Llevamos ya casi tres años metidos en el laberinto del Brexit desde que Cameron decidió convocar un referéndum que no tenía sentido. Desafió a su suerte y le salió mal. Él se fue, pero el problema lo ha dejado. Un problema que los británicos no están sabiendo resolver ni solucionar y que puede afectar muy gravemente a toda la economía de la UE, además de, lógicamente, a la del Reino Unido.
El Brexit es una decisión que va a generar, al menos en el corto y medio plazo, muchas perturbaciones económicas, y España no es ajeno a ellas, porque la salida del Reino Unido de la Unión Europea puede perjudicar seriamente a nuestra economía, dada la interrelación existente entre las economías de ambos países. Así, la economía puede verse afectada mucho más profundamente en casi todos los sectores y ramas de actividad económica, como podemos observar a continuación.
Agricultura, ganadería y pesca
Dentro del sector primario, el efecto más negativo puede venir por el sector pesquero. Se teme que la salida del Reino Unido pueda acabar con un 15% de la flota pesquera de la Unión Europea, con la pérdida de más de 6.000 puestos de trabajo. España es uno de los países más relevantes de la flota comunitaria y recibiría un impacto muy importante.
Es obvio que gran parte de esa destrucción de puestos de trabajo podría concentrarse en España, pero el efecto puede ser peor, ya que podría generar un efecto total en la economía (directo e indirecto) de una caída de 3.200 millones de euros en la producción, con un impacto negativo en el PIB de 1.410 millones de euros y la pérdida de 27.000 puestos de trabajo en el conjunto de la economía.
Industria
El impacto más negativo puede llegar por el sector de la automoción. Dicha rama de actividad, que suma en la producción de vehículos 65.628 millones de euros al PIB nacional, más otros 17.927 millones en la producción de otros medios de transporte, exporta casi 365.000 vehículos al Reino Unido, por importe de 4.400 millones de euros, así como otros 1.725 millones de componentes de vehículos.
No es descabellado pensar que ante un Brexit duro o, incluso, en un futuro sin una unión aduanera tras el período transitorio, debido al incremento de aranceles dichas exportaciones pudiesen reducirse alrededor de un 25%, con una caída de 2.400 millones en la producción, que afectaría negativamente al PIB español en casi 1.100 millones de euros y la pérdida, por efectos directos e indirectos, de 20.655 empleos.
Construcción
Más de 240.000 británicos residen en nuestro país, muchos de ellos con rentas holgadas y capacidad de inversión, o, al menos, pensionistas desahogados que vienen buscando un buen clima y que realizan, por tanto, inversión en viviendas para poder vivir o rentabilizar sus ahorros. Al igual que pasa con los comunitarios que viven en el Reino Unido, no sabemos cuál va a ser el acuerdo final para saber si no va a haber problema de residencia, pero sí podríamos pensar que, en el caso de que no hubiese acuerdo y fuésemos a un Brexit duro, la producción del sector inmobiliario podría descender un 1%, que podría implicar un impacto negativo en el PIB de 660 millones de euros y de 12.640 empleos.
Servicios
El mayor impacto negativo puede venir de la mano del Turismo, que representa más del 11% del PIB español. Así, los británicos son los que lideran el gasto total de los turistas extranjeros, con un gasto medio diario de 905 euros por persona. Si la libra se deprecia tras el Brexit y llega a la paridad con el euro, el gasto medio diario, por ese efecto, se reduce a 798 euros al día. Si le unimos un posible descenso del 20% en la llegada de turistas británicos a España por el encarecimiento del euro, ambos efectos pueden hacer caer la producción de este sector en 4.132 millones de euros, con un impacto negativo en el PIB de 1.818 millones y una pérdida de 13.900 empleos.
Sector exterior
Las exportaciones al Reino Unido representan el 7,2% de las exportaciones españolas, equivalentes a 18.950 millones de euros, mientras que las importaciones suponen 11.443 millones de euros. Ante las barreras arancelarias, es fácil que el saldo neto pudiese empeorar, con un Brexit duro, en unos 3.000 millones de euros, que provocaría un descenso del PIB de 1.300 millones y un desempleo de 25.000 personas.
Ese empeoramiento del saldo de la balanza por cuenta corriente habría de ser compensado, en la balanza financiera atrayendo inversiones por el mismo importe, al que habría que sumar las inversiones británicas que se perdiesen de los 49.809 millones que actualmente invierten los británicos en España.
En conclusión, la economía española debe, ahora más que nunca, realizar reformas profundas para mejorar su productividad y compensar los efectos negativos que el Brexit puede ocasionar, al tiempo que le servirá para estar preparada para futuras crisis, porque el impacto económico de la salida de Reino Unido puede ser muy relevante en términos globales, también en la economía española. Por eso, si es esencial ser prudente, ahora más que nunca hay que evitar que puedan aplicarse políticas económicas peligrosas, que afecten negativamente a nuestra economía.