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"La dictadura de lo políticamente correcto se ha impuesto y los lobbies animalistas son cada vez más fuertes"

El mundo rural ha dado la voz de alarma con "la que se avecina" si el animalismo sigue cambiando leyes.

El mundo rural ha dado la voz de alarma con "la que se avecina" si el animalismo sigue cambiando leyes.
Manifestación antiespecista contra el consumo de carne en Madrid | Noviembre Antiespecista

El movimiento animalista gana terreno en las instituciones públicas y está consiguiendo transformar códigos legislativos en España y Europa. Recientemente, la prohibición temporal de la caza en Castilla y León o las medidas aprobadas en Navarra, que vulneran derechos de los ciudadanos a favor de los animales de compañía, han provocado que los expertos den la voz de alarma sobre la peligrosa deriva animalista.

Por esta razón, la plataforma de Los Hombres y los Animales en su Sitio celebró el pasado viernes en el Senado un simposio sobre animalismo al que acudieron expertos, catedráticos, naturalistas, cazadores, representantes del mundo del espectáculo con animales, pescadores y trabajadores del mundo rural. Todos coinciden en la gravedad del totalitarismo animalista y sus imposiciones. "Quieren cambiar la relación del ser humano con la naturaleza". Apuntan, además, a que sus responsables "no tienen ni la menor idea de lo que significa el medio ambiente. Están desplazando a los ingenieros de montes y guardas forestales por urbanitas, que traen una ideología absurda hacia el entorno natural", han comentado varios de los ponentes en el foro de debate.

En esta línea, se pronunció Juan Felipe Higuera, catedrático de Derecho, quien no ha tenido complejos en señalar y acusar a los que él mismo considera culpables de los "devastadores efectos de los radicales animalistas. Ciertamente, la libertad de expresión ampara también a los incompetentes y estos están generando una gran confusión en la opinión pública, están mintiendo. Los lobbies económicos animalistas, las ONG, el partido PACMA, PSOE y Congreso de Diputados por medio de la Asociación Parlamentaria del Derecho de los Animales están incurriendo así en un factor criminógeno con la sociedad. Puedo corroborar que, en algunos casos, estos políticos están actuando de mala fe", se quejó el conferenciante.

A colación de esto, el experto en Derecho Penal rememoró una conversación con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. "No quiso escucharme por más que le expliqué las diferencias entre animales en cautividad y en libertad. No sirvió de nada". Por ello, Higuera remató abiertamente que "entre bobos anda el juego".

Europa, hacia el animalismo

A la palestra se subió también el europarlamentario del Partido Popular Luis de Grandes, que dibujó un panorama desolador en Europa. Sus declaraciones no han sido nada alentadoras para quienes seguían con interés su intervención. "Siento decir que el buenismo europeo es un hecho. La dictadura de lo políticamente correcto se ha impuesto y los lobbies animalistas son cada vez más fuertes".

El europarlamentario defendió con fervor "las fiestas tradicionales españolas". Transmitió que "estos festejos no tienen color político" y que "estamos entrando en la era del absurdo". Asimismo, criticó la cobardía política actual, aunque sin referirse a ningún partido en concreto. "En política no se puede estar en el burladero de la indiferencia y claudicar ante la minoría. Tenemos que defender nuestra cultura, que hunde sus raíces en nuestro país".

Además, el popular describió un futuro nada halagüeño para los amantes de la caza, los ganaderos, las granjas o la cultura del toro de lidia. "Este mundo del animalismo que nos rodea nos está perjudicando y el Parlamento Europeo ya se ha posicionado al lado de este populismo". "Tristemente es así. Los cauces los van a dictaminar los intereses de los animalistas. Esto ya es irreversible. Ante esta moda hay que buscar trincheras políticas sin complejos en las que se pueda esperar cambios, de lo contrario será imposible".

¿Tienen derechos los animales?

Una de las reivindicaciones de la presidenta de PACMA, Silvia Barquero, ha sido la de otorgar derechos a los animales. Alonso Sánchez Gascón, profesor de Derecho en varias universidades, fue tajante y definió estas posturas de sectarias y absurdas. "Los animales no tienen derechos, carecen de ellos. Los animales no son conscientes de sus actos. Tampoco tienen obligaciones, no saben lo que hacen, son instintivos". Sánchez Gascón arrojó luz sobre el Código Penal y explicó que, de tener derechos como las personas, entonces un alacrán cebollero o un asno debería valorar su dignidad, su amor propio, o la autoestima. "Es un disparate".

Con respecto a la propuesta de la presidenta andaluza de Unidos Podemos, Teresa Rodríguez, en la que solicitaba un horario laboral de ocho horas para los animales, el catedrático preguntó: "¿Cuál es el horario laboral de un burro? ¿Cuál es el horario de un caballo que se entrena? ¿Los animales se han sindicado?", cuestionaba con ironía en la sala. En este sentido, el ponente quiso recordar que las legislaciones estatales y europeas "se refieren a gatos, perros, hurones y especies protegidas. Nada más", apuntilló.

"Todo empezó en los 90"

Otro de los aspectos del debate fue revisar el pasado y trazar el punto de inflexión entre "una legislación cuerda y los cambios producidos por el radicalismo". José Esteve Pardo, catedrático en la Universidad de Barcelona y autor de Derecho del Medioambiente, Protección de la fauna y Réplica a la crítica ecologista de la fiesta, señaló lo siguiente:

"A mediados de los 90, es cuando en España se advierte un cambio legislativo. Hasta entonces, las leyes contemplaban a los animales como objetos de la explotación humana. Eso no quería decir que fuera una legislación permisiva, sino que, muy al contrario, establecía mecanismo rigurosos de protección con ellos. Este criterio de explotación racional fue alumbrado por la ciencia forestal alemana. Pero en la década de los 90 comienza el cambio radical y se produce un proceso de subjetivación de la naturaleza como si ésta se hubiera levantado contra el hombre y se pusiera en pie de guerra. Es la nueva orientación ecológica del derecho que esconde una contradicción, porque el oso pardo no nos dice cuál es el territorio de campeo, ni las nutrias, ni los salmones dicen cuál es su caudal ecológico. Pero, para eso, estarán esos radicales que abanderan el ecologismo y lo ponen de moda en esta época para conducirnos al radicalismo actual".

Asimismo, Pardo recordó cómo empiezan a constituirse grupos humanos que se alzan como los sindicalistas de los animales y que sólo buscan introducirse en las instituciones públicas y obtener financiación. "Es un giro claramente antiecologista y, lamentablemente, si los dejamos, irán ganando terreno hasta que el animal se superponga al hombre, una locura", concluyó.

Por su parte, esta plataforma, compuesta por la Real Federación Española de Caza (RFEC), la Asociación Taurina del Toro de Lidia y la Asociación de Circos Reunidos, entre otros, quisieron trasladar su pretensión de crear un foro permanente de debate y reflexión que sirva para combatir las ideas animalistas que "los perturban y atacan constantemente".

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