El eterno debate sobre la desigualdad que tanto gusta a la izquierda política y mediática gira en torno a la premisa de que los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres. Sin embargo, en el caso de España, el 80% del aumento en la inequidad de ingresos no se generó por un enriquecimiento continuado de las élites, sino por el empobrecimiento de millones de hogares que perdieron su trabajo.
En este sentido, es interesante comprobar algunos microdatos ofrecidos por la Encuesta de Estructura Salarial, una publicación de máxima relevancia elaborada cada año por el Instituto Nacional de Estadística. Dicho volumen muestra, con datos finales para 2017, que los directivos y gerentes de nuestro país tienen hoy una remuneración marcadamente inferior que a comienzos de la crisis.
Así, cuando estudiamos la ganancia media anual por trabajador, podemos comprobar que los directivos y gerentes percibían 57.259 euros en 2008, justo cuando la burbuja inmobiliaria empezó a pincharse. Un año después, en 2009, las rentas de estos profesionales seguían ajenas a la crisis, puesto que alcanzaban los 58.895 euros.
Pero la cosa empezó a cambiar en 2010, cuando esta rúbrica cayó súbitamente hasta los 56.602 euros. El cambio a peor se mantuvo en 2011, con un descenso hasta los 54.396 euros, y se apuntaló en 2012, cuando esta categoría registró un sueldo medio de 53.166 euros. La peor cifra de la serie corresponde a 2013, cuando el sueldo medio de directivos y gerentes fue de 51.594 euros.
Desde entonces, la evolución de la remuneración ha sido cambiante, pero la tónica ha sido el estancamiento. Así, en 2014 se produjo un salto hasta los 52.513 euros, mientras que en 2015 se dio una caída hasta los 51.646 euros y en 2016 se produjo un repliegue hasta los 50.531 euros. El último dato disponible, correspondiente a 2017, arroja una ganancia media de 51.011 euros anuales para estos profesionales.
Así las cosas, comparando los 57.259 euros de 2008 con los 51.011 de 2017, encontramos que los datos oficiales del INE certifican un desplome del 11% en la remuneración percibida por los trabajadores que ocupan el escalón más alto de la escalera empresarial. Hablamos de una corrección de más de 6.000 euros que desmonta el relato de los igualitaristas, cuyo discurso insiste en trasladar la idea de que las rentas altas han salido ganando con la crisis.
Pero esta cifra es engañosa, puesto que no tiene en cuenta la inflación. Si calculamos el IPC general para 2008-2017 y lo aplicamos a los 57.259 euros de referencia, vemos que el desplome ha sido aún mayor, puesto que la paga de hace una década se correspondería hoy con 64.015 euros, es decir, 13.000 euros por encima de los niveles actuales.