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José María Alonso: "No nos merecemos por más tiempo un ICAM tan mal gestionado"

El candidato del cambio en las elecciones al Colegio de Abogados de Madrid, José María Alonso, habla con Libre Mercado a pocos días de los comicios.

Resta menos de una semana para las elecciones al Colegio de Abogados de Madrid cuando José María Alonso, candidato del cambio, concede esta entrevista a Libre Mercado. Alonso, que con trabajo y profesionalidad ha alcanzado la cumbre de la abogacía, quiere dedicar los últimos años de su carrera a dar un servicio de calidad a la profesión que le ha dado todo. Quiere ser decano del ICAM, el mayor colegio profesional de Europa con 77.000 colegiados y que, como él repite siempre, "ahora debe ser también el mejor".

Libre Mercado.- Teniendo en cuenta su trayectoria, su CV e incluso su edad, ¿cómo se le ocurre meterse en este lío?

José María Alonso.- Porque creo en este oficio. Porque ha llegado el momento de servir a mis compañeros. Porque me siento en la obligación de volcarme para devolver lo mucho y lo bueno que me ha dado esta hermosa profesión. Y, sobre todo, porque me veo en este momento con toda la energía y con la máxima ilusión. A ello ha contribuido el excelente equipo del que me he rodeado para representar a los abogados de la mejor forma que merecen: de forma distinta y mejor a la actual.

LM.- Cuál será su primera decisión si gana las elecciones el próximo 13 de diciembre?

JMA.- Nombrar al Defensor del Abogado, para que ofrezca una defensa real y de garantías para el colegiado. El Defensor tendrá por fin un papel relevante en la abogacía madrileña. No permitiremos que nuestro principal objetivo, la defensa de los intereses de los colegiados, quede resumida en un mero buzón de quejas en forma de APP.

LM.- ¿Principal virtud y principal defecto del Colegio de Abogados de Madrid a día de hoy?

JMA.- De lo primero le diré que no llegaremos a la Junta de Gobierno con ninguna obsesión por levantar alfombras o de hacer una revolución. Una transformación, sí, que es algo distinto. Lo que funciona lo mantendremos, sin duda. Pero es un gran defecto, por no decir varios, que el Colegio no sea percibido como una institución útil para los colegiados, ni relevante en el mundo jurídico, ni influyente en la sociedad civil madrileña. Y le voy a ser claro: no nos podemos permitir otros cinco años como los pasados, donde las dimisiones en cadena y las acusaciones y denuncias entre los miembros de la Junta han estado a la orden del día. Los abogados de Madrid nos merecemos otra cosa.

LM.- ¿Y cuál quiere que sean el principal defecto y la principal virtud del ICAM después de su mandato?

JMA.- Desde luego nadie es perfecto. Si en mi legado hay un defecto, que tenga su origen en el afán de perfeccionismo con que emprenderemos cada proyecto y llevaremos a cabo cada medida. ¿Qué me gustaría que los abogados percibiesen y sintiesen claramente después de cinco años? Que hay un Colegio serio, que dignifica y eleva la voz de la Abogacía, que es trasparente y útil para los colegiados, especialmente para aquellos que más lo necesitan. Que hay un Colegio del siglo XXI, focalizado y adaptado a los profundos cambios que se avecinan. Un Colegio al que todos nos sintamos orgullosos de pertenecer. Esa es nuestra vocación y a la que vamos a dedicar todo nuestro tiempo, toda nuestra capacidad y toda nuestra energía. Puede usted estar seguro de ello.

LM.- ¿El ICAM es el colegio profesional más grande de Europa con 77.000 colegiados. Por qué en las elecciones vota apenas un 10%?

JMA.- Exactamente por una cuestión central de la que emanan todas las demás: porque no es percibido como una institución útil. Y de ahí el lema de mi campaña ("Por un colegio útil"). Cuando no estás en la primera línea de defensa de la Abogacía, cuando el destino de tus gastos o inversiones no significan un retorno para el abogado, cuando los servicios que ofreces no guardan relación con la cuota que se abona (en muchos casos con muchas dificultades) se abre una distancia. Lo peor no es sólo que el Colegio se perciba como inútil o de una utilidad reducida, sino que sea una institución irrelevante, un gran cascarón vacío. Nosotros vamos a llenarlo de ilusión y de proyectos. Y, desde luego, tomaré todas las medidas posibles, incluidos cambios estatutarios para que se pueda fomentar la participación dentro de 5 años, y estoy pensando tanto en el voto electrónico como en el telemático.

LM.- La campaña está siendo muy dura. Algunos candidatos han vertido sobre usted y su candidatura algunas críticas muy duras. Dicen de usted que es el abogado de los grandes despachos y que es el peón de algunos lobbys, que falsifican cuentas en redes sociales. ¿Qué tiene que decir?

JMA.- Mire, hemos llegado a la recta final de la campaña cargados de ilusión, porque estamos esperando con ilusión que llegue el día 13, podamos contar con el apoyo de los colegiados, y empezar a cumplir con nuestro programa y con nuestro compromiso de servir. Eso es lo importante. A pesar de los pesares, a cada tergiversación hemos respondido con una aclaración. A cada falsedad hemos respondido con la verdad, porque a mí me parece que es una obligación, siempre, luchar contra las mentiras. Creemos en la transparencia y creemos que hay que mirar a los ojos a los colegiados. Tengo la convicción plena de que pese a que han querido enredar a mi candidatura en debates estériles o falsas acusaciones, nuestras propuestas y medidas de mejora y cambio en el Colegio, nuestro mensaje y nuestra voz, se han elevado y se han escuchado. Yo entiendo que puede ser duro para alguno de nuestros rivales comprobar que llevamos líneas de acción y conquistas a lograr en nuestro programa que (dado el nivel tan elevado de la candidatura que tengo el honor de encabezar) sólo serán posibles si nosotros ganamos las elecciones. Y, esto, quiero serle franco, explica muchas cosas.

LM.- Da la sensación, al menos desde fuera, que, en la carrera por el ICAM, muchos sobrepasan cualquier límite. ¿Cuál es su opinión al respecto?

JMA.- No puedo estar más de acuerdo. Pero cada cual tendrá que asumir responsabilidades por sus actos, y alguno ya las está asumiendo de hecho. Lo dije al iniciar la campaña y lo repito. No nuestros límites sino nuestro terreno es el de la ética, el de la integridad y el de la limpieza. Queremos ganar, y hacerlo en buena lid, porque esa impronta, la limpieza, es la que queremos llevar a la Junta de Gobierno del ICAM. Sí, está siendo una campaña electoral en muchos aspectos poco edificante, plagada de injusticias y faltas constantes a la verdad, pero nada de esto nos puede hacer perder el norte: nuestra firme voluntad de que dentro de cinco años el ICAM no sólo sea el mayor colegio de Europa, si no también el mejor.

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José María Alonso

LM.- Para colmo, en esta campaña de tanta tensión, se cuela un "error informático" con el que el ICAM produjo molestias a decenas de miles de colegiados y produjo un daño a su candidatura…

JMA.- Fíjese, con ese "error informático", como usted lo llama, hay varias cuestiones que han quedado muy claras para los abogados madrileños y que espero que consideren a la hora de votar el día 13. Primero, el Colegio ha asumido el error porque es el único responsable de la avería que le causó a tantos miles de colegiados con este ‘spam’. Segundo, el Colegio ha explicado en qué consistió el "error", que nada tiene que ver con José María Alonso, ni con su campaña, nada. Tercero, el Colegio ha asumido su responsabilidad absoluta y ha pedido disculpas no sólo por el trastorno que ha ocasionado a tantos miles de colegiados sino al propio proceso electoral, en el que ha puesto una mancha, y desde luego a mi candidatura le ha ocasionado un inmenso daño. Pero, ¿quiere que le diga algo? Este "error informático" es la mejor prueba de que el ICAM está mal gestionado y necesita un cambio. Y espero que la Abogacía madrileña haya tomado nota. No nos merecemos por más tiempo este estado de cosas.

LM.- En este mismo periódico el entorno de la candidatura de Javier Íscar le acusó de haber tenido sentencias contrarias a laudos de arbitraje suyos por conflicto de intereses. ¿Qué tiene que decir?

JMA.- Déjeme que le sea claro, y no lo entienda como algo arrogante. Mi trayectoria es de dominio público. Como letrado, y como gestor de dos firmas de abogados durante muchos años con los resultados también por todos los abogados madrileños conocidos. No hay ningún borrón, no hay tacha. Quienes hacen acusaciones infundadas con ánimo de confundir a sus compañeros y de obtener con malas artes algún rédito electoral, estoy plenamente convencido de que lo saben. Por eso le insisto en que la Abogacía madrileña merece otros representantes y otro estilo. Y, créame, instituciones importantes de la sociedad madrileña están esperando que ese cambio llegue este 13 de diciembre.

LM.- Le voy a pedir una medida/idea para cada uno de los colectivos que integran su candidatura.

JMA.- Turno de Oficio: protección institucional, defensa permanente y activa de los intereses de los adscritos

Plataforma Orgullosos de Ser Abogados: dignificación y recuperación del sentimiento de pertenencia de este maravilloso oficio

Agrupación de Jóvenes Abogados: dejarán de ser meros convidados de piedra en ICAM, contando con voz y voto

Mujeres abogado: un auténtico bastión y una referencia en mi candidatura, en la lista y en el programa

Abogados de empresa: dejarán de estar abandonados por el ICAM para volver a encontrar representación y defensa de sus intereses y derechos

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José María Alonso

LM.- ¿Por qué cree que su candidatura es la mejor para el Colegio de Abogados?

JMA.- Primero: instituciones y firmas del máximo prestigio en el sector jurídico madrileño han adquirido conmigo unos compromisos que no han querido adquirir con ningún otro candidato a Decano, y eso irá en beneficio directo de los colegiados. Segundo: las capacidades, la excelencia, el talento y el espíritu solidario de quienes conforman mi lista están por encima -dicho sea con todos los respetos- de lo que puedan ofrecer nuestros contrincantes. Tercero: nuestro programa es el más sólido, el mejor articulado, el más útil, el más ambicioso. Es el contrato y el plan de acción que necesita la abogacía madrileña para recuperar su grandeza.

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