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¿Por qué el acero español se la juega con los aranceles de Trump si apenas exporta a EEUU?

"El riesgo no es dejar de vender en EEUU, el riesgo es que se inunde Europa de acero", señala el director general de UNESID. 

"El riesgo no es dejar de vender en EEUU, el riesgo es que se inunde Europa de acero", señala el director general de UNESID. 
Trabajador en un horno de una fábrica de acero | Alamy

La guerra comercial que ha emprendido EEUU contra los bienes extranjeros se ha cobrado una última víctima que quizá Donald Trump no esperaba: Harley-Davidson. El fabricante de motocicletas estadounidense anunció ayer lunes que trasladará parte de su producción desde su país de origen hasta otras fábricas que tiene repartidas en otras partes del mundo.

La decisión de la empresa con sede en Wisconsin se debe al aumento de los aranceles que ha llevado a cabo la Unión Europea (UE) en respuesta a la subida de las tasas arancelarias del Gobierno de Trump al aluminio y al acero exportado desde el Viejo Continente. "Es la única opción de mantener un negocio viable en Europa", explicó la empresa, cuyas tarifas por vender sus motos en Europa se han visto incrementadas "desde un 6% hasta un 31%", encareciendo su producto en 2.220 dólares.

La UE ha comenzado a aplicar aranceles adicionales por valor de 2.800 millones de euros a una lista de casi 200 productos procedentes de Estados Unidos, entre los que se encuentran el whisky, el tabaco o los vaqueros. Trump, lejos de pensar en dar marcha atrás en su guerra contra el acero y el aluminio europeo, volvió a amenazar con con imponer otro arancel del 20% a todos los coches del Viejo Continente. Y lo anunció por Twitter.

"Lo vamos a sufrir todos"

En España, el sector del acero tiembla ante la cruzada arancelaria de Trump. A finales del mes del mayo, el Ejecutivo estadounidense anunció la imposición de una tasa al acero del 25% y de otra del 10% al aluminio procedente de la UE, México y Canadá. "Es un desastre. Esta decisión rompe con el principio de la multilateralidad en las relaciones comerciales", ha asegurado el director general de la Unión de Empresas Siderúrgicas (UNESID), Andrés Barceló, a Libre Mercado.

"Lo vamos a sufrir todos, empezando por los clientes norteamericanos", vaticina Barceló. "O habrá desabastecimiento o subirán los precios de manera desmesurada porque EEUU es un importador neto de acero. Produce menos de lo que necesita su industria", ha añadido.

En 2017, España exportó "unas 380.000 toneladas" de acero a EEUU, que apenas representan al "5% del total de las exportaciones" de nuestro país, según datos de UNESID. Además, en EEUU hay instaladas cuatro compañías importantes, como son Acerinox, Arcelormittal, Tubos Reunidos y Tubacex, que tienen fábricas en en país, por lo que no resultarían perjudicadas. Entre los productos españoles de acero más reclamados por el país de Trump están "los tubos sin soldaduras, el alambrón o las barras corrugadas", cuenta Barceló.

Aunque las ventas de acero de origen español a los Estados Unidos no son muy relevantes, las consecuencias de la guerra de Trump al acero sí pueden ser devastadoras para el sector nacional. "El riesgo no es dejar de vender en EEUU, el riesgo es que se inunde Europa de acero procedente de México o Canadá", que también está gravado. "Va a ser una tentación muy grande la de venir a un mercado tan abierto y sin barreras como el europeo en busca de clientes", explica el experto.

"Las exportaciones de acero en España se concentran en Francia, Alemania y Portugal, por lo que de si llegan nuevos competidores de un día para otro, nos podemos ver obligados a bajar nuestros precios a la cifra que sea si no queremos parar nuestras fábricas", se lamenta Barceló.

En nuestro país, Donald Trump también ha puesto en su punto de mira a otros sectores como el de la aceituna negra, a quien ya ha aplicado varios aranceles desde su llegada a la Casa Blanca. La industria de la alimentación teme que pueda extenderlos a otros productos emblemáticos, como el vino o el aceite.

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