Morirse sale caro. Ese es uno de los motivos que explica que cada vez son más los españoles que optan por la incineración, una alternativa más económica. En concreto, el 38,4% de los fallecidos de nuestro país pasó por el crematorio en 2017, tal y como revela el informe Radiografía del sector funerario elaborado por la patronal de las funerarias Panasef.
De cara al futuro, el interés de está práctica frente a la inhumación (el entierro) irá aumentando. Tanto es así, que según los cálculos de Panasef, esa cifra alcanzará el 60% en 2025. En algunas grandes capitales, influido por la pérdida de las tradiciones religiosas católicas, ese porcentaje alcanza el 70% ya en la actualidad.
Por ello, el número de hornos crematorios está creciendo en España, pasando de 380 en 2016 a 404 en 2017. De esta forma, nuestro territorio sigue siendo el país europeo con mayor número de estos hornos, que permiten realizar 1.704 incineraciones en un día. Además, España cuenta con 2.429 tanatorios y velatorios, con 7.050 salas.
El ejercicio 2017, se situó como el año con mayor porcentaje de mortalidad en España desde que existen datos oficiales. Las 423.643 defunciones que se produjeron el año pasado supusieron un 3,17% más que en el año anterior.
El mercado funerario movió en España en el año 2017 más de 1.500 millones de euros y empleó a 11.130 trabajadores, de los cuales el 26% son mujeres y el 74% hombres. La cifra de la facturación no solo la compone la retribución a las empresas funerarias, sino que incluye la prestación de una larga lista de servicios y productos. De hecho, alrededor de los fallecimientos han surgido en España todo tipo de negocios como estos:
Creación del Jardín del recuerdo: se trata de un espacio abierto (normalmente jardines) donde se depositan las cenizas del ser querido y se acompañan de un árbol o elemento para el recuerdo. Por ejemplo, la empresa municipal Parcemasa de Málaga permite a sus ciudadanos depositar las cenizas de difuntos bajo un árbol del Jardín del Recuerdo de San Gabriel. El importe del servicio esta cerca de los 1.000 euros para la concesión de una parcela para un árbol nuevo y de 1.800 euros, para una con un ejemplar ya existente.
La digitalización del fallecido: la evolución de las nuevas tecnologías y de las redes sociales también ha llegado a los muertos. Compañías como Memorial Spain ofrecen la posibilidad de incluir en las lápidas un código QR incrustado que, combinado con la cámara de su teléfono móvil, le permite al visitante conocer detalles sobre la vida de la persona fallecida en forma de memorial y recuerdo póstumo.Cuesta entre 150 y 350 euros.