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Merkel recela de su sucesora y el ala conservadora de la CDU prepara una revuelta

Friedrich Merz, que ya estuvo a punto de derrotar a AKK en 2018 y pertenece a la corriente más derechista, podría ser el "tapado" de todo el proceso.

Friedrich Merz, que ya estuvo a punto de derrotar a AKK en 2018 y pertenece a la corriente más derechista, podría ser el "tapado" de todo el proceso.
Annegret Kramp-Karrenbauer, sucesora de Ángela Merkel | EFE

A finales de 2018, la CDU alemana escogió a Annegret Kramp-Karrenbauer como nueva secretaria general del partido. Conocida como AKK, esta moderada se convertía así en la sucesora política de Ángela Merkel, que lidera la principal formación política teutona desde el año 2000 y ocupa la cancillería nacional desde 2005.

Ya en un primer momento, Libre Mercado puso el acento en el descafeinado perfil ideológico de AKK, que no dudó en emular a Mariano Rajoy y anunciar que "no hay una CDU liberal ni una CDU conservadora". Con este mensaje, la heredera de Merkel intentaba apagar el debate interno que suscitaron las primarias en las que resultó elegida. En dicho proceso, su rival Friedrich Merz propuso un giro a la derecha que se quedó a apenas cuatro puntos porcentuales del triunfo.

Desde su nombramiento como secretaria general de la CDU, AAK ha insistido en la misma línea programática, con resultados decepcionantes tanto en las encuestas de intención de voto como en las elecciones europeas del pasado mes de mayo, donde el partido hermano del PP español alcanzó un decepcionante 28,9%, seis puntos por debajo del 35,3% de 2015.

Ante semejante deterioro, medios teutones e internacionales han filtrado la posibilidad de Merkel recapacite e insista en seguir al frente de la CDU de cara a las próximas Elecciones Generales, previstas para 2021. En esta línea van las informaciones publicadas por Bloomberg, que apuntan una guerra fría entre la canciller y su sucesora en el partido.

El choque entre ambas dirigentes fue a más durante la última semana, cuando AKK convocó una reunión de la Ejecutiva del partido sin consultarlo con Merkel. Desde los medios se ha especulado con la posibilidad de que AKK esté actuando de este modo para zafarse de la sombra de la canciller y tomar por entero las riendas del partido.

El problema es que, si AKK quiere llegar al gobierno, necesitará estar muy coordinada con la canciller y su gabinete de gobierno, puesto que las decisiones que toma Merkel repercuten enormemente en la intención de voto de su partido. Por otro lado, el rating de aprobación del Ejecutivo es del 56%, frente al 36% cosechado por la CDU, de modo que el distanciamiento entre ambas líderes dañará mucho más a Kramp-Karrenbauer que a Merkel.

Estos desencuentros abren la puerta a una revuelta interna que, según Bloomberg, contaría con el visto bueno de Merkel y plantearía la posibilidad de celebrar una nueva ronda de primarias para elegir al candidato de la CDU en las próximas elecciones generales. Friedrich Merz, que ya estuvo a punto de derrotar a AKK en 2018, podría ser el "tapado" de todo el proceso, siempre y cuando Merkel mantuviese su alejamiento con la actual jefatura del partido. No hay que olvidar, por otro lado, el rol que juega la CSU, partido hermano de la CDU en Bavaria que ha sometido a AKK a un fuerte marcaje, con ánimo de asegurar que sus propuestas se ajusten a la agenda conservadora que demandan sus votantes.

En clave económica, Merkel ha pasado de defender medidas más liberales a adoptar una agenda centrista en la que la estabilidad presupuestaria y la creación de empleo son sus principales logros, pero las rebajas de impuestos se quedan muy por debajo de lo esperado por su electorado. AKK no "compra" esta fórmula y apuesta por políticas económicas de corte más socialdemócrata, justo lo contrario a la agenda que defiende Friedrich Merz.

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