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Corderos y cochinillos se acumulan en los congeladores por el coronavirus: "No tenemos más espacio"

Las cámaras frigoríficas están abarrotadas de cochinillos y corderos que no se logran vender entre las familias. Mientras, los precios se desploman.

Las cámaras frigoríficas están abarrotadas de cochinillos y corderos que no se logran vender entre las familias. Mientras, los precios se desploman.
Cochinillos en el mercado del Val, en Valladolid | Alamy

Los propietarios de los cochinillos que llegan al matadero de Esteban Santos están al borde de la bancarrota. "Están perdiendo mucho dinero. Me dicen que sólo pueden aguantar un mes más o se arruinan. Y algunos… sólo tienen para aguantar 15 días", relata el responsable de un matadero de Valladolid a Libre Mercado. El cierre de todos los restaurantes españoles por la pandemia del coronavirus ha dejado fuera del mercado a productos que se consumían casi en su totalidad en los establecimientos hosteleros. Los cochinillos están entre ellos. "Del matadero todos iban para los restaurantes porque en casa no se consume nada de nada", cuenta Santos. "El cochinillo se puede hacer en casa perfectamente al horno o frito, pero es que la gente no tiene costumbre", apunta.

El tiempo corre en contra de los ganaderos, que "en 21 días" tienen que matar al cochinillo, y una vez muerto, "no dura más de 4 o 5 días fresco", explica el experto. En las granjas, los cerdos se les acumulan a los ganaderos. "No pueden dejarlos allí porque no tienen espacio para criarlos a todos. Las cerdas siguen pariendo y tienen que deshacerse de los animales más mayores porque todos no caben", añade. Por eso, la única opción que les queda a sus propietarios es la congelación. Las cámaras de Esteban Santos están abarrotadas de cochinillos congelados, tanto, que ya no le cabe ni un animal más y ha tenido que recurrir a congeladores externos. "No tenemos más espacio, estamos llenos", asegura.

Mientras tanto, el precio de los cochinillos se ha desplomado "un 50%", según sus cálculos. "El precio de venta al público de un cochinillo estaba entre los 90 y los 80 euros hace dos meses, y ahora, está a 40-45 euros. Es tremendo", lamenta Santos. Aún así, no consiguen darle salida entre las familias de nuestro país.

"Muchos no tienen cámaras para guardarlos"

La misma problemática están teniendo los dueños de los corderos. "Los precios están por los suelos. Un cordero de 24 kilos, que antes te podía costar 85 euros, ahora, está entre 50 y 60 euros. Y no lo venden", asegura el secretario de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) en Huesca, Joaquín Solanilla. "Alimentar a un cordero, sólo en pienso, ya te cuesta 20 euros. Es que vale más lo que te ha costado criarlo que lo que te van a dar", lamenta. A esto, hay que añadirle que abril es una de las épocas de mayores nacimientos de corderos por el ciclo de la oveja, por lo que la cantidad de corderos con los que se están encontrando los ganaderos es todavía mayor. "Se les acumulan, están sufriendo mucho, es un mazazo brutal" asegura Solanilla.

Como los corderos lechales tienen que tener menos de 35 días de vida y el resto, entre 60 y 80, su única salida también es la congelación. "Muchos ganaderos no tienen cámaras para guardarlos, es un drama", señala el experto. Venderlos a otros países también es tarea imposible. "En Semana Santa, se vendieron 35.000 corderos a Italia, pero ahora, no hay transportistas que los quieran llevar hasta allí. Además, que allí tampoco te los compran porque sus restaurantes también están cerrados. No hay negocio en ningún lado", cuenta Solanilla.

"Tenemos que deshacernos del producto como sea. Los corderos tienen que desaparecer", declara el experto, que pide "algún tipo de ayuda" al Ministerio de Agricultura, como "algún impulso a la exportación para hacerlos llegar al Líbano o países del entorno". De momento, el ministro Luis Planas se ha limitado a instar en varias ocasiones a los consumidores a consumir cordero para "ayudar a los pequeños productores", aunque afirma que está estudiando "la forma de responder a esa problemática" vinculada al cierre de la hostelería.

Solanilla, que también es propietario de unas 500 ovejas, lamenta la situación que atraviesa el pastoreo. "En Huesca tenemos una tierra muy pobre, que sólo nos da para eso, pero entiendo que la gente joven ya no quiera tener ovejas porque tienes que dedicarle los 365 días del año, y ahora esto... ", concluye.

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