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Furor por las uñas: "No fue Rosalía, fuimos las empresarias latinas las que las trajimos a España"

Empresarias rusas y latinas fueron las pioneras hace diez años en introducir las revolucionarias técnicas de manicura en nuestro país.

Empresarias rusas y latinas fueron las pioneras hace diez años en introducir las revolucionarias técnicas de manicura en nuestro país.
Esteticistas haciendo la manicura en el salón de belleza Pretty Nails (Madrid)

Uñas de gel, permanentes, semipermanentes, artísticas, de porcelana, con purpurina, barrocas, kilométricas o rococó. Un sinfín de estilos y tendencias se dejan ver en las manos de las españolas desde unos años. El furor por la manicura ha hecho proliferar el número de salones dedicados a embellecer y decorar las manos con técnicas recién estrenadas en nuestro país.

En una misma calle en la gran capital se puede encontrar hasta siete establecimientos que anuncian sus ofertas a bombo y platillo en sus escaparates. En la céntrica zona de Quevedo en Madrid casi se solapan unos negocios con otros. A ninguno le falta clientela. Hay que pedir cita previa porque "no dan abasto". Tan solo en Madrid hay ya 3.777 negocios abiertos en datos de la Cámara de Comercio. Y suma y sigue.

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Uñas artísticas realizadas por el salón Pretty Nails

El fuerte crecimiento de los salones de manicura, al contrario de lo que se cree, no solo se debe a la influencia de artistas como Rosalía, ferviente defensora de las Nails Arts. Más bien, celebrities como la cantante se dejaron llevaron por un fenómeno que se ha ido asentando en España en la última década.

Las novedosas técnicas y tratamientos para que no se desvanezca o desconche el esmalte, sumado a la larga duración prometida, suponen una de las claves por las que las españolas se han lanzado a llevar siempre la manicura perfecta. Pero, ojo, porque los tratamientos de innovadores tienen poco.

Empresarias latinas

Ariela Castillo, una veterana empresaria de República Dominicana, lleva más de diez años al frente de su popular salón Pretty Nails en España. "Este boom nada tiene que ver con Rosalía. Nosotras somos latinoamericanas, en nuestros países estas técnicas que aquí se ven como novedosas llevan allí toda la vida. Fuimos nosotras con la inmigración quienes trajimos la moda a España. Aquí las mujeres apenas se hacían la manicura a excepción del sur de España. En Andalucía las chicas sí tienen cultura de estética en las uñas, se parecen mucho a nosotras, las dominicanas. Pero aún no se habían introducido en España las uñas de gel o permanentes. Las emprendedoras inmigrantes como las rusas, ucranianas o las latinas fueron las que abrieron los primeros negocios hace más de una década creando toda una revolución en el sector.

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Ariela Castillo, propietaria de Pretty Nails

La esteticista tiene cinco trabajadoras en uno de sus centros y ahora acaba de abrir otro en las Rozas (Madrid). Puede dar hasta 30 citas al día en uno de los salones. Ariela recuerda que cuando llegó a España notó que el público "era más conservador" con las uñas. "Solo nos pedían la manicura francesa. Yo a mis clientas siempre les decía que se atrevieran más. Me niego a hacer la francesa, es demasiado clásico. Las uñas tienen que brillar con colores, purpurinas, longitud… si vas a hacerte algo sutil o que no se note, es mejor que no te hagas nada", afirma la profesional.

El tratamiento estrella, "el que más se hace", es el permanente. "Es una envoltura de gel que hacemos con la base natural de la uña. No es como la semipermanente. Es otra técnica. Da mucha resistencia gracias al gel", arguye la fundadora de Pretty Nails.

En los salones se respira un ambiente artístico y sumamente cuidado. Ellas mismas se consideran parte de la vanguardia de artistas de la belleza en las manos. "Ponemos pedrería, 3D, acuarelas…¡somos unas artistas!", nos comenta con énfasis y muy sonriente Ariela.

Asia y el low cost

Las chinas también se han sumado a la industria de las uñas en España y son centenares los locales que hay en la gran capital. Difícilmente se puede hablar con ellas porque se muestran reacias. Preguntamos a otras profesionales sobre su opinión sobre los salones asiáticos y sus tratamientos, ¿son tan corrosivos cómo dicen? Parece ser que sí.

Luz Villamayor, socia-propietaria de Frida Estética, reconoce que ha surgido un buen número de locales low cost al albor del boom de las uñas. Ante todo, ella confiesa que en su centro de estética lo primero es la comprobación de la salud de las uñas a la clienta. "Nosotras asesoramos antes porque si nos encontramos con unas uñas sufridas, primero recomendamos hacer un tratamiento de fortalecimiento. No se le puede hacer una permanente porque, aunque las uñas se regeneran, hay que tener especial cuidado de no hacer un mal mayor. Los lugares que se saltan estos procedimientos con precios muy bajos, también se saltan los protocolos de buen servicio y calidad", destaca.

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Manicura para boda de `Frida Estética´

La joven empresaria madrileña abrió su salón hace dos años junto a su socia Azahara Pliego. A sus 34 años ha apostado por el mundo de la belleza y nos confiesa que el negocio "les va muy bien". Buena parte de su éxito radica precisamente en cuidar no solo la estética sino también realizar los cuidados adecuados. Admite que las españolas son ahora mucho más presumidas y notan como en su local los clientes "se vuelcan con mantener una buena imagen".

Más crítica con los establecimientos asiáticos es Ariela. Ella misma nos comenta cómo llegan a su mostrador muchas clientas con las uñas destrozadas para que se las traten y recuperen. Avisa de que "aunque no todos los centros asiáticos son así", la mayoría trabaja con productos de baja calidad.

"Vienen de los salones asiáticos y traen productos muy duros de quitar que huelen a rayos. Las uñas se quedan carcomidas, agrietadas, con agujeros y enrojecidas. No aconsejo para nada este tipo de centros. No trabajan con los protocolos de desinfección. Y, además, en los precios son iguales al resto. Nosotras cobramos casi lo mismo que ellos y las uñas no sufren nada. Aquí cuando llegan nuestras clientas vemos lo que les han hecho. Hay que tener mucho cuidado porque solo trabajan con acrílicos que son muy agresivos", alerta la empresaria.

Rentabilidad

Una de las cadenas más conocidas, Nails Factory, no deja de abrir franquicias. Están presentes en locales a pie de calle y en centros comerciales. En los enormes pasillos de La Vaguada, entre escaleras mecánicas y decenas de tiendas, se ve una imagen que se repite en casi todos los centros comerciales españoles. La escena es ya típica, lámparas, mascarillas, esmaltes, limas, tornos, esteticistas sin parar y clientas esperando para hacerse la manicura mientras van de compras.

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Su expansión comenzó en 2008 y en España ya cuentan con más de 100 franquiciados. El secreto está en su baja inversión y alta rentabilidad desde sus inicios, señalan desde la empresa.

Se calcula que de cara a 2024, el mercado de la manicura moverá más de 14.000 millones en el mundo. Luz Villamayor además asegura como profesional del sector que "esto no se trata de una moda. La fiebre por las uñas ya no se irá".

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