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Llegan los "capitalistas indignados": así es la revolución que está cambiando el mundo empresarial

Los accionistas minoritarios son cada vez más exigentes con los directivos de las empresas.

Los accionistas minoritarios son cada vez más exigentes con los directivos de las empresas.

Sin duda, muchos de nuestros lectores recordarán la película Wall Street. En una de sus escenas más celebradas, el controvertido Gordon Gekko, interpretado por Michael Douglas, asediaba a la dirección de la empresa Teldar haciendo valer su fuerza como inversor minoritario de la compañía.

En el mundo real, cada vez hay más accionistas que adoptan un comportamiento similar y deciden jugar un rol muy activo a la hora de orientar la gestión de las compañías en las que invierten su dinero. Es el caso de figuras como Carl Icahn o Daniel Loeb.

Estos inversores activistas, a los que podríamos tildar como los auténticos "capitalistas indignados", no dudan en hacer campañas de información contra las decisiones de la cúpula empresarial que consideran equivocadas. Se trata de un auténtico revolcón para el mundo de las grandes compañías, que se ven obligadas a lidiar con unos accionistas mucho más exigentes.

En Europa, los estudios de Activist Insight apuntan que los fondos que participan en este tipo de conducta gestionan más de 50.000 millones de euros. ¿Qué cuestiones les preocupan? Analizando el periodo 2010-2013, JPMorgan identifica las siguientes líneas generales:

- En primer lugar, se preocupan por el gobierno corporativo de las empresas: quieren un asiento en la toma de decisiones, exigen cambios en el consejo y el equipo directivo, controlan los sueldos de los altos cargos…

- En segundo lugar, empujan operaciones de fusión, integración o adquisición: en ocasiones se trata de planes de expansión, pero también hay muchos ejemplos de inversores que abogan por vender divisiones que no son rentables.

- En tercer lugar, valoran los resultados y la operativa de los negocios, apostando por cuestiones dispares como la remuneración a los accionistas, las ampliaciones de capital, la reordenación estratégica…

El fondo soberano de Noruega se suma

Hasta ahora, el todopoderoso fondo soberano de Noruega, que gestiona la riqueza petrolífera del país nórdico, se había mantenido al margen de este fenómeno, a pesar de que cuenta con 870.000 millones de dólares bajo gestión y está presente en más de 9.000 empresas.

Sin embargo, el Financial Times recogió recientemente diversas informaciones que apuntan a un cambio de tendencia. De hecho, el gestor del fondo, Ynge Slyngstad, reconoce que "estamos empezando a prestar más atención a los esquemas de remuneración de los directivos", algo que va en línea con otras medidas centradas en mejorar el gobierno corporativo de las empresas participadas por el gigante inversor noruego.

Los asesores de voto, otra fórmula de control

En el marco de esta revolución también conviene hablar de los asesores de voto o proxy advisors. Se trata de profesionales contratados por inversores institucionales que estudian los distintos asuntos que las compañías llevan a su Junta General de Accionistas para evaluar si los accionistas deben pronunciarse a favor o en contra.

En los años 70, los asesores de voto empezaron a funcionar en EEUU. Su rol ha ido a más con los años y ahora, en 2016, ya empiezan a ser algo habitual en las cumbres de accionistas del Ibex 35. Otra fórmula de control que refuerza la corriente apuntada por los inversores activistas.

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