La Fundación para el Avance de la Libertad acaba de publicar la primera edición del Índice Mundial de Libertad Electoral, un proyecto de investigación liderado por el profesor José Antonio Peña y desarrollado por colaboración con la Universidad Autónoma de Chile. Su objetivo es medir hasta qué punto los procesos electorales funcionan en un marco de garantías que asegure una libertad efectiva a la hora de elegir a nuestros representantes.
El estudio incluye cuatro subíndices. El primero es el Índice de Desarrollo Político, que mide indicadores básicos para la libertad política, jurídica, económica… El segundo es el Índice de Libertad de Sufragio Activo, que mide la universidad del voto, los derechos del votante, el censo electoral, los procedimientos de elección… El tercero es el Índice de Sufragio Pasivo, que considera las barreras de entrada, las características de las campañas electorales, los procesos electivos… El cuarto es el Índice de Empoderamiento del Electoral, que considera la capacidad de revocar a representantes electos, la efectividad de las elecciones, la integridad de los procesos políticos…
A partir de estas cuatro categorías de análisis, el Índice Mundial de Libertad Electoral concluye que Irlanda, Islandia y Suiza son las tres democracias con un mayor grado de libertad electoral. El Tigre Celta se sitúa por encima de los 80 puntos sobre 100, mientras que Islandia y Suiza se quedan a las puertas de dicho umbral.
Los resultados del estudio destacan igualmente los niveles de libertad electoral observados en otros países europeos, como es el caso de Finlandia (puesto 4), Australia (puesto 5), Dinamarca (puesto 6), Portugal (puesto 7), Reino Unido (puesto 9) o Lituania (puesto 10). Solamente un país de otra región del mundo logra colarse en el top diez: se trata de República Dominicana, que se aúpa al octavo lugar de la tabla.
Igualmente satisfactorios son los resultados que logran Estonia, Uruguay, Polonia, Malta, Eslovenia, Letonia, Chile, Italia, República Checa o India, que completan el top veinte. Las diez siguientes posiciones son para Palaos, Colombia, Costa Rica, Suecia, Luxemburgo, Canadá, Panamá, Perú, Kiribati y Mauricio. Francia y Noruega se quedan a las puertas de las treinta primeras posiciones, mientras que Estados Unidos está en el número 44 de la tabla.
España, cerca de los 70 puntos
Los procesos electorales españoles reciben una calificación media, de 69,2 puntos sobre 100. Nos situamos cerca de Japón o Alemania, que figuran en los números 54 y 64 del ranking. El país nipón se anota 69,6 puntos, mientras que la república teutona logra 68,5 puntos. En el caso de España, la calificación recibida es de 69,2 puntos.
Por subíndices, España logra una buena calificación en las dos primeras categorías. Si nos referimos al Índice de Desarrollo Político, la Vieja Piel de Toro logra 72,5 puntos, suficientes para auparse al puesto 29. También en el Índice de Libertad de Sufragio Activo obtenemos una calificación aceptable, de 74,9 puntos (puesto 32). No obstante, el estudio penaliza a España en el Índice de Sufragio Pasivo y el Índice de Empoderamiento del Electoral, con calificaciones de 66,2 y 63,2 puntos que nos dejan en los números 127 y 68 de la lista.