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Nadal insiste en el 'rajoyismo' económico mientras Casado promete una revolución fiscal

El discurso de Nadal no parece haber tomado en cuenta el ímpetu con el que Casado planteó (y sigue planteando) una revolución fiscal.

El discurso de Nadal no parece haber tomado en cuenta el ímpetu con el que Casado planteó (y sigue planteando) una revolución fiscal.
Alberto Nadal | Europa Press

Con la victoria de Pablo Casado, el cambio de liderazgo en el Partido Popular estaba llamado a animar un cambio de rumbo en la agenda económica del partido azul. No en vano, el diputado por Ávila se impuso a la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría con un discurso de corte liberal.

Así, en los micrófonos de esRadio, Pablo Casado habló abiertamente de impulsar una "revolución fiscal" que Libre Mercado valoró en 18.750 millones de euros. Entre las medidas sugeridas por Casado figuraba la eliminación de los Impuestos de Patrimonio y Sucesiones, la rebaja del Impuesto sobre la Renta hasta dejar el tramo superior en el entorno del 39% y el recorte del Impuesto de Sociedades al 10%.

El empresario Manuel Pizarro y el economista Daniel Lacalle parecían llamados a tener un mayor protagonismo en la nueva era de los populares. Sin embargo, el elegido por Pablo Casado fue Alberto Nadal. El que fuera número dos de Cristóbal Montoro en el Ministerio de Hacienda se convirtió así en el responsable de Economía y Empleo de Génova 13.

Su elección fue interpretada como un esfuerzo de Casado por integrar en su Ejecutiva a personas vinculadas con el rajoyismo.Pero, de momento, el discurso de Nadal no parece haber tomado en cuenta el ímpetu con el que Casado planteó (y sigue planteando) una revolución fiscal. De hecho, el hermano gemelo del exministro de Industria, Álvaro Nadal, muy vinculado a Soraya, ha aprovechado distintas entrevistas en medios para rebajar significativamente el tono liberal del discurso de Casado.

Así, en las páginas de El Confidencial, Alberto Nadal acota cualquier rebaja de los impuestos a una "actuación responsable con el gasto". ¿Qué entiende como tal el responsable de Economía y Empleo de los populares? Según explica, se trata de que "el gasto crezca", pero "por debajo de lo que crece la economía. Si consigues impulsar el crecimiento y moderar el gasto por debajo de lo que crece la economía, vas cerrando el déficit público y se va creando un espacio fiscal para bajar impuestos".

Lejos de bajar gasto para embridar el descuadre presupuestario y así hacer sostenible un recorte de la presión tributaria, Alberto Nadal opina que "la mejor forma de reducir el déficit estructural es moderando el crecimiento del gasto. (…) Si no permitimos que el gasto crezca en exceso, garantizamos el ajuste estructural".

Así, el miembro de la Ejecutiva de Pablo Casado insiste en que "lo que hay que hacer es contener el incremento del gasto a largo plazo por debajo del crecimiento potencial de la economía. Así se puede crear espacio fiscal para bajar los impuestos". El objetivo que tiene en mente el ex número dos de Montoro es"equiparar a España con Canadá, que tiene un gasto público del 39% del PIB".

En materia de pensiones, Nadal abre la puerta a crear nuevas vías de ingresos y cambia el discurso en relación con la indexación al IPC. Sobre lo primero, señala que "no podemos cargar exclusivamente sobre las cotizaciones el pago de los costes crecientes de la Seguridad Social" y se muestra partidario de "buscar formas alternativas de financiar la Seguridad Social, lo que implica un esfuerzo de todas las administraciones". Sobre lo segundo señala que "sería apropiado volver a vincular las pensiones al IPC", aunque pide también "una financiación que garantice la sostenibilidad estructural del sistema".

También va en la misma línea su entrevista con el diario El Mundo. Nadal se muestra partidario de rebajar el tramo superior del IRPF hasta dejarlo en el 39%, pero no habla de aprobar esta reducción inmediatamente, sino que pide "ir tendiendo paulatinamente" hasta dicho tipo. Tampoco es muy firme Nadal a la hora de hablar del Impuesto de Patrimonio ("hay que revisarlo", "se podría eliminar"…) o del Impuesto de Sucesiones (cuya eliminación no sería total, sino "para la gran mayoría de los españoles").

En Sociedades, Casado ha hablado abiertamente de fijar el tramo general en el 10%, pero Nadal prefiere plantear "una simplificación que daría como resultado un ajuste de los tipos a la baja, generando un impuesto diferente, con menos posibilidades de buscar escapatorias". Por último, el responsable de Economía y Empleo de los populares reconoce que, antes de salir del gobierno, su equipo preparaba "nuevos impuestos", si bien puntualiza que "su recaudación es limitada y para hechos puntuales".

Así las cosas, Nadal parece volver al rajoyismo económico que marcó la gestión del gobierno de Mariano Rajoy entre 2014 y 2018. Habla de bajar impuestos, pero de forma limitada y condicionada. Apuesta por reducir el déficit, pero condiciona su aminoración a un crecimiento moderado del gasto. Y, en lo tocante a las pensiones, habla de ligar su evolución al IPC y de crear nuevas vías de ingresos para financiarlas. Una retórica que poco tiene que ver con la revolución fiscal que prometió Pablo Casado en las primarias.

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