A sus 69 años, el estadounidense Ray Dalio se ha convertido en una de las figuras más respetadas del mundo de la inversión. Su hedge fund Bridgewater, fundado hace cuatro décadas, gestiona activos valorado en más de 125.000 millones de dólares. Con semejante bagaje, la publicación del libro Principios (Ediciones Deusto, 2018) se ha convertido en un acontecimiento editorial de primera magnitud.
Fuera de nuestro país, la obra ha despachado más de un millón de copias. En España, las primeras copias han llegado esta semana a las estanterías de las librerías. Además del éxito comercial, Dalio cuenta también con el respaldo de gigantes empresariales como Bill Gates, que describe Principios como un texto "de valor incalculable", o gurús de la comunicación como Tony Robbins, que habla de la obra como un documento "extraordinario y elegante".
La trayectoria de vida expuesta por Dalio en Principios está llena de lecciones que ayudan a entender mejor lo complicado que es llegar a lo más alto. El autor relata numerosos fallos cometidos a lo largo de su carrera, algunos de los cuales le llevaron a la ruina a comienzos de los años 80. Sin embargo, el Steve Jobs de la inversión tiene claro que fueron esos errores los que le ayudaron a progresar y aprender. Para Dalio, el dolor seguido de reflexión es sinónimo de mejora.
Hoy, Bridgewater es la quinta mayor empresa del mundo y los retornos conseguidos por Dalio le sitúan entre los mejores gestores del mundo. Por eso resulta refrescante conocer de primera mano los Principios que han hecho de este inversor estadounidense un auténtico mago de la inversión y las finanzas.
Cinco claves de vida
¿Cuáles son los principios vitales que identifica Ray Dalio en este manual orientado a ofrecer claves de desarrollo personal y profesional? A grandes rasgos, su ensayo menciona los siguientes puntos:
- Admite y afronta la realidad. Los sueños, sueños son. Para salir adelante, hay que anclar nuestras expectativas en la siempre cruda realidad. El éxito pasa por entender el funcionamiento de nuestro entorno y actuar en consecuencia. El proceso puede ser doloroso o exigente, pero arroja resultados.
- Persigue tus metas siguiendo pasos concretos. Prioriza objetivos, identifica posibles inconvenientes, traza un plan de acción y, sobre todo, pasa de la teoría a la práctica, para que las estrategias se conviertan en resultados.
- Sé radicalmente abierto de miras. Sabemos poco y desconocemos mucho, pero eso no es un obstáculo si mantenemos siempre una perspectiva abierta y dispuesta ante el cambio. La perspectiva ajena puede ser chocante o extravagante, pero no por ello equivocada.
- Mejora tus relaciones con los demás. No solo debemos esforzarnos por descubrir y entender cómo funcionamos, sino que también tenemos que hacer lo propio con aquellos que nos rodean y así cultivar lazos efectivos para nuestro crecimiento humano y laboral.
- Aprende a tomar decisiones eficaces. Las emociones pueden ser perjudiciales, la complejidad es enemiga de la efectividad y el coste de equivocarse no siempre es negativo si sabemos extraer lecciones adecuadas.