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Un candidato revienta el debate para las elecciones al ICAM

González-Cuéllar no se preocupó de defender su programa, sino de acusar constante y vehementemente a Javier Íscar y José María Alonso.

González-Cuéllar no se preocupó de defender su programa, sino de acusar constante y vehementemente a Javier Íscar y José María Alonso.
Debate electoral del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid | ICAM

La biblioteca del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid acogió este miércoles por la tarde un largo, intenso y acalorado debate entre los candidatos a decano del ICAM que se batirán definitivamente el cobre en las urnas el próximo 13 de diciembre. Tan sólo uno de los candidatos, Sebastián Gómez, decidió no comparecer, aunque no retira su candidatura. Así lo aclaró en redes sociales durante los primeros compases del combate dialéctico que se mantenía en el ICAM con la periodista Patricia Roseti de árbitro y moderadora.

Antes de los primeros turnos de palabra y que los reproches lanzados, en su mayoría, por Nicolás González-Cuellar, se adueñaran del debate, Roseti dejó claro que tanto el orden de los turnos de palabra, como los bloques de temas y la duración de cada una de las intervenciones, habían sido libremente acordado por los participantes y candidatos a decano.

Los candidatos contendientes

La candidata de la Asociación Libre de Abogados (ALA), Luz Elena Jara, quiso destacar que su candidatura es, junto a la de Begoña Trigo, la única que no cuenta con ningún exmiembro de la junta saliente en su candidatura. En cuanto a su programa, Luz Elena Jara puso el énfasis en la necesidad de trabajar en aumentar la transparencia del colegio. Y en este sentido, afeó al resto de candidatos que nunca se hubieran preocupado de este asunto mientras ALA lo ha puesto desde hace años como una prioridad. En concreto, a la junta saliente le llegó a hacer reproches directos como "que le paguemos a Íscar la secretaria y los viajes internacionales", algo que no cree compatible con la transparencia.

Begoña Trigo encabeza otra de las candidaturas y defendió la necesidad de promover acciones que dignifiquen la actividad de los abogados en los juzgados, también de los que se dedican al "turno de oficio": "Queremos un Colegio prestigioso que intervenga activamente en la sociedad, y para ello, necesitamos la concienciación de todos los abogados", pidió.

Manuel Valero, hasta ahora vicedecano del ICAM y tesorero —aunque muy crítico con la gestión de Gumpert— acusó a sus compañeros de junta de no hacer un uso responsable de los fondos que gestionaban y centró también sus intervenciones en pedir que se aprobara una partida de gasto del ICAM para facilitar un servicio de autobuses en todas las sedes judiciales del extrarradio de Madrid para facilitar el voto el día 13 a todos los abogados de la Comunidad de Madrid. De sus intervenciones, además de la pasión que puso en todas ellas, también llamó la atención las continuas quejas a la moderadora por el estricto cumplimiento de los tiempos de intervención pactados.

Nicolás González-Cuéllar, para muchos el tercer candidato con opciones reales en estas elecciones, fue el que reventó la sesión. Se dedicó a repartir reproches a diestro y a siniestro, dirigidos contra los dos candidatos que son considerados más fuertes para el decanato: Javier Íscar, candidato continuista, y José María Alonso, candidato de la renovación.

González-Cuéllar bajó el debate al barro, dejando en un segundo plano las propuestas o soluciones que cada candidato tenía respecto a los grandes temas que preocupan a la abogacía. González-Cuéllar centró su estrategia en el debate a preguntar a José María Alonso quién paga sus actos y estrategia de campaña, y a Javier Íscar por qué motivo el Colegio de Abogados había enviado su propaganda electoral a compañeros colegiados.

La vehemencia de Cuéllar durante el debate desencadenó momentos de tensión más propia de programas del corazón o tertulias sensacionalistas que de un debate entre abogados dispuestos a dirigir el colegio profesional más nutrido de Europa.

No importaba si el bloque de preguntas tenía que ver con la transparencia, con la participación de los colegiados o con el turno de oficio: González-Cuéllar no desaprovechó ninguna ocasión de turno de palabra para bajar el nivel de debate a la acusación y al reproche vehemente.

Los favoritos

José María Alonso, hasta ahora presidente de Baker & McKenzie, trató de desgranar con sosiego —pese a las constantes interrupciones de González-Cuéllar— el programa de su candidatura, programa en el que, según destacó, recogen la práctica totalidad de las reclamaciones de la Asociación de Letrados del Turno de Oficio (ALTODO). Sin duda, los problemas que enfrenta el turno de oficio fue uno de los asuntos por los que todos los candidatos coincidieron en mostrar su preocupación. Así, Alonso dijo que, de ser decano, trabajaría para un turno de oficio "digno, con una remuneración adecuada, y respetado" por las instancias judiciales, para lo que, según señaló "necesitamos un colegio fuerte".

Alonso, que trató de evitar enfangarse en las provocaciones de Nicolás González-Cuéllar —al que contestó de forma sosegada cuando el enfrentamiento se hacía inevitable— también quiso poner en valor la necesidad de que la mutua sanitaria del Colegio de Abogados, MUSA, recupere el prestigio y los servicios que merecen los abogados.

En cuanto al cruce de reproches, Alonso sí que dio un buen titular. En los primeros compases del debate, González-Cuéllar insistió en que Alonso tendría que explicar de dónde había sacado el dinero "para cerrar Pachá para 1.400 abogados", a lo que, cansado de las acusaciones, Alonso respondió: "¿Y si te digo que Pachá me salió gratis?", lo que provocó el aplauso del público.

Esta respuesta, sin embargo, no logró desactivar a González-Cuéllar que cambió de tercio y se dedicó a preguntarle quién pagaba "a los mensajeros que ha puesto para el voto por correo". Finalmente, Alonso, que quiso evitar la pregunta, terminó diciendo que había sido su bolsillo el que lo había pagado y aclaró: "Yo no tengo compromisos con nadie". Eso sí, Alonso pidió que si se acusa de algo a alguien, que se presenten pruebas porque "hay que tener pruebas de lo que se dice porque es radicalmente falso que ISDE está pagando nuestra campaña" —que fue otra de las acusaciones de González Cuéllar—.

Desde el entorno de la candidatura de Alonso lamentan que haya candidatos "dedicados a intentar producir polémicas estériles" en lugar de preocuparse por las inquietudes de los colegiados. Respecto a su principal contrincante, Íscar, el entorno de Alonso cree que "se le ha visto con dificultades para defender la gestión de la junta de gobierno saliente". Por el contrario creen que su candidato, Alonso, ha salido reforzado como "un decano de futuro lleno de soluciones, ilusión y propuestas para resolver los desafíos que encara la abogacía madrileña".

El otro gran favorito es Javier Íscar, sobre quien pesan sospechas de conflicto de intereses entre distintas asociaciones que él mismo dirige —o ha dirigido hasta hace unos días— por el negocio de la mediación y el arbitraje. Íscar, decano de la junta saliente y representante de la candidatura continuista con el gobierno de Gumpert, centró su discurso en sacar pecho de lo hecho en el ICAM durante estos últimos años y las propuestas para seguir las políticas puestas en marcha durante esta legislatura.

Por momentos acorralado por las críticas de todos los candidatos a cuenta de las sospechas que pesan sobre la actuación del colegio y la suya propia, Íscar tuvo la difícil tarea de hablar de candidatura del futuro siendo la candidatura saliente. Dijo que lo más importante es "hablar de hechos y de proyectos y que están ahí, y que ya no son promesas". Según dijo, se ha producido "un antes y un después en el Colegio" y mencionó algunos logros como la organización de congresos o la creación de comisiones en las que han llegado a participar miles de abogados, según dijo. Finalmente, terminó señalando que "ya nos conocéis, queremos seguir consolidando el cambio que iniciamos hace cinco años".

Pero Íscar tuvo que afrontar durante todo el evento los reproches del resto de contrincantes, en especial González-Cuéllar que centró sus ataques en un correo electrónico del Colegio de Abogados que había recibido una compañera de su despacho con propaganda electoral de la candidatura de Íscar. Éste no contestó. No obstante, Íscar llegó a defender a José María Alonso frente a los furibundos ataques de González-Cuéllar respecto a arbitrajes efectuados por el decano del ICAM hace más de 6 años.

Desde el entorno de la candidatura de Íscar destacan que fue el único de los contendientes en el debate que pudo presentar "dentro del respeto y el decoro con sus compañeros" propuestas concretas para solucionar los problemas de los abogados. Además, la candidatura de Íscar también ha querido pedir perdón a los abogados que hayan seguido el debate "por los momentos de falta de seriedad y respeto con momentos indescriptibles de algunos de los candidatos, impropios de una institución como el Colegio de Abogados de Madrid".

Voto masivo

Después de tres horas de debate en el que hubo que acortar el tiempo dedicado a las preguntas y limitarlas a los periodistas, los candidatos contendientes coincidieron en algo: la necesidad de que los abogados madrileños salgan a votar de forma masiva.

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