada de periodistas críticos.

Uber está muy cerca de alcanzar una nueva ronda de financiación que podría resultar histórica para la compañía de alquiler de conductores. Y es que el interés de los inversores por la empresa estadounidense podría alcanzar ya los 40.000 millones de dólares (unos 32.000 millones de euros), según ha informado Bloomberg. De confirmarse el valor de la empresa, esta cifra superaría a la de Twitter, que según The Wall Street Journal ronda los 25.000 millones de dólares.

El pasado mes de junio, Uber obtuvo 1.200 millones de dólares en una primera ronda de financiación. En eso momento, se valoró a la compañía en una cifra muy poco despreciable: 17.000 millones de dólares.

Esta información ha supuesto un balón de oxígeno para Uber, que lleva varias semanas acumulando enfrentamientos, tras las polémicas declaraciones de varios de sus directivos. Las últimas han sido las del vicepresidente de Uber, Emil Michael, que en una cena con varios medios de comunicación en Nueva York les aseguró que su compañía estaba pensando invertir un millón de dólares en contratar a ocho investigadores para indagar en la vida privada de periodistas críticos con la empresa "para que probaran de su propia medicina".

Tras la avalancha de críticas, el fundador y consejero delegado de la empresa, Travis Kalanick, tuvo que salir en defensa de su colega tanto en Twitter como a través de un comunicado aludiendo que las palabras de Michael tenían que haberse tratado como off the record, "que obedecen a la frustración que tiene la empresa por la cobertura sensacionalista que se da, aunque estuvieron mal".

Aunque esta vez Kalanick ha pedido perdón, tampoco es que el fundador de Uber sea una persona que destaque precisamente por sus diplomáticas declaraciones. Hace unos meses, se acusó a Uber de pedirle a sus empleados que solicitaran y después cancelaran más de 5.000 viajes en las compañías de la competencia (Lyft y Gett).

El directivo negó esas acusaciones, aunque sí reconoció que "embajadores de la firma" viajan en vehículos de la competencia e intentan reclutar conductores, una práctica que ha defendido comparándolo con "quien dice que es cómo si uno llama a un fontanero y luego decide contratarlo".

Kalanick ha reconocido también que en la reciente ronda de financiación de Lyft llamó a sus inversores para explicarles que si invertían en la empresa rival podrían tener el acceso bloqueado en Uber.

En mayo, el ejecutivo volvió a acaparar titulares al afirmar durante una conferencia tecnológica sus planes para reemplazar en el futuro a los conductores con vehículos autodirigidos. Sus comentarios no fueron bien recibidos por los empleados de Uber, lo que hizo que Kalanick tuviese que aclarar en Twitter que los robots no reemplazarán a los conductores hasta por lo menos el año 2035.

Famoso por estar siempre listo para una pelea, Kalanick asegura que no se detendrá hasta estar presente en cada ciudad del planeta y asegura que su objetivo es alcanzar un punto en el que usar Uber sea más barato que tener un coche.

El ejecutivo no oculta, por lo demás, el desdén por sus adversarios, entre ellos los reguladores locales: "Algunos empleados de los ayuntamientos son maravillosos, pero la mayoría son gente que no me inspira en absoluto. Me reúno con ellos lo menos posible".

Enfrentados con taxistas y reguladores

Kalanick, de 38 años, ingresó en 2014 en el puesto número 190 de la lista Forbes de los 400 estadounidenses más ricos, con una fortuna estimada de 3.000 millones de dólares.

Desde que estuviera en la universidad, la pasión de Kalanick fue la de dar vida a una larga lista de empresas tecnológicas. Uber sería la que le cubriría de gloria.

En el año 2009, junto con Garrett Campamento, Kalanick fundaría una aplicación móvil para compartir conductor de coches de alto standing. Desde su creación, los taxistas de todo el mundo emprenderían una guerra contra Kalanick, secundados, en muchos casos, por los Gobiernos de los países donde desembarcaron.

Poco se sabe del pasado del otro polémico directivo de Uber. Emil Michael llegó a la compañía en septiembre de 2013 y, según su perfil de Linkedin, se ha formado en la Universidad de Harvard.

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