El escándalo saltaba a finales de la pasada semana. The Times reveló en portada las malas prácticas de los trabajadores de Oxfam en Haití. Según lo publicado, documentos internos de la ONG demuestran que, tras el terremoto que sufrió el país en 2010, distintos miembros de la entidad organizaron orgías con prostitutas, algunas de las cuales eran menores de edad. El dossier revelado por el periódico británico también documenta distintos episodios de explotación sexual, acoso o intimidación.
Tras conocerse las primeras informaciones, la exsecretaria de Estado para Desarrollo Internacional, Priti Patel, ha concedido una entrevista a la BBC en la que ha denunciado que, a lo largo de su periplo en dicha rama del Ejecutivo, constató que las ONGs "viven en la cultura de la negación y el ocultamiento". Patel también afirmó que el escándalo de Haití destapado por The Times es solo "la punta del iceberg" y reprochó a la organización su "falta de liderazgo moral" a la hora de llevar a los culpables ante los tribunales.
Mientras tanto, la prensa británica ha seguido tirando de la manta. Como han recogido varios medios, Oxfam ya se ha visto obligada a reconocer que, solamente a lo largo del año 2017, se vio obligada a despedir a un total de veintidós trabajadores implicados en escándalos de abusos sexuales similares a los ocurridos en Haití.
Lo peor de todo es que las cifras muestran un cambio a peor. Y es que el número de denuncias que afectan a la organización no gubernamental ha aumentado un 36% entre 2016 y 2017. En total, el ejercicio 2017 de Oxfam se habría cerrado con 87 incidentes de este tipo, de los que 53 estarían ya en los tribunales.
Por tanto, no sorprende que ya se hable de la posibilidad de que distintos gobiernos e instituciones internacionales "cierren el grifo" y corten las generosas líneas de financiación pública que benefician anualmente a Oxfam. El foco también puede ampliarse y afectar a otras ONGs, puesto que la ONU maneja informes que hablan de 120 casos de abusos a lo largo del pasado año.