Llevamos años escuchando que las empresas españolas apenas pagan impuestos. Este discurso venía siendo defendido por la izquierda política y mediática hasta que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decidió hacerlo suyo. Este mismo año, sin ir más lejos, el político andaluz declaró en el Congreso de los Diputados que las grandes empresas apenas pagan entre un 7% y un 8% en el Impuesto de Sociedades. De hecho, Montoro fue más allá y afirmó que el tipo efectivo que abonaban estas sociedades en 2012 era cercano al 0%.
Aquellas declaraciones hicieron reaccionar a la patronal, que envió a los medios un duro comunicado afeando a Montoro sus declaraciones. Según explicó la CEOE en dicho documento, los porcentajes aportados por el ministro se obtienen dividiendo el resultado contable entre el monto contribuido en concepto del Impuesto de Sociedades. Sin embargo, como recordaban los empresarios, el tipo efectivo debe calcularse considerando solamente la base imponible, que es la parte del beneficio sujeta a imposición. Además, la CEOE también recordó que el cálculo no puede incluir los resultados logrados en el extranjero, ya que los tratados de doble imposición se traducen en que esas ganancias solo tributan allí donde son obtenidas.
Pero no era necesario que la CEOE respondiese para saber que Montoro estaba jugando con las cifras con ánimo de generar una corriente favorable a disparar la presión fiscal de las empresas. En realidad, bastaba con acudir a las cuentas anuales del Impuesto de Sociedades para comprobar hasta qué punto era falso lo que estaba diciendo el ministro.
Datos frente a la demagogia
Dicha estadística oficial se renueva solamente una vez al año y sale a la luz con dos años de retraso. Hace escasos días, la Agencia Tributaria publicó las cifras para 2015 del gravamen empresarial por excelencia. Una vez más, los datos de Hacienda desmienten al ministro y confirman que los tipos fiscales abonados por las empresas españolas son mucho mayores.
De entrada, el tipo efectivo soportado por el sector privado es del 21%, con un 21,6% entre las sociedades no integradas en grupos y un 19,9% entre los grupos consolidados. Para las sociedades no financieras, el tipo efectivo es del 24,3%, mientras que entre las grandes empresas el Impuesto de Sociedades supone un esfuerzo equivalente al 25,2%.
Si nos centramos solo en empresas pequeñas y medianas, el tipo cae al 23,4%. Algo más bajo es el gravamen de las cooperativas: tienen un tipo efectivo del 14,1%. Entre las aseguradoras, el gravamen es del 27%, mientras que el sector bancario soporta un 29%.
