No es la primera vez que el Papa Francisco se lanza a proponer medidas para mejorar las economías de los países. También, son habituales sus críticas hacia el capitalismo, el liberalismo económico o "el dinero" en general.
Este miércoles le ha tocado el turno al mercado laboral de los países europeos. El Papa se ha reunido con la Confederación Italiana de Sindicatos (CISL) y ha propuesto un nuevo pacto social que consiste en reducir el horario a los empleados más mayores para contratar a los jóvenes.
"Es una sociedad necia y miope la que obliga a los ancianos a trabajar demasiado y durante mucho tiempo y no a los jóvenes, que deberían hacerlo por ellos y por todos", dijo el Pontífice. Francisco subrayó ante ellos que "cuando los jóvenes se quedan fuera del mundo laboral, a las empresas les falta energía, entusiasmo, innovación y alegría de vivir".
"Es entonces urgente un nuevo pacto social para el trabajo que reduzca el horario a quienes están en el último periodo laboral, para crear empleo para los jóvenes que tienen el derecho-deber de trabajar", defendió.
También criticó que se "descarte" a los trabajadores enfermos cuando, en su opinión, el empleo ejerce también una "función terapéutica", así como que "no siempre se reconoce el derecho a una pensión justa, ni demasiado pobre, ni rica".
En este sentido advirtió que "en nuestra sociedad capitalista avanzada, el sindicato corre el riesgo de extraviar esa naturaleza profética (defender a los últimos) y parecerse demasiado a las instituciones y a los poderes que por contra debería criticar".
"El sindicato, con el paso del tiempo, ha terminado pareciéndose demasiado a la política, o mejor, a los partidos políticos, a su lenguaje y su estilo", lamentó. Denunció que"a veces la corrupción ha entrado en el corazón de algunos sindicalistas"y les animó a cuidar "las periferias existenciales" para convertir "las piedras descartadas de la economía en piedras angulares".
El pontífice concluyó su intervención recordando la procedencia griega de la palabra "sindicato", que etimológicamente significa "justicia juntos", para asegurar que "no hay justicia si no es al lado de los excluidos".