La invasión de Ucrania por parte de Rusia va a tener un coste directo en el bolsillo de los consumidores porque ambos países, especialmente Rusia, son grandes productores y exportadores de algunos productos que todos consumimos de manera habitual. Este hecho deteriorará todavía más el poder adquisitivo de los españoles, que actualmente sufren la inflación más alta en los últimos 33 años. Eso sí, no todos los productos se verán afectados de la misma manera.
Los cereales serán una de las materias primas más afectadas por esta situación. Y es que, Rusia es el principal productor del mundo de trigo y de otros cereales como el maíz. Por si fuera poco, un 30% del trigo comprado por la Unión Europea proviene de Ucrania. De hecho, el trigo es ya uno de los productos que más se han encarecido en 2022, con un repunte superior al 37%.
Con respecto al mes de marzo del año pasado, el cereal ha subido más de un 62%. En cuanto al maíz, también se ha encarecido un 21% en este año y un 31% con respecto a hace doce meses. Algo que podría notarse en un aumento de todos los productos elaborados con estos ingredientes. Y esto influirá en el precio de la carne, ya que los piensos, elaborados con este material, se encarecerán.
Otro alimento que también podría encarecerse es el aceite de girasol, ya que el 63% del comprado por España proviene de Ucrania. Un aumento que se suma al que ya está viviendo el aceite de oliva, que se encareció un 56% entre enero de 2021 y enero de 2022. Esta subida vendría precedida por la registrada en 2021, que disparó el precio del aceite de girasol un 200% debido a la demanda de China.
El diésel y la gasolina todavía tienen margen para seguir subiendo, y así parece que lo harán. Rusia está entre los cinco principales países exportadores de petróleo del mundo y esto supone una gran amenaza para los precios del crudo, que ya están en máximos de siete años. Pese a que la OPEP ha comenzado a producir más y Estados Unidos ha liberar reservas estratégicas, no hay indicios de que el precio se estabilice. Esto repercutirá también en un mayor aumento del transporte propulsado por estos combustibles, como los billetes de avión, por ejemplo.
Las facturas de la luz y el gas, debido a la dependencia del gas ruso, también se verá gravemente afectada y se acumulará a las subidas que ya se registraron en 2021.