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Vox estrena sede, Ciudadanos evita la mudanza

El 10-N refuerza la apuesta de los de Abascal por su sede en Chamartín, mientras que Cs ve "viable" seguir frente a la plaza de Las Ventas.

El 10-N refuerza la apuesta de los de Abascal por su sede en Chamartín, mientras que Cs ve "viable" seguir frente a la plaza de Las Ventas.
La sede de Ciudadanos en la noche electoral | EFE

Los años con elecciones son decisivos en el devenir político de los distintos partidos. Naturalmente en lo que se refiere a su papel institucional, si pueden formar o entrar en un gobierno o si por el contrario están en la oposición, pero también en su salud financiera, dadas las subvenciones que por Ley reciben en función de su mayor o menor presencia en parlamentos, cámaras autonómicas, ayuntamientos o diputaciones.

Difícilmente se repetirá un año con tantas citas con las urnas como este 2019 que acaba: dos generales, en abril y las repetidas de noviembre, unas europeas y las municipales y autonómicas, que se celebraron en mayo en todas las comunidades salvo Cataluña, Galicia, País Vasco y Andalucía, que tienen su propio calendario.

Si nos fijamos en dos partidos en concreto, Ciudadanos y Vox, el año era en principio muy bueno para ambos, de crecimiento exponencial en el caso de los naranjas y de fuerte irrupción en el caso del partido derechista. Pero la última cita del 10-N ha cambiado decisivamente esa tendencia.

Casi de la noche a la mañana, Ciudadanos pasa de amenazar la hegemonía en el espacio del centroderecha al PP a quedar como el patito feo de los grandes partidos nacionales, con apenas 10 diputados en el Congreso, mientras que la última cita con los electores le ha servido a los de Santiago Abascal para consolidarse definitivamente como una fuerza de referencia, la tercera de España en representación parlamentaria.

Dos inquilinos, dos realidades económicas

Una realidad que tiene una traducción directamente política, sin ir más lejos la dimisión de Albert Rivera, pero también otra económica. Y ya se sabe que un partido, además de cuidar su implantación y su facturación electoral, debe cuidar sus cuentas si no quiere, tarde o temprano, encontrarse con problemas.

Así, la noche del 10-N Vox inauguraba una flamante nueva sede, situada en el barrio de Chamartín, uno de los más caros de Madrid, donde celebraba por todo lo alto pasar de 24 a 52 escaños, mientras que el batacazo de Ciudadanos, que perdía 47 de sus 57 representantes, hacía aflorar de inmediato las especulaciones sobre el futuro de su sede central, situado justo enfrente de la Plaza de Toros de las Ventas, en una zona que tampoco es precisamente barata de la capital de España.

La sede de Vox es un edificio de cuatro plantas de algo más de 2.100 metros cuadrados, que el partido espera que se convierta en su "cuartel general" definitivo después de haber tenido que mudarse hasta en dos ocasiones durante el último año.

Fuentes del partido aseguran a Libertad Digital que pagan por el alquiler del edificio algo más de 20.000 euros al mes. Desde la dirección explican que su primera intención fue arrendar sólo dos plantas pero que al calcular su coste, les resultaba mucho más barato pagar por todo el edificio.

El partido decidió el cambio poco después de entrar en el Congreso de los Diputados con 24 escaños en abril, por lo que su reciente ascenso hasta duplicar el número de diputados y llegar a los 52 les permitirá abonar su precio con mayor comodidad ya que recibirán más dinero público por haber aumentado su representación.

Según los cálculos hechos por El Mundo, Vox recibirá alrededor de 13 millones de euros anuales a través de las subvenciones que le corresponden por tener representación en el Congreso, el Senado y los parlamento autonómicos. Unas ayudas que el partido siempre ha pedido eliminar pero a las que, según explicó el propio Abascal en rueda de prensa, no renunciarán para competir en igualdad de condiciones con el resto de partidos.

Ciudadanos ve "viable" su alquiler

Ciudadanos, de momento, no piensa mudarse del edificio al que llegaron en 2015, primero como sede electoral y más tarde del partido. El coste aproximado del alquiler es de 32.000 euros mensuales, según fuentes del partido, que subrayan que ni esa ni ninguna otra sede en toda España está en propiedad, lo que les permite no tener ninguna deuda hipotecaria con entidad financiera alguna, un alivio para sus cuentas.

Además de la sede nacional del partido, el edificio de la calle Alcalá, donde se ubica el despacho que ocupaba Rivera y en breve será para uso de Inés Arrimadas, alberga a Ciudadanos Madrid.

El aumento exponencial del partido en las municipales y autonómicas de este año, en comparación con las de 2015, que se saldaron además con la entrada de Ciudadanos en tres gobiernos autonómicos con el PP (Madrid, Castilla y León y Murcia, que suman al de Andalucía en el que entraron a principios de año) y en varias capitales de provincia, incluida Madrid, hacen que, según estas fuentes, sea "más que viable" evitar una mudanza.

Preguntado hace unos días, antes de anunciar su adiós a la política, el secretario general naranja, José Manuel Villegas, hablaba de una "situación económica saneada" y especificaba que "tampoco llevábamos treinta años con 57 diputados, llevábamos pocos meses".

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