Ian Vásquez y Tanja Porcnik son dos expertos del Instituto CATO que elaboran anualmente el Índice de Libertad Humana. Este informe analiza cerca de 80 indicadores agrupados en categorías que pretenden medir el grado de libertad vigente en campos como la economía, la política o la vida de las personas en sociedad.
Los pilares del informe son los siguientes: imperio de la ley, seguridad ante el crimen, facilidad de movimiento, tolerancia religiosa, capacidad de asociarse libremente, ausencia de trabas para la libertad de expresión y opinión, no discriminación por motivos de sexo, tamaño del Estado, seguridad jurídica de los contratos, estabilidad monetaria, acceso al comercio con el resto del mundo y entorno regulatorio favorable para el desarrollo de la economía de mercado.
Las primeras posiciones del índice son para Nueva Zelanda y Suiza, que avanzan posiciones y superan a Hong Kong. La pequeña isla asiática ve lastrada su calificación por la falta de libertades políticas, lo que ha permitido el sorpasso por parte de los dos países que ahora figuran en primera y segunda posición. Completan el top cinco Australia y Canadá, dos casos de éxito en materia de reformas económicas liberales que, además, siempre han tenido modelos sociales razonablemente abiertos.
Dejando a un lado a los países que están mejor clasificados, las quince siguientes posiciones son para países que reciben notas que van de 8,34 a 8,55 puntos, una brecha muy pequeña que muestra el elevado nivel de libertad existente en todas estas naciones. Hablamos de Países Bajos, Dinamarca, Irlanda, Reino Unido, Finlandia, Noruega, Taiwán, Alemania, Estonia, Luxemburgo, Austria, Estados Unidos, Suecia, Malta y Lituania.
¿Y qué hay de nuestro país? España aparece en el puesto 25. Están por encima de nosotros República Checa, Portugal, Letonia, Rumanía y Singapur, mientras que Bélgica, Islandia, Corea del Sur, Chipre, Japón, Francia, Chile o Italia aparecen por detrás de la Vieja Piel de Toro. La nota que recibe España es de 8,76 puntos en las libertades personales y de 7,56 puntos en las libertades económicas, lo que arroja un resultado final de 8,16 puntos.
La nota de España ha experimentado una mejora progresiva en los últimos años, principalmente por la mejora de la libertad económica, que pasa de 7,35 puntos en 2012 a 7,56 en 2016. A raíz de ese moderado progreso, la calificación general sube de 8,02 a 8,16 puntos. Eso sí: en 2008 obteníamos 8,25 puntos, de modo que no se han recuperado los niveles pre-crisis. Por aquel entonces, España se colocaba en el puesto número 21 del listado, cerca de los veinte mejores clasificados. Hoy nos tenemos que conformar con el puesto 25.
Más libertad, más democracia
Como vemos en el siguiente gráfico, hay una fuerte correlación entre entre el resultado obtenido en las categorías ligadas a la economía y la nota cosechada en el estudio de las libertades personales.
El ingreso de los países es mayor cuanta más libertad brindan a sus ciudadanos. En promedio, la renta per cápita es de 39.000 dólares en los países más libres, frente a los 12.000 dólares de los países menos libres.
Para las mujeres, la libertad es muy distinta dependiendo de la región del mundo que tomemos como referencia.
En Norteamérica, Europa Occidental, Europa del Este, Asia del Este, Oceanía o América Latina, las notas van de 9 a 10 en la categoría de libertades personales. Sin embargo, en el Sur de Asia o el África subsahariana la calificación no llega a los 7 puntos. Peor aún, en Medio Oriente y el Norte de África, el promedio es de 4 puntos.
Los países con más libertad económica y política son también los que mejores resultados obtienen en el Índice de Democracia. Así lo refleja el siguiente gráfico.