Fundada hace más de veinte años, la farmacéutica Almac es una de las principales empresas de Irlanda del Norte, pero su sede en Craigavon puede tener los días contados. Y es que, a raíz del Brexit, operar desde Reino Unido acarreará importantes costes añadidos a la hora de entrar en el mercado farmacéutico europeo. Ante esta situación, la compañía está desarrollando un centro de producción en Irlanda, que abrirá sus puertas con más de 100 trabajadores en nómina pero podría llegar a absorber el grueso de la operativa que aún se desarrolla al norte de la frontera, en suelo británico.
Las facilidades regulatorias no son la única ventaja que Irlanda brinda a empresas como Almac. El tipo general del Impuesto de Sociedades alcanza el 19%, frente al 12,5% que brinda el fisco irlandés. Pero el Tigre Celta va más allá y ofrece un tipo reducido del 6,25% a aquellas ramas de negocio que emanen de propiedad intelectual con registro en la isla. Un fuerte descuento tributario que juega en contra de los planes británicos.
Pero el grueso de los traslados empresariales más inmediatos derivados del Brexit está vinculado al sector de las finanzas. Ciudades como Frankfurt, Luxemburgo, París o Madrid han intentado pescar en río revuelto, pero Dublín lleva la delantera a la hora de sacar tajada de la crisis de la City. En julio conocimos que Barclays multiplicará su actividad irlandesa para hacer frente a la nueva situación. En breve se producirá el primer traslado, que abarcará a 100-150 empleados.
En Citigroup también tienen claro que toca hacer las maletas y, además de reforzar oficinas en Frankfurt, Dublín lleva las de ganar. A fecha de hoy, la entidad estadounidense cuenta con 2.500 empleados en Irlanda, una cifra que irá a más conforme se desarrolle el Brexit. Los empleados de Citigroup ya han sido informados mediante un correo electrónico en el que también se anuncian planes de expansión en las oficinas de Amsterdam, Luxemburgo, Madrid y París.
Bank of America-Merrill Lych también tiene clara su apuesta por Irlanda. A falta de confirmaciones oficiales, ya ha trascendido que la entidad ampliará sus oficinas en Dublín para ganar 2.000 metros cuadrados de espacio. Además, documentos remitidos al gobierno de la isla revelan que la plantilla de la operativa irlandesa crecerá casi un 20% entre 2017 y 2018.
Otro gigante de las finanzas que ya ha movido ficha es JP Morgan. El pasado mes de mayo, la entidad cerró la compra de un edificio de oficinas ubicado en Dublín y con capacidad para 1.000 empleados. Hay que tener en cuenta que JP Morgan ya cuenta con 500 empleados en la isla, por lo que esta decisión puede suponer la apertura de un nuevo espacio de trabajo (es decir, hasta 1.000 nuevos trabajadores) o el traslado de la sede del banco (es decir, hasta 500 nuevos trabajadores).
En las últimas semanas, las relaciones entre Irlanda e Irlanda del Norte han estado a la orden del día a raíz de las negociaciones del Brexit. El nuevo primer ministro, Leo Varadkar, apuesta por una frontera blanda, sin puestos de control para personas ni vehículos. A su favor, el resultado del referéndum de permanencia en la Unión Europea: el 23 de junio de 2016, el 56% de los norirlandeses rechazó la salida de las instituciones comunitarias.