Las sociedades de inversión de capital variable, más conocidas como sicav, están en el punto de mira de la izquierda política española. Podemos ha exigido la supresión de este vehículo de ahorro, mientras que el PSOE ha coqueteado con la posibilidad de modificar su régimen fiscal y normativo. El caso es que tres años de fuertes ataques contra el régimen de las sicav se han traducido en una progresiva caída en el número de sociedades que operan dentro de dicho régimen.
En 2018 el registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha constatado el alta de apenas dos sociedades de esta naturaleza. Sin embargo, durante el mismo período, el número de sicav extintas asciende a sesenta y cinco. Así las cosas, el saldo neto arroja una pérdida de 63 sociedades de inversión de capital variable en lo que va de 2018.
En total, el número de sociedades que operan bajo este régimen ha pasado de 2.833 a 2.770. Si medimos la evolución en términos de accionistas, encontramos que la pérdida observada durante lo que va de 2018 asciende a 3.700 titulares. En suma, el patrimonio manejado por las sicav españolas ha caído en 150 millones de euros.
Fuga de 66.000 accionistas
Pero si ampliamos el foco y analizamos un período más amplio, la caída es aún más evidente. Entre 2015 y 2018, el número de sicav registradas en la CNMV ha caído en más de 600 sociedades, mientras que la cifra total de accionistas ha caído de 483.930 a 417.566, una merma de más de 66.000 partícipes en apenas dos años y medio.
En total, las distintas sicav que operan en nuestro país manejan 30.700 millones de euros. Si repartimos esta cifra entre los 417.566 partícipes de este tipo de vehículos, llegamos a la conclusión de que la participación media de los mismos ronda los 70.000 euros, lejos de las abultadas cifras que se suelen manejar cuando se habla de estas cuestiones con ánimo de estigmatizar a las sicav como vehículos inaccesibles para el ahorrador medio.