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José T. Raga

Eso son dietas…

¿Por qué la izquierda tiene esa pasión por acercarse o, si quieren, cobijarse en el capital?

Y no lo digo por su cuantía –quizá las haya de más elevadas–, lo digo por el valor que se le supone al término consejero y a la función que tal puesto independiente tiene que desempeñar en un Consejo de Administración, en lo que la nueva ley denomina Sociedades de Capital, todo ello relativo al perfil profesional de los designados.

¿Por qué la izquierda tiene esa pasión por acercarse o, si quieren, cobijarse en el capital? ¿Los comunistas, y los socialistas españoles, que se les parecen mucho, no son anticapitalistas?

Quizá todo venga del discurso bolchevique, basado en la eliminación de los capitalistas. El resultado era muy sencillo: eliminemos a los capitalistas privados y formemos un solo capitalista –el Estado Soviético–. Ya explicaremos al pueblo fiel y atontado por la propaganda que todos son propietarios de una parte alícuota de ese capital que es de todos.

Siempre he tenido un principio, desde que, con el partido socialista en el poder, comenzaron las privatizaciones de empresas públicas. Ese principio es muy sencillo: no comprar nunca una acción de una empresa en la que el Estado tenga alguna participación, porque después pasa lo que pasa…

Y pasa lo de Blanco, Montilla, Gallego… los dos primeros, de sobra conocidos por sus capacidades intelectuales y de gestión, y el tercero, con el pretencioso apelativo de científico, cuando científico sólo es quien se dedica a la ciencia, como historiador no es el titulado en Historia, sino el entregado a ella. En su campo, cabría preguntar cuántas patentes en explotación tiene registradas el Dr. Gallego.

A estas alturas, me pregunto, o preguntaría a Enagás, qué consejo espera de los señores Blanco y Montilla. En cuanto al doctor Gallego, sus proclamas han estado siempre en contra de las estructuras gasistas. ¿O es que piensan liquidar la empresa? Por mí, ellos sabrán; yo no tengo ni una acción.

Lo que sí que está claro es por qué esa fruición de comunistas y también de socialistas – incluyendo los sindicalistas, que algo les tocará– por la nacionalización de empresas. Menuda oportunidad de chollos para los amigos.

Hablamos de dietas, más o menos 160.000 euros anuales a cada uno de ellos –cuando realmente son sueldos fijos–, a los que habrá que añadir las remuneraciones por formar parte de comisiones, comités de vigilancia, etc. Espero que, después de lo llovido, no dispongan también de tarjetas de crédito black, con cargo a la empresa. ¿Se acuerdan?

Para eso quieren las nacionalizaciones. Pero en España, que ha sufrido la historia de las cajas de ahorro, sin accionistas, aunque con consejeros, supone ignorancia, amnesia o intereses inconfesables.

Y no entro, sería misión de la Junta de Accionistas, en la forma de selección de los candidatos independientes, pero basta con preguntarse: ¿independientes de quién?

El presidente está ya bastante tocado por su funesta gestión, y no quiero abusar. ¿Habrá sido un mareo por el girar de las puertas?

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